Miércoles, 21 de octubre de 2009 | Hoy
EL PAíS › LUEGO DE QUE ALLANARAN SU MINISTERIO, MONTENEGRO DEBIó SALIR A DAR EXPLICACIONES POR EL ESCáNDALO DE LAS ESCUCHAS TELEFóNICAS
El ministro de Justicia y Seguridad porteño dijo que abrió cuatro sumarios luego de que se supiera que el abogado Ciro James se comunicaba desde sus dependencias. La oposición reclamó que Macri salga a dar explicaciones.
Por Werner Pertot
El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, ordenó cuatro sumarios luego de que la Justicia estableciera que Ciro James –detenido en la investigación por las escuchas a un familiar de una víctima de la AMIA– hizo llamados con su celular desde la antena más cercana a la sede de la Policía Metropolitana. Después de que allanaron ayer las oficinas de su ministerio, tuvo que dar una conferencia de prensa en la que reconoció, por primera vez, que James iba a ser contratado en la Metropolitana. También afirmó que en Educación iniciaron otro sumario para indagar cuáles eran las funciones que cumplía allí, algo que ningún funcionario PRO pudo explicar. Aunque admitió que existen llamados cruzados entre James y el actual jefe de la policía porteña, Osvaldo Chamorro, dijo que eran exclusivamente por los trámites para contratar al espía. En tanto, la oposición porteña cuestionó “el silencio cómplice de Mauricio Macri” y volverá a intentar interpelar hoy a Montenegro y al ministro de Educación, Mariano Narodowski.
James fue detenido en la causa en la que el juez Norberto Oyarbide investiga las escuchas a Sergio Burstein –uno de los familiares de la AMIA que más se opuso a la designación de Jorge “Fino” Palacios en la Metropolitana–, que se hicieron a partir de una orden de dos jueces de Misiones. Según consta en el expediente, James fue quien les dio el dato para pinchar los teléfonos de Burstein y tenía autorización para retirar los casetes. La Justicia allanó el lunes el Ministerio de Educación porteño, la oficina de Chamorro y de dos agencias de seguridad vinculadas con Palacios y, ayer, las oficinas del Ministerio de Justicia (ver aparte).
La preocupación se percibía en Bolívar 1: Montenegro estuvo reunido durante un poco más de una hora con el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el secretario general Marcos Peña, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Diego Santilli, y los funcionarios de segunda línea del Ministerio de Justicia. Allí definieron qué es lo que iban a decir ante los llamados de James desde la celda que corresponde al Ministerio de Justicia –que indicarían que estuvo trabajando allí–, las 150 llamadas cruzadas que la Justicia detectó entre James y Palacios, y el inexplicado contrato que James tenía en Educación. Decidieron sugerir la idea de una “infiltración” por parte de la Policía Federal y despegarse de Palacios.
El nerviosismo llegó al propio jefe de Gobierno, que estuvo reunido con sus consejeros más cercanos, José Torello y Nicolás Caputo. En medio de la conferencia de prensa, Macri lo mandó a llamar a Montenegro a través de su chofer: “Gordo, vení, así me chusmeás”. Montenegro salió, le fue a decir que todavía seguía hablando con los canales de televisión y volvió. En el gobierno porteño ya hay varias voces que, por lo bajo, prenuncian la salida de Montenegro, que él se ocupó de desmentir una vez más.
“A mí también me interesa saber si hay más Ciros James en la ciudad”, afirmó Montenegro, quien anunció que inició cuatro sumarios (de la auditoría interna policial, de la externa, de la del Ministerio de Justicia y de la Procuración porteña) para establecer “si el señor James, que no prestaba servicios, concurrió al Ministerio de Justicia”. “Chamorro está en condiciones de explicar el origen de los llamados”, estimó el ministro, a quien Chamorro le dijo que los llamados entre él y James eran para discutir su futura incorporación. Montenegro sostuvo que el jefe de la Metropolitana dialoga frecuentemente con todos los aspirantes que tienen chances de entrar. Serían unas 200 personas...
Luego Montenegro cambió de estrategia: aseguró que le resultó “muy raro el allanamiento”, ya que se enteró primero por televisión, insistió en que los periodistas se enteran antes que él de las medidas judiciales y dijo que no comparte “las aristas de la investigación”. Por último, intentó vincular el escándalo a “intereses políticos y económicos que no quieren que salga la Metropolitana”.
Los opositores cuestionaron el silencio de Macri y convocaron a una sesión especial para hoy para interpelar a Montenegro y Narodowski. “Un caso de espionaje ilegal afecta a un opositor y el jefe de Gobierno guarda silencio”, reprochó Aníbal Ibarra, en una conferencia de prensa con los bloques opositores de la Legislatura. “James trabajaba no sólo en el Ministerio de Educación, sino también en la Policía Metropolitana, donde estaba esperando su designación formal”, sostuvo el ex jefe de Gobierno, quien relató que existen al menos 25 llamadas hechas desde el celular de James en la antena cercana al Ministerio de Justicia: “El 3 de septiembre hizo cinco llamadas: una a las 18.52, otra a las 19.01, a las 19.43, 19.45 y 20.11”. “Es el momento de que el ministro de Justicia dé un paso al costado”, exigió la kirchnerista Silvia La Ruffa. “Las explicaciones ministeriales de ‘yo no lo vi’ ya no caben. Hay un responsable político, que es Macri”, insistió el jefe del bloque de la Coalición Cívica Sergio Abrevaya. “Se confirmó que Palacios era una persona peligrosa que hizo honor a las ideas de su libro Terrorismo en la Aldea Global: se ha dedicado a espiar”, advirtió la diputada de Nueva Izquierda Patricia Walsh. “Estamos ante un Watergate porteño”, tituló el ibarrista Eduardo Epszteyn. En tanto, el legislador de Igualdad Social, Martín Hourest, consideró que “se pasó de un estado de derecho a un estado de sospecha. Quien hace falta que hable es el ‘jefe de los silencios’, que es Mauricio Macri.”
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