A juzgar por las palabras del juez Norberto Oyarbide, la investigación sobre el patrimonio de Ricardo Jaime está en plena expansión y “va obteniendo” importantes informes sobre el avión que utilizó entre enero y mayo de este año y también acerca de otros bienes. Pero para que el magistrado pueda resolver si lo cita a indagatoria, será crucial la respuesta a un exhorto que está a punto de enviar a Estados Unidos, que pretende determinar si el ex secretario de Transporte es el verdadero dueño de la aeronave. Para llegar a la citación de Jaime como sospechoso –trató de aplacar las expectativas el juez– todavía hay que esperar.

Oyarbide investiga a Jaime por supuesto enriquecimiento ilícito en función de una denuncia que recibió el año pasado, que indicaba que sus gastos eran holgadamente superiores a sus ingresos. Los datos sobre los misteriosos vuelos del ex funcionario se convirtieron en una pieza central de la pesquisa. El exhorto que saldrá rumbo al país del Norte pretende que el fabricante del avión, valuado en cuatro millones de dólares, informe quién lo compró y cómo se hizo la operación, además de obtener sus registros bancarios. Mientras tanto, analiza sus declaraciones juradas de bie-nes y sus gastos en general a través de documentación remitida por organismos nacionales.

“Una vez que estén reunidos los elementos”, dijo el juez, le dará intervención a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, para que opine si Jaime debe justificar su patrimonio, una medida que se toma cuando existe un alto grado de sospecha de enriquecimiento. Por ejemplo, si el avión es suyo tendrá que explicar cómo lo compró. Si luego los investigadores quedan disconformes con la explicación del ex funcionario, recién entonces se lo citaría a indagatoria. “Estamos todavía un poquito lejos de esto, habrá que ver si los datos que se reúnen dan una explicación suficiente”. Si dan cuenta de “una operación legítima –agregó–, entonces la causa quedaría cerrada”.

La denuncia que dio lugar al expediente dice que el avión, un Lear Jet 31 A de matrícula norteamericana, era “de uso exclusivo” de Jaime, pero esto es algo que el juez, dijo, todavía está intentando confirmar. Actualmente, se encontraría en un hangar en el aeropuerto de Carrasco, en Uruguay. En el juzgado esperan, pronto, tener precisiones sobre los destinos, bases y tripulantes que volaron en él.

Otro juez, Claudio Bonadío, instruye una causa emparentada con la del avión, que surgió con una denuncia del ex fiscal Manuel Garrido. Por un lado, pedía poner la lupa sobre los gastos de mantenimiento de la aeronave, al parecer pagados desde un paraíso fiscal. Por otro, señalaba medio centenar de viajes del ex titular de Transporte en taxis aéreos que habrían sido pagados por Aeropuertos Argentina 2000, el empresario Claudio Cirigliano y otras empresas que él mismo debía controlar. Bonadío le apunta a Jaime por presuntas dádivas.