La Matanza no sólo es el distrito más poblado del conurbano, sino que fue históricamente uno de los más postergados. Aguas Argentinas dejó 50 por ciento de la población sin tendidos de agua corriente y 70 por ciento sin cloacas. Según los funcionarios de la comuna, la concesionaria ni siquiera planificó la extensión de esas redes de agua hacia los barrios más pobres. A eso se refirió Cristina Fernández ayer en La Matanza, durante un acto de prueba de módulos de la red de agua potable. “Estamos aquí”, dijo la Presidenta. “Sobre pavimento nuevo, abriendo una canilla con la que brindar el servicio a miles de ciudadanos.”

Técnicamente, Cristina fue a La Matanza para inaugurar una de las obras de infraestructura más importantes: una prueba hidráulica de un módulo en González Catán que permitirá la provisión de agua para un tendido de veinte cuadras. En casas donde hasta ahora proliferaba la hepatitis A y la parasitosis, porque las familias buscaban agua a 10 o 15 metros bajo suelo, donde están las napas freáticas porque no tenían las formas de excavar más, dice a Página/12 Herminio Bayo, secretario de Obras Públicas del distrito.

“Ese agua potable se construye sobre la base del trabajo solidario de las cooperativas, lo que permite que otros hermanos sin empleo se organicen solidariamente en las cooperativas para contribuir a la calidad de vida de todos los argentinos”, dijo la Presidenta durante la ceremonia.

Esas cooperativas son, en La Matanza, 36 emprendimientos donde trabajan unos 570 desocupados. El marco es el programa Agua más Trabajo, desde donde se hizo el avance de la red de agua y unas 500.000 cloacas en los últimos cinco años.

“Pareciera que venir a inaugurar una escuela, un pavimento o una red de agua potable fueran cosas sin necesidad –dijo ella–, porque ya deberían haber llegado aquí hace décadas, pero es así porque es la historia que supimos construir y es por eso que hay otra historia por construir con mucho compromiso.”

En el barrio Dorrego de González Catán estuvieron el gobernador Daniel Scioli y el vicegobernador y ex intendente de La Matanza Alberto Ballestrini. También José López, de Planificación, y las autoridades de AYSA. Los funcionarios de la comuna sabían desde hacía una semana que la Presidenta iría a inaugurar las obras. Su presencia también puede leerse como un respaldo a Balestrini que, según algunas versiones, trabaja de arquero en el PJ bonaerense: intenta atajar a los intendentes que amenazan con irse tanto por derecha como por izquierda.

Como sucedió hace unas dos semanas en el acto, CFK volvió a comparar su gestión y el enfrentamiento con la oposición y el Grupo Clarín con la gesta del coronel Manuel Dorrego. Explicó que “Manuel Dorrego, un gobernador popular de esta querida provincia de Buenos Aires y a quien los poderes no querían porque les ponía precios máximos al pan y a la carne y porque gravaba con impuestos a los productos importados que atentaban contra la producción nacional; por eso lo habrán fusilado porque no lo querían”, dijo y destacó que “tenía compromiso con el pueblo”.

En ese sentido, reiteró que “es por esa Argentina por la que hay que seguir luchando” y al dirigirse a los vecinos les dijo que “sepan que cuando me rodeo de sus afectos, sus cariños, sus besos es como si me inyectaran kilos de fuerza para seguir adelante”.