EL PAíS
La noche en que los radicales casi arruinan la fiesta de Maqueda
Debía ser sólo un trámite. El presidente del Senado tenía abrochada la aprobación de su acuerdo para llegar a la Corte. Pero los radicales se cansaron “de ser usados como forros de los compañeros” y la sesión estuvo en un tris de frustrarse. Crónica de una breve zozobra.
Por Felipe Yapur
Juan Carlos Maqueda ya integra la Corte Suprema de Justicia. El lunes prestará juramento y a partir de ese momento será uno más de los denominados supremos. Sin embargo, para alcanzar esa poltrona debió transpirar bastante y, sobre todo, sortear unas inesperadas desavenencias internas en el bloque radical que retrasaron y complicaron la trasnochada sesión del jueves. La oposición sufrió una especie de crisis por el “intenso acompañamiento” a las iniciativas parlamentarias del gobierno de Eduardo Duhalde “a cambio de nada”. Situación que pudo ser superada por la conducción radical con la vieja estrategia de retirar legisladores a la hora de votar para favorecer el resultado de la designación del cordobés al máximo tribunal.
Duhalde quería a Maqueda en la Corte. Al cordobés le gustaba la idea. Al Presidente le convenía que a él le gustara porque así un hombre que se hizo suyo, y que le demostró fidelidad, ocuparía el primer escalón en la línea sucesoria presidencial. Ese hombre era José Luis Gioja. Para concretar este paso, Duhalde necesitaba que Maqueda fuera elegido con la máxima cantidad de votos posibles y para ello nada mejor que las manos alzadas de los senadores del radicalismo.
El presidente del bloque, Carlos Maestro, había dado el sí a poco de que se conoció la postulación de Maqueda, un mes atrás. La iniciativa del chubutense no era solitaria, buena parte del bloque lo acompañaba y hasta el mismo jueves por la tarde había buena disposición. Sin embargo, durante la reunión que mantuvo la bancada poco antes de la sesión, prevista para las 18, todo cambió. Nadie recuerda quién disparó el tema, pero poco a poco la mayor parte de los integrantes del diezmado bloque radical comenzaron a quejarse de la veces que cumplen con los pedidos del justicialismo para que acompañen leyes o designaciones y después el PJ jamás les devuelve las gentilezas: “Nos tratan como forros. Nos usan y nos tiran”, se quejó un belicoso Mario Losada, quien fue acompañado casi con los mismos términos por el chaqueño Eduardo Moro y el santafesino Horacio Usandizaga. La queja se centraba en la situación que atraviesan las provincias que todavía administra la UCR de las cuales sobresalía la crítica situación que Entre Ríos o el caso de Pablo Verani de Río Negro de quien recordaron que tras favorecer la derogación de la Ley de Subversión Económica trascendió que la provincia recibió ATN: “No es verdad, esos ATN llegaron a los municipios que controla el PJ”, se quejó durante el encuentro uno de los legisladores.
De hecho, estos tres senadores junto a Marta Raso y el puntano Jorge Agúndez esgrimieron durante las cinco horas que duró la reunión los más duros argumentos sobre la inconveniencia de votar a Maqueda para la Corte. Eso sí, todos y cada uno hacían la salvedad que si no fuera por esta situación levantarían las dos manos por el cordobés. Maestro hizo lo posible por convencer a los díscolos que no cesaban en criticar el “seguidismo” del bloque y el alto costo político que significaba, pero intuyó que si insistía el grupo podría a sufrir una fuerte crisis con derivaciones impensadas. Además sabía que las críticas tenía un destinatario claro y que no era otro que él mismo. Así fue que pergeñó la vieja estrategia de que se quedaran los que votarían en contra y que “se esfumaran” lo que apoyarían a Maqueda para favorecer al PJ con la exigencia del voto afirmativo de los dos tercios de los presentes que establece la Constitución Nacional.
De los 17 legisladores que hoy integran el bloque radical bajaron sólo diez. Eran cerca de las 23.30 cuando comenzó la sesión. El PJ tenía apenas un par de sugestivas ausencias: los riojanos Eduardo Menem y Ada Maza. También estaban los seis radicales disidentes que no integran la bancada de Maestro y que ya habían anunciado su decisión de apoyar a Maqueda. Losjusticialistas se dieron cuenta que no debían perder tiempo. Rápidamente y con discursos breves, solicitaron primero la habilitación del tratamiento y, cuando lo obtuvieron, repitieron la estrategia para votar el pliego de un Maqueda que esperaba nervioso en su despacho y donde repasaba su discurso de despedida.
Si había alguna sospecha de que varios senadores radicales votaba en contra de sus intenciones, el mendocino Raúl Baglini se encargó de confirmarla ya que destacó las cualidades técnicas, académicas y políticas de Maqueda, pero se lamentó de no poder apoyarlo por el simple hecho de que no se cumplieron ciertos requisitos como las audiencias públicas. De hecho, Baglini junto a Rodolfo Terragno y Carlos Prades fueron los únicos radicales que saludaron a Maqueda cuando éste triunfó en la votación.
El trámite de aprobación de la designación de Maqueda apenas insumió una hora y media. Maqueda desgranó un discurso con un marcado tono monocorde que despertó un tibio aplauso cuando dijo que llevaba en su corazón a todos los senadores. El cordobés todavía no se había retirado del recinto cuando el rionegrino Miguel Pichetto ponía en marcha la segunda fase del plan duhaldista al proponer al sanjuanino Gioja como reemplazante de Maqueda. Maestro, que estaba al tanto, dio el visto bueno sin siquiera emitir opinión. En un abrir y cerrar de ojos, Gioja se dispuso a jurar como presidente provisional del cuerpo y Pichetto –que había sido ungido presidente del bloque durante la tarde– ocupó el sitial dejado por Gioja. Todo estaba cocinado y con la conducción de la Cámara reorganizada, los senadores se dispusieron a aprobar el pliego de Alfonso Prat Gay, el paquete impositivo y el Presupuesto 2003 que se votó prácticamente a libro cerrado.