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Sin pelos en la lengua, la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay opinó sobre la designación de Abel Posse como ministro de Educación de la ciudad y no sólo eso. También habló de la decisión política del gobierno nacional de desconocer un fallo del máximo tribunal que ordenaba desalojar la sede del gremio de aeronavegantes, del rol de los sindicatos tradicionales y su oposición a medidas que amplían la libertad sindical y hasta de la cobertura que hacen los medios de los actos delictivos.

“Es un poco machista en el sentido de que no está muy de acuerdo con los tiempos”, dijo Argibay acerca de Posse y advirtió sobre sus “resabios de no respetar la igualdad ante la ley que debemos tener todos los ciudadanos, cualquiera sea nuestro sexo u orientación sexual”. Aunque expuso sus reparos de opinar sobre la decisión de Mauricio Macri de nombrar al ex cónsul de la dictadura al frente del Ministerio de Educación porque sería entrar en un “terreno delicado”, la jueza de la Corte admitió que la elección del jefe de Gobierno porteño no la “entusiasma”.

“Es preocupante que no se cumplan las órdenes de los jueces porque entonces, ¿para qué estamos?”, se preguntó respecto de la reticencia del poder político a acatar dos fallos de la Corte Suprema: la orden de restituir al procurador general de la provincia de Santa Cruz, ignorada por el gobernador Daniel Peralta, y la resolución de desalojar la sede del gremio de aeronavegantes, que la policía no llevó a cabo por mandato del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “Si hay órdenes de los jueces hay que cumplirlas y, si no, hay que discutirlas pero en el lugar donde se debe, que es en los expedientes, en los juicios”, completó Argibay.

Con respecto al fallo que dio el máximo tribunal la semana pasada, que ampliaba la protección a todos los delegados, aunque no estén afiliados a un sindicato con personería gremial, la jueza sostuvo que algunos dirigentes sindicales “tienen temor de que algunos fallos les recorten poder”, aunque aclaró que no cree que sea así y completó: “Estamos cumpliendo lo que dicen las convenciones internacionales que hemos firmado”. Por último, la magistrada cargó contra la forma en que los medios generan una sensación de inseguridad. “Que el delito existió, existió siempre”, razonó. El problema, dijo, es que ciertos periodistas “dan la noticia en forma histérica, inventan, dicen cosas que no pueden comprobar” y concluyó pidiendo que no haya “ni una cobertura histérica ni una falta total de cobertura”.