El canciller Jorge Taiana recibió en su despacho al ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, quien llegó a Buenos Aires como parte de una gira por la región. En la audiencia, Taiana le expresó la preocupación del gobierno argentino por la situación de Gaza; el encuentro tuvo una faceta menos ríspida cuando los funcionarios acordaron avanzar en los preparativos de la visita que hará en noviembre el presidente israelí Shimon Peres. La presencia de Lieberman en Buenos Aires fue repudiada con una marcha de organizaciones de izquierda, que se manifestaron en el centro con banderas palestinas.

Esta es la primera visita de un canciller israelí a la Argentina, el país de América latina con la mayor comunidad judía. Al anunciar la gira, la Cancillería de Israel informó que el propósito del viaje de Lieberman –integrante del sector de ultraderecha de su gobierno– sería el de contrarrestar “la creciente actividad de Irán en América del Sur”.

Durante el encuentro de ayer, Taiana le dijo a Lieberman que la Argentina “no tiene buena relación con Irán” y apuntó que, de hecho, en la Asamblea General de las Naciones Unidas el Gobierno reclamó públicamente que Irán cumpla y preste colaboración a la Justicia argentina en la investigación del atentado de la AMIA.

Según informaron asistentes a la reunión, Taiana le planteó por otra parte que la Argentina siente “preocupación” por las persistentes restricciones que sufren los pobladores de Gaza y cuestionó la ofensiva militar israelí de fines del año pasado que provocó más de 1400 muertos. Aquella incursión fue condenada por el gobierno nacional.

En esa línea, Taiana reiteró que el país “considera que es imperioso y necesario construir una paz estable y duradera en la zona”, que permita concretar la creación de un Estado Palestino y también cumplir con el derecho de Israel de vivir dentro de fronteras seguras reconocidas internacionalmente.

Del encuentro de trabajo participaron, por la parte argentina, el Jefe de Gabinete del canciller, Alberto D’Alotto; el titular de la Dirección de Africa del Norte y Medio Oriente, José Pico, y el embajador argentino en Israel, Atilio Molteni. A Lieberman lo acompañaron el embajador en Buenos Aires, Daniel Gazit, y el director del Departamento de América del Sur de la Cancillería de Israel, Alexander Ben-Zvi. La entrevista fue reservada: sólo se permitió el ingreso de un fotógrafo de la Cancillería y no hubo contactos de los visitantes con el periodismo.

La visita del funcionario se realiza rodeada de fuertes medidas de seguridad. Lieberman llegó acompañado de una delegación de autoridades y empresarios, y después de reunirse con Taiana se entrevistó con hombres de negocios de la Argentina. El canciller israelí les dijo que la Argentina e Israel son países que “se complementan”.

“La Argentina tiene recursos naturales y fuentes de energía e Israel es un país pequeño y semiárido, pero con experiencia en tecnologías alcanzadas, por ejemplo en medicina y defensa”, señaló. “Nuestro comercio bilateral asciende a 300 millones de dólares anuales y eso no es suficiente. Creemos que podemos duplicarlo en los próximos años.”

En la agenda del funcionario está previsto que mantenga entrevistas con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y con integrantes del Grupo Parlamentario de Amistad Argentino-Israelí.

Lieberman además visitará el edificio de la AMIA y la sede de la Embajada de Israel, aunque encontrará resistencias entre los familiares de las víctimas. Desde Apemia (Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA) ya repudiaron su visita, calificando al funcionario de “racista” y “símbolo internacional de la opresión y negación de los derechos del pueblo palestino”.

La gira de diez días del canciller abarca también Brasil, Colombia y Perú. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo recibió en Brasilia el miércoles pasado. La semana próxima, Lieberman se reunirá en Lima con Alan García y en Bogotá con Alvaro Uribe. Aquí, en cambio, no se entrevistará con la presidenta Cristina Kirchner. La Argentina es el único punto de la gira donde el canciller sólo tendrá contactos a nivel ministerial.