Dicen que en la reunión se escuchó la palabra “traidor”. Que Enrique “El Japonés” García, en términos muy duros, consideró que no estaba para nada de acuerdo con el rol de Julio Cobos y sugirió que se le debería pedir la renuncia. El contexto fue un encuentro en Olivos entre el ex presidente Néstor Kirchner; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y una decena de intendentes radicales K de la primera y sexta sección del conurbano. En la agenda no sólo se habló de Cobos y de Martín Redrado. Hubo tiempo hasta para discutir realineamientos bonaerenses y hasta de pasarle facturas a Sergio Massa.

El dato es que Kirchner, ahora en la Cámara de Diputados, retomó las reuniones que había empezado a sostener después de las elecciones de junio con los caciques del conurbano, algunos de ellos más díscolos y otros más alineados con el oficialismo.

Esta vez, los convocados fueron los jefes de los distritos de la sexta sección y de la primera, vecinalistas y radicales K. Entre ellos, estuvieron el intendente de General Pueyrredón, Gustavo Pulti; de San Martín, Ricardo Ivoskus, que dejó por unas horas sus días de descanso en Pinamar, y el de Vicente López, El Japonés García, uno de los principales referentes de ese espacio.

Kirchner habló de lo que estaba pasando en el país. De la situación que se está dando con el vicepresidente y el titular del Banco Central. Según alguno de los participantes, Kirchner dijo que la situación de Redrado “no daba para más”. Y en los mismos términos habló de Cobos. En ese contexto, García se convirtió en una suerte de interlocutor de la opinión de los intendentes.

“Si la pregunta es si lo mataron a Cobos”, explicó un vocero de la Rosada, “sí, dijeron que no estaban para nada de acuerdo”. Si la pregunta es si el Japonés García lo criticó, “sí, lo criticó”, siguió la fuente. Y entre los intendentes alguno explicó que entre esas críticas, el Japonés García insistió en que “debería renunciar”.

El último 7 de enero, lejos de Buenos Aires, cerca del lugar de veraneo de la clase política, Ivoskus abrió las puertas de su casa de descanso en Pinamar para una reunión que provocó cierto revuelo. Entre los presentes estaban algunos integrantes de los sectores que los radicales K llaman “vecinalistas”, pero que son intendentes propios o que han pertenecido al justicialismo. Entre ellos estuvo Pablo Bruera, el intendente de La Plata, enfrentado con el Gobierno desde la última elección. Según algunos, en ese encuentro se empezó a pensar en la opción de un espacio político propio en vistas a las elecciones de 2011. Para unos, esas opciones son dentro del kirchnerismo, pero para otros –como Bruera– no.

“El problema fue que Bruera salió a hablar enseguida de un alineamiento con Sergio Massa, y nosotros no tenemos nada que ver”, explicó un intendente. En ese contexto, algunos pidieron una reunión con Randazzo. Para explicarle, para realinearse. Randazzo aceptó el convite y sumó a Kirchner en la reunión.