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La Junta Electoral del radicalismo postergó para el lunes la definición de la interna, lo que no impidió que los dos postulantes insistieran ayer en proclamarse ganadores: Leopoldo Moreau dijo que había triunfado por una diferencia de 2742 votos, mientras Rodolfo Terragno insistía con que “ni con un megafraude han podido ocultar nuestra victoria arrolladora” y anunciaba que estaba dispuesto a impugnar la elección ante la Justicia. Así, la interna más loca del mundo –más de una semana para definir un cargo entre sólo dos listas– sigue indefinida, y logró lo que parecía imposible: poner a la UCR en lugar peor al que se encontraba.
El argumento de la Junta Electoral para suspender hasta el lunes el conteo de votos fue tan absurdo como el desarrollo de la interna: argumentó que los datos de Santiago del Estero aún no habían llegado a Buenos Aires, como si las boletas tuvieran que recorrer el camino a pie. Esto no impidió que extraoficialmente fuentes del Comité Nacional anticiparan una diferencia de unos 4 mil votos a favor de la lista Moreau-Mario Losada.
En cualquier caso, esto bastó para que Moreau, que el día anterior había jurado que no se iba a consagrar ganador hasta que no estuvieran los datos finales, organizara una conferencia de prensa en un hotel céntrico en la que se autoproclamó “candidato presidencial del radicalismo” por una diferencia de 264.889 a 262.147 votos. Cuando lo consultaron por los votos supuestamente sin contar de Santiago del Estero, el diputado negó la información: dijo que las cifras estaban desde la tarde y que la diferencia nacional a su favor era pequeña pero irreprochable.
Más tarde, Terragno emitió un comunicado en el que explicó que su ventaja en Santiago del Estero era amplia y que alcanzaba para proclamarlo ganador “aún dando por válido el burdo resultado de Formosa” (donde Moreau supuestamente obtuvo que 17 mil votos de diferencia).
Cerca de Terragno intentaban por todos los medios demostrar la magnitud de las supuestas irregularidades: decían que era ridículo el número de 70 mil votantes en Chaco, que superaba al de la interna abierta de la Alianza; que era imposible que Moreau triunfara en el total nacional cuando había sido derrotado en la Capital, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza; y que pensar que 30 mil formoseños se acercaron a votar el domingo pasado era directamente un absurdo.
El día anterior, a través de un comunicado, Terragno había hablado de “fraude”, mientras que algunos de sus seguidores insinuaban la posibilidad de que presentara su candidatura por fuera del partido. Ayer, sin embargo, el senador había descartado esta hipótesis con el argumento de que debilitaría su figura, ya de por si dañada después de semejante interna.
La opción, entonces, era llevar el tema a la Justicia. “Es tan burdo lo que se pretende hacer que se va a caer solo. Mal podríamos ofrecernos para derrotar al PJ y gobernar el país si nos dejáramos arrebatar el triunfo arrollador que logramos el domingo. Nadie podrá robarnos el triunfo”, sostuvo anoche Terragno, en un comunicado en el que adelantó que, si la Junta confirma la diferencia de Formosa y Chaco, impugnará los números ante la Justicia.
A pesar del tono aguerrido del ex jefe de Gabinete, sus socios internos, entre quienes se encontraban Federico Storani y Jesús Rodríguez, no se mostraban muy esperanzados con la estrategia. “Es un trámite largo y con final abierto”, aseguraban.
Viejos conocedores de la dinámica partidaria, explicaban que, si la cúpula radical termina aceptando el triunfo de Moreau, quedaría poco por hacer. “Vamos a declarar la independencia de los comités provinciales. Y a insistir con que Moreau hizo lo que hizo porque su estrategia es conseguir la candidatura para después bajarse y negociar con el peronismo”, señalaban. El día anterior, en el comunicado en el que anunciaba su renuncia a la vicepresidencia de la UCR, Juan Manuel Casella habíainsinuado que la verdadera intención de Moreau era “dejar el radicalismo sin candidato”.
“Voy a enfrentar a la o las fórmulas del PJ”, respondió Moreau. Consultado por las acusaciones de sus rivales, sus voceros se defendían con el argumento de que los comicios habían sido transparentes. “En los distritos donde los jefes partidarios respaldaban a Terragno, como la Capital, Buenos Aires o Mendoza, ganaron ellos. En los que nos apoyaban a nosotros, como Chaco y Formosa, ganamos nosotros”, aseguraban. “Amenazan mucho por los medios, pero en los dos distritos cuestionados, Chaco y Formosa, los apoderados de Terragno no presentaron impugnaciones ante la Junta electoral del partido. De todos modos, nosotros no queremos pelearnos sino dar el tema por cerrado”, agregaban.