Viernes, 7 de mayo de 2010 | Hoy
EL PAíS › LLEGó AL PAíS EXTRADITADO EL EX PILOTO NAVAL JULIO POCH
El piloto que admitió haber participado en vuelos de la muerte a sus compañeros de trabajo de la firma holandesa Transavia será interrogado hoy por el juez Sergio Torres, a cargo de la causa sobre los crímenes de la ESMA.
El ex piloto naval Julio Alberto Poch, quien relató su participación en los vuelos de la muerte ante sus compañeros de trabajo de la aerolínea holandesa Transavia, llegó ayer a la Argentina, extraditado desde España, y hoy prestará declaración indagatoria ante el juez federal Sergio Torres, que instruye la causa por delitos de lesa humanidad en la ESMA y que escuchó en persona a los testigos de la confesión. Poch podría convertirse la semana próxima en el segundo marino procesado con prisión preventiva por admitir haber arrojado a personas vivas al mar desde aviones en vuelo durante la última dictadura. El primero fue el capitán Emir Sisul Hess, cuyo procesamiento ya fue confirmado por la Cámara Federal porteña, que además le encomendó a Torres citar como testigos a los empleados civiles de los aeropuertos desde los que despegaban los aviones militares, con la esperanza de que aporten a la Justicia información sobre el método de desaparición de personas que hasta el momento sólo admitió el ex capitán Adolfo Scilingo.
El teniente de fragata retirado Poch, de 57 años, llegó a Ezeiza a las 5.30 de ayer en el vuelo AR1133 proveniente del aeropuerto de Barajas, en Madrid. Los reporteros gráficos que hicieron guardia para registrar su llegada recién pudieron verlo una hora después, cuando apareció rodeado de agentes de Interpol, esposado, con jean, pulóver a rombos y prolijo peinado. Segundos después, con llovizna y cuando aún no había amanecido, se subió a un patrullero de la sección Investigación Federal de Fugitivos de la Policía Federal, que lo trasladó a los tribunales de Comorodo Py. En el juzgado de Torres volvieron a notificarle los motivos de la extradición y le informaron que hoy a primera hora le tomarán declaración indagatoria. Pasó la noche en una celda del penal de Marcos Paz.
La confesión de Poch ante sus compañeros de Transavia ocurrió durante una cena con buen vino en el restaurante Gado Gado de la isla de Bali, en Indonesia, luego de que los holandeses calificaran de “régimen criminal” a la dictadura argentina. “Poch dijo que teníamos una imagen errónea de la época, que hubo una guerra y en la guerra muere gente”, relató el piloto Tim Weert. Luego contó “cuando a bordo de su avión se echaba fuera de borda a personas con vida con el fin de ejecutarlas”, agregó. “No hay problema, estaban drogados”, les aclaró Poch.
“Su comportamiento era impresionante. Defendía el hecho de haber arrojado gente al mar”, destacó Edwin Brouwer, impresionado “por su gesto, el movimiento que hizo con la mano, como si dejara voltear un avión para dejar escapar la carga”. A diferencia de lo que ocurre en las aerolíneas argentinas, cuando los testigos holandeses informaron sobre la confesión, su jefe Geert Geroen Engelkes no dudó en denunciar a Poch ante la Policía Nacional. “Era mi obligación como persona y ciudadano del mundo”, explicó.
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