Domingo, 12 de abril de 2009 | Hoy
EL PAíS › LA CONFRONTACION CON EL DUHALDISMO DE PRO
La posible candidatura de Scioli refuerza el carácter plebiscitario de los comicios de junio, antesala de la disputa presidencial de 2011. Las dificultades oficiales están en el eje Córdoba-Santa Fe-interior bonaerense. Esa es la base del agropower, que confronta con el gobierno por 4000 millones de dólares anuales, equivalentes al presupuesto de Salud, Promoción y Asistencia social, más Agua Potable y Alcantarillado.
Por Horacio Verbitsky
La reacción destemplada del ex senador Eduardo Duhalde ante la posibilidad de que el gobernador bonaerense Daniel Scioli sea candidato a diputado, indica que la propuesta del ex presidente Néstor Kirchner complicó las perspectivas electorales de la oposición. Eso no quiere decir que las del oficialismo sean sencillas, apenas que el kirchnerismo muestra una decisión de resistir superior a lo que esperaba el duhaldismo de pro.
La empalagosa prédica a favor del diálogo y los consensos es una manera de recomendarle a la presidente CFK que desista de las decisiones que han lanzado a importantes sectores económicos y políticos a una confrontación total, por no menos de 4000 millones de dólares anuales en disputa. Es improbable que el gobierno siga las huellas del ahora idealizado ex presidente Raúl Alfonsín, que pasó la segunda mitad de su mandato retractándose de las mejores decisiones de la primera, sin que ello le ahorrara el amargo desenlace de la hiperinflación y la renuncia. La conciencia de que CFK ya alcanzó un punto de no retorno a partir del que sólo es posible avanzar tampoco le garantiza un devenir más plácido que el que le aguardó al líder radical. Las invocaciones a la calidad institucional no suenan muy convincentes en boca de quien compró votos para la reforma constitucional que le permitió ser reelecto gobernador, fue uno de los pioneros en la designación de familiares como funcionarios y candidatos, forzó la renuncia de dos presidentes para llegar al sillón que el voto popular le había negado, luego de dos asesinatos cometidos por su policía acortó por sí y ante sí el periodo constitucional que debía completar y sustituyó las internas partidarias por una ley de lemas sui generis. Pero la hipocresía de quienes denuncian aquello mismo que hicieron o que están dispuestos a hacer para ganar una elección no torna más atractiva la propuesta oficial. Sólo ratifica el carácter plebiscitario de los comicios del 28 de junio, es decir el núcleo duro de la democracia realmente existente, en la que, con la solitaria excepción de Duhalde, desde hace un cuarto de siglo gobiernan quienes son elegidos por la voluntad mayoritaria. ¿Pero en qué condiciones llega el gobierno a ese desafío y qué consecuencias pueden desprenderse de los posibles resultados?
Las cifras se leerán en bancas para el nuevo Congreso pero también en porcentajes acumulables para todo el país, dos ejes de similar importancia en el empinado camino hacia la próxima estación electoral, 2011. Antes de que se precipitara la recesión global y de que el Poder Ejecutivo decidiera unificar en junio la fecha de las urnas, en vez de dejarla escalonarse hasta octubre, era imaginable que pese a todo el desgaste el oficialismo obtuviera una vez más la primera minoría, con un porcentaje menor al de la elección legislativa de 2005 pero con un margen de todos modos apreciable sobre las divididas fuerzas de la oposición, cuyo reagrupamiento tras una sola sigla, al estilo de la Alianza de 1999, parecía imposible. Pero en torno del renovado conflicto con las patronales agropecuarias por las retenciones a las exportaciones de soja, fuerzas que en varios casos tienen menos puntos en común entre sí que cada una de ellas con el gobierno sellaron un acercamiento sobre la única base de la tirria a CFK. No alcanzó aún para conformar una oferta electoral única, en parte por el mal recuerdo del engendro impulsado hace una década por Fernando de la Rúa y el licenciado Carlos Alvarez y tampoco para forzar en la Cámara de Diputados el tratamiento de un proyecto acordado con la Mesa de Enlace. Fue suficiente, sin embargo, para anticipar qué ocurriría si la relación de fuerzas se modificara en un Congreso en el que el oficialismo alcanza apenas el quórum necesario para sesionar debido a la sucesión de alejamientos producidos desde julio de 2008. Unificada la fecha electoral y delineadas las alianzas opositoras seudoperonista y seudorradical, ese cuadro no se modificó.
Pero la imposibilidad de presentar un armado político consistente en la mayoría de los grandes distritos, consecuencia de una equivocada política de alianzas durante los años previos, restringe las alternativas oficiales. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe representan un cuarto del padrón nacional y forman el eje político y administrativo del agropower, que contempla estos comicios como la antesala de la definición en 2011, cuando tratarán de sepultar la fantasía de reindustrialización con pleno empleo del kirchnerismo, en beneficio del modelo agroexportador, aggiornado por las multinacionales de la manipulación genética.
El previsible mal desempeño de los candidatos oficiales allí sería compensado por una victoria nítida en el conurbano bonaerense, que tiene un peso equivalente en el padrón, así como el interior bonaerense, adverso al gobierno, equipara la suma del NEA y el NOA, mientras la cobista Mendoza equipara la Mesopotamia y la Patagonia. La presentación como candidatos del ex presidente, el gobernador y algunos intendentes puede mejorar en algunos puntos el resultado del oficialismo y obturar el eventual doble juego de algunos capitanejos conurbanos, pero con un riesgo no desdeñable: la unificación formal o de facto de la oferta opositora, ya sea en torno de la fórmula del duhaldismo de pro o del proyecto de reconstrucción del alfonsinismo. En un escenario tan trabado, con primacía de las aversiones sobre los proyectos, la diferencia que resignifique estos comicios sólo puede provenir de la provincia de Buenos Aires, donde residen casi cuatro de cada diez votantes en todo el país. El sociólogo Artemio López colocó en la página de su Consultora Equis un informe sobre la imagen presidencial, con resultados que contradicen la idea inyectada por la senadora Hilda González de Duhalde de que el gobierno no tiene recuperación posible. El 48 por ciento consideraba su gestión mala o muy mala y el 51 por ciento buena o muy buena, con sólo 1 por ciento de regular. Fue lo último que pudo hacer, porque a partir de allí su página fue jaqueada y se volvió inaccesible. Con ayuda de su proveedor, López esclareció lo sucedido. Una cadena de mails, originada por Hugo Clémeur, miembro de Recrear de Pilar, vinculado con el rabino Sergio Bergman y el ex ingeniero Juan Blumberg y participante en sus actos “contra la inseguridad”, recomendó que “todos quienes odien a los Kirchner” votaran “muy mala a la gestión de Kristina”. Luego de 5000 envíos, la página se bloqueó. El ataque se reprodujo en su blog personal, Ramble Tamble, pero no logró sacarlo del espacio. Allí publicó un análisis del nuevo contexto electoral, en el que intenta ponderar el aporte de la posible candidatura de Scioli. Kirchner es imbatible en el segundo cordón del conurbano pero Scioli puede mejorar el desempeño en el primero, más próximo a la Capital, y en el interior, es su conclusión. El primer cordón, (con epicentro en Avellaneda, Lanús, Vicente López, Olivos), genera 13 de cada 100 votos nacionales y el interior bonaerense 15 de cada 100. Así, la incorporación de Scioli a la fórmula podría “promover un despliegue espacial más homogéneo en el territorio bonaerense” aunque esta mejora “de ninguna manera supondrá una vuelta de campana sobre el perfil anterior con Kirchner como único gran candidato bonaerense”. Pero el sociólogo también entiende que esta ventaja podría “contrarrestarse con un aumento de la polarización electoral y el efecto voto útil opositor” que beneficiaría también al duhaldismo de pro. “Está probado que los plebiscitos no admiten dos oposiciones a lo plebiscitado. Dicho de otra forma, la lógica electoral de un plebiscito, tiende a ser binaria”, escribe López, quien también contempla que esta opción sea “reforzada por la estrategia de las grandes corporaciones mediáticas, de probada eficacia sobre segmentos informados, independientes y de nivel económico social medio y alto”. Es decir, residentes en el primer cordón del conurbano próximos a Capital, donde todavía se detecta un 15 por ciento de indecisos. Para López, esto bocetaría “un escenario de cara al 2011 con dos peronismos en competencia por las posiciones ejecutivas”. Es curiosa su omisión del Vicepresidente Julio Cobos, quien no oculta su propósito de incorporar para entonces a la coalición que propicia al diputado agropecuario Felipe Solá. En cualquier caso, en una de las coaliciones que lleguen al 2011 estará Daniel Scioli quien, igual que Solá, fue en forma sucesiva menemista, duhaldista y kirchnerista con parecido fervor.
Las influencias entre la Capital y la provincia de Buenos Aires son recíprocas. La primera reacción del jefe de gobierno Maurizio Macri ante el anuncio de Kirchner fue poner en duda la candidatura legislativa de su vice, Gabriela Michetti, que resta fuerza a las objeciones por la postulación de Scioli, como ya ocurrió con los cambios en la fecha electoral. Explicar en qué medida Michetti tiene funciones ejecutivas y qué hará con la banca que obtenga en su nueva actuación electoral es ingresar en un terreno de sutileza que los instrumentos comunes de detección no registran. En un caso y en otro se trata de funcionarios electos hace dos años para un cargo que dura cuatro y que al segundo año vuelven a postular para otra función. El problema del macrismo es que carece de otro candidato ganador en la Ciudad. Si Michetti no compitiera el 28 de junio, Elisa Carrió no temería encabezar la lista de la Coalición Cívica Libertadora, tal como le exigen sus aliados radicales, que no digieren al ex broker de J.P. Morgan y colaborador de Amalia Fortabat, Alfonso de Prat Gay. En los últimos días comenzaron a pegarse los carteles con la efigie sonriente del banquero pero también se difundió en Youtube un video con un discurso pronunciado por Alfonsín en Paraná durante la anterior campaña electoral, en el que definió a Carrió como enemiga de la UCR. “De lo peor que se pueda pedir como enemiga, porque es hipócrita. Se hace la que nos quiere y va pasando la ambulancia por todo comité a ver si consigue un radical que la apoye. Pero cuando después de la Convención de Rosario nosotros resolvemos dialogar con los partidos políticos afines opositores, la primera gestión que hizo el Comité Nacional fue con el ARI. Y el ARI contestó que no dialogaba con la Unión Cívica Radical. Así nos trataron, antidemocráticamente. Dijo siempre que éramos la vieja política. Y la vieja política es la hipocresía, es decir lo que no se siente”. Vaticinó que CFK ganaría con facilidad, porque a Carrió “le falta estabilidad emocional, entre otras cosas” (http://lucascarrasco.blogspot.com/2009/04/lasultimaspalabrasdealfonsinsobre.html). Si el filántropo colombiano y Solá tuvieran un desempeño aceptable en la provincia de Buenos Aires y Macri no pudiera consolidar una mayoría en la Legislatura de la Capital, su propia posición para 2011 estaría minada, lo cual permite imaginar que ningún prurito de la índole mencionada borrará de la grilla a la mejor alumna del cardenal Jorge Bergoglio. Ya ocurrió con su primo Jorge. Bastó que demostrara que no consentiría en silencio las acusaciones de inmoralidades que le formularon los consiglieri de Macri Nicolás Caputo y José Torello y que hiciera saber su disposición a presentar listas por fuera del PRO, para que el jefe de gobierno lo indultara y anunciara que Jorge será candidato, aun antes de acordarlo con él. El retiro de Michetti también daría algo de aire a la fórmula oficialista que se presente y que aún no está definida. Mientras el jefe nominal del PJ porteño, Alberto Fernández, sigue insistiendo en el apoyo a su cuñado, Aníbal Ibarra, pese a que el ex intendente hace tantos gestos de lejanía como el cordobés Juan Schiaretti o el santafesino Carlos Reutemann, grupos peronistas desprendidos de Proyecto Sur, lanzaron esta semana la candidatura de Rafael Bielsa desde el restaurante El General. Bielsa posó frente a un cartel que decía: “Con Néstor y Cristina. Sin dudas”. Uno de los convocantes, el ingeniero agrónomo e historiador Alberto Lapolla contó que el año pasado, cuando se discutía la posición de Proyecto Sur sobre la resolución 125 de retenciones móviles, el dirigente del Partido Socialista Auténtico Daniel Abrantes, dijo que no podían apoyar el proyecto del gobierno, porque la Federación Agraria pagó la campaña presidencial de Pino Solanas.
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