Sábado, 28 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › INTELSAT TENDRíA UBICADA LA FUENTE DE INTERFERENCIAS A ARTEAR
Para tristeza de los amantes de las conspiraciones, los investigadores de la empresa de satélites creen que las fallas en la señal de Artear habrían sido provocadas por un ensayo técnico realizado por un operador centroamericano.
Por Sergio Kiernan
El misterio de las interferencias a las señales de ARTEAR SA en Argentina parece estar cerca de su resolución: según la investigación técnica de Intelsat, la empresa que maneja desde Estados Unidos las señales satelitales afectadas, la fuente del problema sería una serie de ensayos técnicos realizados desde algún país centroamericano. Las interferencias no se habrían repetido ayer como resultado del trabajo de la administración de la red de satélites, que contactó a la posible fuente y concretó una serie de operaciones para asegurarse de eliminar el problema. El mismo día, el interventor del Comfer, Juan Gabriel Mariotto, se presentaba ante la Justicia para denunciar lo ocurrido y reclamar que se investigue lo sucedido. Hasta ese momento, no se había realizado ninguna denuncia penal por parte de los afectados.
Según Artear, las interferencias se produjeron el martes, miércoles y jueves de esta semana, siempre a la tarde y por períodos de dos horas. Las señales que mostraron problemas fueron Canal 13, Todo Noticias, Metro y Radio Mitre, todas pertenecientes al mismo grupo. Lo que denunció el interventor Mariotto fue que, según el artículo 197 del código penal, se podía estar ante un caso de “interrumpir o entorpecer la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza”, un delito punible con prisión.
Ayer mismo, el interventor se comunicó por nota con el abogado de Southern Satellite Corporation, la subsidiaria argentina de Intelsat. En la nota le decía al doctor Emilio Beccar Varela que había presentado una denuncia ante el juzgado 8, fiscalía 12, y le pedía con carácter urgente que presentara todos los antecedentes e informaciones que tuviera sobre las interferencias. Beccar Varela tendrá bastante que informar, ya que Intelsat venía investigando el problema desde el momento en que se produjo.
De acuerdo con allegados a la investigación, las interferencias afectaron el satélite Intelsat 3R y “ensuciaron” el uso de la Banda C que alquila ARTEAR en el transponder AM16C del aparato. La firma norteamericana había detectado el problema desde su Centro de Administración de Señales, que está en Atlanta, Georgia, en el sur de Estados Unidos. Los técnicos percibieron una señal de alta potencia que afectaba el transponder de los argentinos con un nivel de ruido de entre 38 y 50 decibeles. El problema siempre empezaba entre las 19.15 y las 19.45, hora de Greenwich, y duraba por unas dos horas.
El Centro en Atlanta activó el mecanismo habitual para tratar estas interferencias indebidas, que consiste en alertar al Centro de Operaciones de Frecuencias de Radio, Nivel 2, de la empresa. El Centro Atlanta le pidió al Nivel 2 que activara el Sistema Intelsat de Localización de Transmisores para ubicar la fuente de la señal. Esto es un procedimiento habitual porque, según los expertos, es relativamente sencillo emitir señales de alta potencia que pueden “colarse” en un satélite, a propósito o por accidente. Intelsat, que se especializa en servicios de transmisión en todo el mundo, tiene los equipos y los procedimientos para generar una “elipse”, de modo de localizar la fuente.
El mismo martes 24 se activó el sistema, pero el tiempo no alcanzó para detectar de dónde venía el problema pero sí para descartar varias fuentes posibles. Este miércoles 25 se repitió la situación, se pudieron eliminar más fuentes de la señal y se achicó el área a buscar. Para entonces, los americanos estaban bastante seguros de que la señal intrusa no provenía de Argentina.
Esto lo confirmaron el jueves 26, cuando se repitió el problema. Lo primero que hizo Intelsat fue cambiar a ARTEAR de frecuencia satelital, de modo de evitarle el problema. Al mismo tiempo, se confirmó que los satélites cercanos al 3R no tenían nada que ver y se habló con otros clientes del mismo aparato para comprobar que no sufrieran interferencias.
Fue entonces que se generó otra elipse y esta vez hubo resultados concretos. Primero, se confirmó que la señal intrusa no provenía de Argentina. De hecho, todo indica que no proviene ni siquiera del hemisferio sur, ya que fue localizada en América Central. El Centro de Atlanta de Intelsat se comunicó con la empresa sospechada y comenzó un rápido diálogo que inmediatamente derivó en ajustes de señal. Abandonada la teoría de la conspiración, quedó en el centro del análisis una serie de ensayos de trabajo que simplemente habrían salido mal. En diálogo con los norteamericanos de Atlanta y del Nivel 2, los técnicos centroamericanos habrían logrado ajustar sus aparatos.
En Intelsat no juran que el problema no pueda volver y siguen monitoreando los dos transponders que les alquila el grupo Clarín. Si hubiera nuevas interferencias, prometen seguir investigando y cambiarle las frecuencias a ARTEAR para mantener sus transmisiones limpias. Pero todo indica que la fuente del asunto ya está localizada lejos, muy lejos del país.
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