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Una pregunta desvela a los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires. No es existencial, como aquella que popularizó el gran dramaturgo inglés, pero encierra un verdadero dilema para los jefes comunales del PJ: “¿Kirchner o Duhalde?”. Eso no implica que los caciques del Conurbano tengan dudas sobre cuál es el dirigente que reconocen como conductor, porque los intendentes son, obviamente, duhaldistas. Lo que está en debate es a qué candidato apoyarán en la interna. Luego de que regresara de Córdoba, el propio Eduardo Duhalde encargó al presidente del PJ bonaerense, el eterno “Manolo” Quindimil, y a Baldomero “Cacho” Alvarez, ex intendente de Avellaneda, para que organicen una reunión de fin de año con el gobernador, Felipe Solá, y todos los dirigentes de la provincia.
El peronismo bonaerense se considera el virtual elector de la interna del PJ: gobierna muchos municipios del Conurbano, y mantiene una estructura territorial que, supuestamente, representa a muchos habitantes del Gran Buenos Aires. Conscientes del peso electoral, los peronistas de la provincia saben que no les queda mucho tiempo para resolver quién se beneficiará con sus votos. Por eso, mañana al mediodía, todos los peronistas de la primera y tercera sección electoral –noroeste y sur del Gran Buenos Aires– se encontrarán en la paradigmática quinta de Hugo Toledo, que se llama “Los Caudillos”, por orden del propio Duhalde.
En el encuentro, que comenzará al mediodía, se debatirá a quién apoyar en las próximas internas. El jueves a la noche, Duhalde se reunió en Olivos con Kirchner, en un mano a mano que se mantuvo en bajo perfil y que presenciaron, como testigos, el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, y el operador favorito del santacruceño, Alberto Fernández. Según los allegados de Kirchner, en aquella reunión Duhalde prometió que todo el PJ bonaerense se encolumnará detrás del patagónico. “Duhalde se comprometió a hablar con todos los dirigentes bonaerenses, incluso hoy (por ayer) se reunía con Felipe, y prometió que iba a hablar con todos los gobernadores peronistas”, aseguró a Página/12 un asesor de Kirchner.
Entusiastas como nunca, desde el entorno del santacruceño pronosticaron un respaldo general de todo el peronismo bonaerense. “Se planteó la posibilidad que el peronismo de la provincia de Buenos Aires en las próximas horas adhiera a la candidatura de Néstor Kirchner”, aseguró ayer Alberto Fernández, principal negociador del santacruceño y habitual contacto con Pampuro. Desde el Gobierno, entretanto, se intentó bajar el tono. El Jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, aseguró desde Olivos que el Gobierno “no tiene, no tuvo, ni va a tener candidatos”.
La confianza del entorno de Kirchner contrastaba con lo que decían ayer varios intendentes del Conurbano, y que repetía un legislador con mucha responsabilidad en el bloque del PJ. “La única posibilidad que tenemos de que Menem no llegue a ser presidente es que Duhalde juegue, y que juegue él –aseguró ayer a Página/12 un reconocido dirigente del duhaldismo “de paladar negro”–. El problema de Kirchner es que no lo veo a (Hugo) Curto, ni a los Rodríguez (por Oscar, jefe de la SIDE, y su esposa, la senadora Mabel Müller), jugando con él.” Otro bonaerense, esta vez un intendente del sur del Conurbano, confió que en la provincia están analizando la posibilidad de “armar una movilización en apoyo a Duhalde”.
Un sector del PJ de la provincia quiere que Duhalde sea el candidato que enfrente a Carlos Menem, tanto en la interna como en una elección general, si se aplica la ley de lemas que propuso Juan Carlos Romero. Esa propuesta se concretaría una vez que Duhalde renuncie el 25 de mayo. Entonces asumiría el titular de Diputados, Eduardo Camaño, y las elecciones se harían en octubre. Un bonaerense que compartió con Duhalde el reciente viaje a Córdoba contó ayer que un nuevo Operativo Clamor estaría en cierne: “Duhalde se va el 25 de mayo, se toma 90 días, hace 30 días de silencio y después el peronismo lo va a buscar en bloque”. Por ahora, Duhalde niega que se vaya a postular tras el 25 de mayo, y hace señales afavor de Kirchner. Sus hombres, que dicen conocerlo muy bien, esperan otra cosa.