Viernes, 24 de julio de 2009 | Hoy
EL PAíS › LOS “GORDOS” SE REUNIERON Y DECIDIERON NO EMIGRAR DE LA CGT
A pesar de la beligerancia previa, los antimoyanistas acordaron en que “reina nuevamente el diálogo” y que la central obrera “no se quebró”. Dijeron que los sectores enfrentados se sentarán a “una mesa colegiada”, todavía sin fecha.
A pesar de las amenazas de portazos y ruptura, los “Gordos” decidieron no emigrar de la CGT ni formar otra central sindical paralela, pero volvieron a criticar la “conducción personalizada” y la “metodología” del camionero Hugo Moyano. “No hay ninguna fractura de la CGT, vamos a volver al consejo directivo”, se encargó de confirmar ante los periodistas el jefe de UPCN, Andrés Rodríguez. Gerardo Martínez, de la Uocra, fue más conciliador: afirmó que en la CGT hay “un ambiente diferente, reinan nuevamente el diálogo y la concordia y el respeto mutuo entre los diferentes dirigentes”. Después pronosticó sin fecha que “el encuentro (entre los sectores enfrentados) se va a dar, en una mesa colegiada”.
Los “Gordos” Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Armando Cavalieri (mercantiles) y José Pedraza (ferroviarios), además de los “independientes” Martínez y Rodríguez, llegaron hasta el estacionamiento del edificio del gremio de Sanidad, en el barrio porteño de San Cristóbal, en sus herméticos vehículos con vidrios polarizados y sin hacer declaraciones. Adentro los esperaba el dueño de casa, el también “Gordo” Carlos West Ocampo. La reunión duró más de tres horas y no había certeza de que los sindicalistas díscolos enfrentaran a los periodistas.
El encuentro terminó después de que el propio Moyano hizo un guiño conciliador a los rebeldes y les envió un mensaje de unidad desde uno de los salones de la histórica sede cegetista de la calle Azopardo, hasta donde acudieron camioneros y gremios amigos para respaldar su gestión como secretario general de la central sindical.
“No hay ninguna fractura, no nos vamos a ir de la CGT porque somos CGT”, fue la respuesta casi inmediata de Rodríguez, desde el gremio de Sanidad, en una rueda de prensa que compartió junto a Martínez y Cavalieri. “Ratificamos nuestra pertenencia absoluta”, insistió el gremialista estatal y afirmó que “sólo hemos cuestionado una metodología de una conducción personalizada y queremos que cambie”.
Martínez fue quien interpretó de manera más benévola el pedido de disculpas que Moyano hizo público en el acto cegetista. “Hay un ambiente diferente, reinan nuevamente el diálogo y la concordia y el respeto mutuo entre los diferentes dirigentes”, dijo el líder de los albañiles. Luego confió en que “el encuentro (con los moyanistas) se va a dar, en una mesa colegiada”, sin precisar fecha ni condiciones.
Cerca de los gremialistas rebeldes sostenían que “Moyano había cumplido” con disculparse (de sus acusaciones) para evitar la ruptura y como primer paso de los compromisos que ambos sectores beligerantes contrajeron en charlas con distintos interlocutores del Gobierno, para no dejar rengo el consejo económico y social que el Ejecutivo intenta armar para dialogar con empresarios y trabajadores.
Un trabajo al que aportaron los ministros Carlos Tomada (Trabajo), Julio De Vido (Planificación) y Aníbal Fernández (jefe de Gabinete). El segundo paso es económico, está vinculado con las obras sociales sindicales y debe resolverse dentro de la central obrera (ver nota central).
La sangre no llegó al río, aunque la decisión salomónica que tomaron ayer los pesos pesado del sindicalismo ortodoxo no conformó por igual a todos los disidentes que participaron del cónclave antimoyanista. Antes, durante y después hubo distintas opiniones sobre Moyano.
Lescano, uno de los más belicosos, insistía hasta ayer por la mañana en que los “Gordos” dejarían solo al camionero en la dirección de la central sindical. “Vamos a seguir estando en la CGT, pero no como conducción, no como miembros del consejo directivo”, aseguró Lescano antes de concluir que “Moyano puede seguir tranquilo, conduciendo a su antojo”. Por esas mismas horas el estatal Rodríguez opinaba diferente: “Vamos a intentar que no se rompa. Mi gremio va a procurar encontrar los equilibrios y cambios de actitudes y metodologías necesarios”, aunque todavía “Gordos” e “independientes” mascullaban bronca por los dichos de Moyano.
El camionero había cruzado duro a los rebeldes acusándolos de haber “entregado toda la vida a la gente” y recordándoles su pasado menemista. El propio Rodríguez tuvo que dar explicaciones: “La CGT, en la época de Menem, preservó un montón de realidades que si no lo hubiese negociado con inteligencia lo hubiese perdido, como por ejemplo la vigencia de los convenios colectivos”, argumentó el dirigente de UPCN aunque reconoció que “otras cosas se perdieron”.
Por ahora, las disculpas públicas de Moyano alcanzaron para evitar la fractura cegetista pero los “Gordos” no se conformarán sólo con eso.
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