EL PAíS › ES LA DIPUTADA QUE HABIA DICHO TENER UN HIJO DE CARLOS MENEM
La extraña muerte de Martha Meza
Falleció en la madrugada de ayer en Formosa. El juez a cargo de la causa dijo que se trató de un “suicidio por envenenamiento” producto de “un estado depresivo intenso”. Pero no se le practicó la autopsia. Su hijo, Carlos Nair, mantiene hace años un trámite de filiación para que el ex presidente le otorgue su apellido.
Por Diego Schurman
Martha Meza produjo el primer sismo en 1995.
–Sí, tengo un hijo con Carlos Saúl Menem –admitió sin vueltas sobre lo que fue fruto de una relación extramatrimonial.
La diputada enseguida buscó preservarse de las amenazas que, aseguró, venía sufriendo del entorno presidencial. “Si algo nos ocurre a mí o mi hijo, hago responsable al Estado nacional y provincial.” Desde entonces, poco se supo de ella. Pero ayer, sin querer, volvió a provocar otro sismo al morir por un presunto cuadro de envenenamiento.
Meza falleció en una clínica de la ciudad de Formosa, alrededor de la 1.30 de la mañana, a donde ingresó en estado de coma. El juez Elio Aranda, a cargo del caso, dijo que se trató de un “suicidio por envenenamiento” y que a la mujer, de 51 años, no se le practicó la autopsia por pedido de su familia. “Se le realizó un lavaje gástrico hace dos días, pero lamentablemente no se recuperó y hoy falleció”, agregó Aranda.
Según el juez, la legisladora se habría suicidado con “un plaguicida” producto del “estado depresivo intenso” en el que aparentemente se encontraba. Algunas versiones indicaban que, incluso, había dejado cartas para la familia.
Meza adquirió notoriedad el 16 de noviembre de 1995. Ese día blanqueó lo que ya era vox pópuli en el mundillo político: que su hijo Carlos Nair, hoy de más de 20 años, nació de la relación sentimental con Menem, cuando el ex mandatario, en plena dictadura militar, estuvo detenido en Las Lomitas. “Yo no tuve el hijo de un presidente, quiero aclarar; tuve el hijo de un preso, que es diferente”, dijo sobre aquellos encuentros en la localidad formoseña de la que es oriunda.
No fue la única noticia fuerte que recibió Menem: semanas antes se había enterado de la existencia de su nieta Carla, la hija no reconocida del fallecido Carlos Junior y Amalia Pinetta.
Claro, no fue de la misma manera. La diputada formoseña había optado para dar la gran revelación en el programa de Mariano Grondona. Lo hizo en varias frases, en las que dejó entrever una serie de apremios del entorno presidencial para acallar el tema:
- “No quiero dañar a nadie con esto, a nadie, a ninguna familia, a ningún funcionario público, sino simplemente decir la verdad, esa verdad oculta. Esa verdad oculta que hoy, tal vez por presiones, deba salir a luz.”
- “Mi hijo sabe quién es el padre y el padre sabe quién es el hijo; mi hijo visitó a su padre como corresponde, en encuentros de cinco o diez minutos mientras yo asistía a reuniones políticas y fueron encuentros protocolares (como el de la foto que ilustra esta página).”
- “Pido disculpas si con esta verdad estoy dañando a alguien, pero es mi verdad y el pueblo argentino debe saber que hay muchos otros problemas de los que los funcionarios deben ocuparse y no de quién es el hijo de Martha Meza.”
- “Hace tres meses que me amenazan con que me van a entregar la cabeza de mi hijo en una caja. Me amenazan telefónicamente con que nos van a hacer volar.”
En diálogo con Página/12, Meza había arriesgado más. Ya no hablaba del entorno en forma genérica sino que directamente puso bajo un manto de sospecha a Eduardo Bauzá. “Las personas de su entorno lo influyen más que los que lo conocieron en el llano. En la Casa Rosada, más que mandar Menem, manda Bauzá (...). Si Eduardo Bauzá dice ‘pasa’, uno pasa. Si Bauzá no lo dice, no se pasa”, dijo.
Curiosamente, o no tanto, en 1999, el propio Bauzá le dio un cargo en la Secretaría de Desarrollo, por el que cobraba 3600 pesos por mes. “Cuando se enteró de todo lo que me había pasado –me refiero a las amenazas a mi hijo y el posterior autoexilio a Paraguay–, me ofreció Desarrollo Social, en la coordinación del NEA”, contó ya sin recordar lo que pensaba del funcionario. Efectivamente, Meza viajó a Asunción en 1994. “Gente del gobierno nacional, para apretarme, para que no hable (de la relación sentimental con Menem), quisieron secuestrar a mi hijo, Carlos Nair”, explicó. Vivió durante varios meses en el piso 15 de un departamento alquilado, fuertemente custodiado por efectivos de la Dinar (Dirección de Narcotráfico).
Meza era maestra, pero Menem la empujó a la política. El cambio de profesión modificó su condición económica: en 1988 compró un campo en Las Lomitas estimado en 20 mil dólares. En 1990 se compró una casa en Formosa capital valuada en unos 200 mil dólares. Y en 1991 adquirió una casaquinta en Puente Remanso, tasada en unos 70 mil dólares.
Tenía tres hijos y estaba casada con Antonio Dorrego, intendente de Pirané. Dorrego también fue titular de la regional PAMI de Formosa. Pero tuvo que abandonar ese cargo por denuncias de corrupción. Las crónicas de entonces dijeron que Meza en persona golpeó las puertas de la Casa de Gobierno para que se cajoneara la auditoría contra su marido. “Si lo involucran a mi esposo, yo cuento que Nair es hijo tuyo”, contaban que Meza le dijo a Menem en el verano del ‘94.
Poco antes, la primera plana de los diarios formoseños se ocuparon largamente de la vida de Meza. Fue cuando la diputada denunció el robo de 100 mil dólares en efectivo y joyas “regaladas por el presidente Menem”, según consta en el sumario policial.
En su legajo también figura una acusación por privación ilegítima de la libertad de su ex secretario Feliciano González, a quien había trasladado con un engaño a Paraguay, a donde fue torturado por las autoridades policiales de ese país. González dijo que lo obligaron a autoimputarse culpable del robo ocurrido en el domicilio de la diputada en la ciudad de Formosa.
Anoche, los restos de la legisladora, cuyo actual mandato culminaba en el 2003, eran velados en la casa familiar de Las Lomitas.