Jueves, 9 de julio de 2009 | Hoy
EL PAíS › SAMUEL CABANCHIK DEJó EL BLOQUE DE LA FUERZA DE ELISA CARRIó
El senador formó un monobloque. Advirtió sobre “los débiles mecanismos democráticos de participación y el escaso grado de institucionalización” del espacio liderado por la chaqueña, aunque trató de dejarla a salvo de sus críticas.
Por Miguel Jorquera
La decisión sorprendió a propios y ajenos. El senador nacional Samuel Cabanchik renunció ayer a la bancada de la Coalición Cívica (CC) y formó su propio monobloque, Buenos Aires Federal. Igual se mantendrá dentro del abanico electoral del Acuerdo Cívico y Social, aunque espera que ese espacio “no repita la peor historia: la de la Alianza”. En una carta abierta, Cabanchik fundamentó su alejamiento en la “desazón frente a la falta de cohesión interna, los débiles mecanismos democráticos de participación y el escaso grado de institucionalización que ha alcanzado la Coalición Cívica”. En diálogo con Página/12, el senador agregó que la “involución” de ese espacio político “no permitió construir una identidad y una ideología” y que los “errores” en la estrategia electoral, que dejaron en un segundo plano las críticas a la gestión macrista, le hicieron perder apoyo en el electorado porteño. Cabanchik intentó salvar de sus críticas a Elisa Carrió, a quien comparó con Diego Maradona: “Todos sabemos de sus extraordinarias cualidades, pero no le podemos pedir que esté en todos lados al mismo tiempo”.
Carrió incorporó a Cabanchik a la CC como “un gran intelectual independiente” que iba a dar su aporte a una nueva forma de construir política. Aunque con escasa experiencia de militancia partidaria –simpatizó con el PI de Oscar Alende en el retorno a la democracia y tuvo un “fugaz acercamiento” a la UCR a través de su brazo universitario, Franja Morada–, Cabanchik reivindica el rol de los partidos políticos. Una visión que lo llevó a romper con Lilita, que “privilegió” armar una fuerza política y una estrategia electoral alrededor de figuras, “sin ideología, ni dirección colectiva ni debate”.
–En su carta afirma que existen varios motivos para tomar la decisión, pero ¿cuál fue el tema de fondo que lo llevó a romper con la CC?
–Todo aquello que me entusiasmó, las propuestas democráticas de Elisa Carrió, que hicieron que trabajara de lleno en la construcción de la plataforma electoral de la CC y que aceptara la candidatura a senador que la gente acompañó con su voto, no evolucionó, sino que involucionó. Esperaba que construyéramos una alternativa política para la Argentina, con identidad, con ideología. Pero eso no sucedió.
–Usted no reniega de la alianza electoral que construyó la CC, pero sí del espacio partidario. ¿Por qué?
–La CC nunca se constituyó como un partido político, con internas, con derechos y deberes, con una dirección colectiva donde haya debate. Todo eso no existe. La CC se conformó con tres partidos: ARI, Unión por Todos y País. A lo que ahora se suma en el Acuerdo Cívico y Social, la UCR y el cobismo, como una expresión política diferente que puede mostrar que no sólo el peronismo es alternativa de gobierno. Ahora, si va a repetir la peor historia, que fue la Alianza, que no cuenten conmigo.
–¿No incluye en esta crítica a Carrió?
–Mire, es lo mismo que Maradona. Todos sabemos de sus grandes cualidades, pero no le podemos pedir que esté en todos lados y solucione todos los problemas. La CC no logró constituirse hacia adentro en la misma medida que hacia afuera, donde ha contribuido a hacer y consolidar un nuevo espacio, el Acuerdo Cívico y Social.
–Pero Carrió es quien trazó esta estrategia política y electoral de la CC. ¿En qué falló?
–En medio de esta apertura, sin la construcción de una identidad propia, no se le habló claramente al pueblo de la ciudad de Buenos Aires. Eso posibilitó que (Fernando) “Pino” Solanas capitalizara una importante cantidad de votos que naturalmente deberían haber sido nuestros.
–¿Considera que fue un error poner a Alfonso Prat Gay a la cabeza de la boleta porteña del Acuerdo Cívico y Social?
–Son obvias las condiciones profesionales de Prat Gay y su gran predisposición, aunque como candidato no tuvo mucha ayuda. Que Elisa Carrió no fuera la cabeza y que estuviera tercera en la lista fue un mensaje equivocado a la sociedad. No se puede decir no tengo ganas, no me importa, ser diputada no es lo que a mí me importa, más allá de lo bueno o lo malo de esa decisión. También era necesario tener un discurso más claro y crítico sobre la gestión del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, en la ciudad, y no sólo con el kirchnerismo.
–¿Cree que la decisión de Carrió de no confrontar electoralmente con Gabriela Michetti perjudicó el armado de la lista de candidatos?
–Creo que sí. Durante estos años se fue desdibujando nuestra identidad y con ella los lineamientos y las conclusiones a las que había que arribar. No se puede jugar, por ejemplo, a si (Ricardo) López Murphy es ahora un aliado o no, porque esto tiene que ver con la ideología.
–¿Cuál es la ideología que a su juicio debería haber tenido la CC?
–De izquierda republicana. Debía haberse dirigido a ese electorado, pero no lo encontró con su propuesta. Esto debilita el proyecto de armar otro relato de la historia política. No estoy a favor de las falsas antinomias de peronismo o antiperonismo, pero sí a favor de buscar y construir otras alternativas.
–La división entre “buenos y malos” que hace Carrió, ¿no contribuyó a desideologizar su propuesta política?
–Esa no es una definición política. Reivindico el triple contrato moral que propuso la CC: el moral, el de la distribución del ingreso y el republicano. Pero ésa es apenas la base, no se debe agotar ahí la política.
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