EL PAíS › HOMENAJE AL DIRIGENTE SINDICAL JORGE DI PASCUALE, SECUESTRADO EN 1976

Una despedida que debió esperar 33 años

No menos de veinte coronas de flores engalanaban la puerta del Sindicato de Empleados de Farmacia, mientras unas cincuenta personas ocupaban la calle Rincón, con el tránsito cortado. Eran las diez de la noche, y adentro seguían velando los restos de Jorge Di Pascuale, respetado dirigente del sindicalismo de base y la resistencia peronista, secuestrado y desaparecido por el aparato represor de la dictadura en 1976. Sus restos fueron identificados y recuperados gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense.

Junto a Agustín Tosco y Raimundo Ongaro, con quienes compartió un lugar en la junta coordinadora de la CGT de los Argentinos, Di Pascuale fue uno de los más importantes referentes del sindicalismo peronista de izquierda durante las décadas del ’50 y ’60. Quienes lo conocieron destacan su humildad y su vocación de servicio, sólo comparable con su fanatismo por Boca. Fue delegado personal de Juan Perón para los países socialistas, y aunque se exilió en Venezuela poco antes del golpe de 1976, sólo aguantó tres meses y volvió para luchar: lo secuestraron antes de que terminara ese año.

El velatorio estaba anunciado para las seis de la tarde, pero la gente comenzó a llegar tres horas antes para realizar una despedida postergada durante 33 años. “Salió el acto que queríamos hacer: sin tristeza, pero con un profundo cariño”, explicó Alfredo Ferraresi, quien fuera su más cercano colaborador a lo largo de toda la carrera del dirigente, desde que a los 27 años fue elegido secretario general del sindicato. Junto a Ferraresi había varios dirigentes que compartieron espacio con Di Pascuale en algún momento de su vida, como los diputados Julio Piumato y Juan Carlos Dante Gullo. El ambiente no era de tristeza sino de nostalgia, y los viejos compañeros de ruta recordaban anécdotas y momentos más gratos.

Abajo, en el salón de actos, estaba la urna con los restos del dirigente, recuperados de una fosa común en el cementerio de Avellaneda hace dos semanas, escoltada por cuatro coronas más, de sus hijos y nietos, de los dos principales gremios farmacéuticos (Fenaemfa y Adefa) y una enviada por “la Presidenta de la Nación y Dr. Néstor Kirchner”. Entre las que estaban afuera, se destacaban las que habían llevado el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; el dirigente de Sutecba Amadeo Genta, la Central de Trabajadores Argentinos y el gremio docente Ctera.

“Con esto te das cuenta del cariño que le tenían a mi viejo”, se emocionaba Fernando Di Pascuale. “Hoy es un día alegre, mañana no sé –comentó–. Estoy contento porque recuperé algo que estaba buscando hace treinta y tres años. Recién hoy empieza el duelo, porque al fin encontré lo que busqué toda mi vida. Primero lo buscaba vivo, después loco y finalmente buscaba su cuerpo. De los treinta mil desaparecidos sólo identificaron a menos de 150, por lo que de alguna manera debo sentirme afortunado.”

El velatorio continuaba toda la noche en la sede del Sindicato de Empleados de Farmacia y hoy, cerca de las diez de la mañana, la urna con los restos de Di Pascuale será trasladada al cementerio de la Chacarita, donde el padre Luis Farinello oficiará un responso en su memoria.

Informe: Nicolás Lantos.

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“Hoy es un día alegre, mañana no sé”, se emocionó Fernando Di Pascuale.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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