Convencido de que la UCR es el mejor trampolín para saltar a la presidencia en 2011, el vicepresidente Julio Cobos dio esta semana los primeros pasos para apoderarse de la estructura radical. En su despacho del Senado y acompañado por Daniel Katz –jefe de su bloque de diputados, Consenso Federal–, Cobos recibió a los titulares de las bancadas del radicalismo, Oscar Aguad y Ernesto Sanz, además de al presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales. El objetivo: delinear la vuelta de los cobistas al bloque radical cuando cambie la composición del Congreso y mientras tanto acordar una agenda parlamentaria común. Pero en verdad el paso clave para ponerse el traje de candidato del radicalismo en 2011 lo dio Cobos el martes por la noche, cuando organizó una cumbre a la que se sumaron Enrique “Coti” Nosiglia, Jesús Rodríguez, Ricardo Alfonsín y los cobistas Mario Meoni, César Biffi, Juan Carlos Jaliff, además de la cúpula partidaria.

Como buen ingeniero, el vice parece concentrarse metódicamente en sus objetivos políticos. Primero buscó y consiguió una victoria importante en su provincia, Mendoza. Ahora intentará hacerse de la conducción del radicalismo y después liderar un frente más amplio que lo catapulte a la presidencia de la Nación. Con ese plan en la cabeza y sin fecha de renuncia a la vista, el vice comenzó a negociar con los radicales cómo se concretará la vuelta al partido. “De acá a diciembre vamos a trabajar en interbloque, después armaremos un bloque integrado con el radicalismo. Reestructuración del partido, normalización de la situación en algunas provincias y renovación de autoridades nacionales en diciembre”, enumeró a Página/12 uno de los dirigentes más cercanos al vicepresidente que participó del mitin del martes.

Por más que los cambios se concretarán en meses, la incorporación de los cobistas a la bancada forzará una disputa por los espacios de poder dentro de la UCR, algo que ya comenzó a discutirse. “En la nueva conformación de los bloques pensamos que tiene que haber representación de nuestro sector. No conducir pero sí estar representados”, advirtió Meoni. Los que ya están anotados para pelear por el liderazgo del bloque de diputados son Aguad –su actual presidente– y Alfonsín, quien ingresará en diciembre. “En general, el presidente del bloque es uno que va por segundo mandato”, esgrime una fuente radical de larga trayectoria en el Parlamento, aunque no descarta un cambio de hábito. En el Senado, en cambio, Sanz podría ser reelecto titular de la bancada si no obtiene un destino mayor –como la conducción de la UCR–, o incluso el propio Morales podría quedar al frente.

Para cerrar el complejo entramado radical y paralelamente a la discusión parlamentaria, se librará la batalla por la conducción del Comité Nacional, cargo que el jujeño dejará en diciembre. “El próximo presidente de la UCR va a ungir un candidato presidencial”, advierten en el radicalismo para resaltar la importancia del acontecimiento. Tal como publicó este diario, Sanz se perfila como favorito para la ortodoxia boina blanca, mientras que los cobistas alientan la postulación de otro mendocino influyente: Raúl Baglini. Sin embargo, fuentes radicales que le reconocen una larga trayectoria a Baglini aseguran que el ex presidente de la Convención Nacional en momentos de la Alianza “no quiere saber nada, pero no lo quiere decir”. “Y del otro lado sale Carlos Becerra, que no se achica con nadie”, completa la misma fuente, sumando al ex director de la SIDE.

El senador y ex gobernador de Río Negro Pablo Verani también se anotó por el cobismo y el cordobés Mario Negri por el ala más cercana a Elisa Carrió. Para no manchar su imagen de guardián de la institucionalidad, Cobos no buscará ese sillón, aunque jugará fuerte en la compulsa.

Previo a definir la conducción, se producirá el levantamiento de intervenciones y la convocatoria a elecciones internas en los distritos más importantes, como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, entre otros. Un párrafo aparte merece Corrientes, donde los cobistas apoyan al gobernador Arturo Colombi para que sea reelecto este año, mientras que la UCR orgánica está en manos de su primo y principal competidor, Ricardo Colombi.

Una vez normalizada la situación en todos los distritos, se llamará a elecciones de autoridades nacionales. Cerca de Morales aseguraron que su objetivo antes de concluir su mandato es unificar el partido y que para eso empezaron por el Parlamento. En concreto, eso significa el comienzo del fin de Consenso Federal, el espacio político creado por el vicepresidente para albergar a los ex radicales K.

Recién después de todo el proceso interno, los radicales deberán dirimir quién será su candidato a presidente de la Nación. En el encuentro que tuvo lugar el martes, Cobos ya se ofreció como un “precandidato natural”, aunque tampoco descartó la posibilidad de realizar “internas partidarias” si no se llega a un consenso. Cada vez que pueden, los operadores del vice aclaran que la UCR será “la columna vertebral” de un proyecto más amplio que involucrará al socialismo y a sectores del peronismo.