Domingo, 26 de septiembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › UN FIN DE SEMANA DE RELAX DE LA PRESIDENTA Y NéSTOR KIRCHNER
En Nueva York, Cristina Fernández y su esposo se mantuvieron ayer alejados de los micrófonos. Mañana será el turno del discurso de Kirchner en New School University y la Presidenta asumirá el martes la conducción del G 77+China.
Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
“Podría decirse que es la Argentina del fin de default”, evaluaba ayer un integrante de la comitiva presidencial el viaje de Cristina Kirchner a Estados Unidos, con una impasse de fin de semana. La referencia era a que Néstor Kirchner ya es el secretario general de la Unasur, el país asumirá el martes la conducción del “G-77 más China” –una versión aggiornada del Movimiento de No Alineados–, el Departamento de Estado norteamericano sacó un documento elogiando la política argentina de manejo del dólar y de la reducción de la deuda y, finalmente, el encuentro que mantuvo aquí el ministro de Economía, Amado Boudou, con inversionistas que le ofrecieron emitir un bono para que Argentina vuelva al mercado de capitales. Si quedaba una yapa, la sorpresiva alusión que hizo el presidente norteamericano Barack Obama sobre las Madres de Plaza de Mayo, una señal de que no sólo Argentina sino también el mundo es el que ha cambiado.
Sábado de película en Nueva York. Sol a pleno, temperatura de verano, las calles abarrotadas de neoyorquinos y turistas. Una pi-zzería en el downtown ofrece las “porciones de la recesión” a 99 centavos, pero la verdad es que la palabra recesión suena irónica en este sábado donde todo el mundo anda con su bolsa de compras en la mano. Todo invitaba a salir a recorrer la ciudad pero ni eso modificó el plan de Cristina y de Néstor Kirchner de tomar un fin de semana de descanso, cuestión de hacer esta visita a un ritmo más calmo que el del frenesí habitual de reuniones y recorridas. Los Kirchner sólo bajaron de sus habitaciones para almorzar en el restaurante del mismo hotel Four Seasons y vuelta arriba. El día pasó entre llamados telefónicos y el armado de los discursos que ambos deben ofrecer lunes y martes. Ni siquiera se preveía que concurrieran a la cena que el representante argentino en las Naciones Unidas, Jorge Argüello, ofrecía anoche en su residencia con vistas al Central Park. Allí irían los miembros de la comitiva, que trataron de aprovechar el día a full.
El integrante de la delegación que imaginaba una nueva mirada internacional sobre el país también tenía una evaluación positiva sobre la iniciativa que tomó la Presidenta en el discurso del viernes, ofreciendo a Irán que se juzgue a los sospechosos de haber formado parte del atentado a la AMIA en un país neutral. En principio, los representantes de la comunidad judía y de las víctimas del atentado lo tomaron muy bien. “Hay dos temas de la política internacional que los vamos a tener que sobrellevar por muchos años: uno es Irán, el otro es Malvinas. Lo que tenemos que hacer es buscar maneras nuevas de ir en pos del objetivo trazado”, sostenía. Pero –reconocía– no es sencillo imaginar una respuesta positiva de parte de Irán. “Aparte ellos tienen abiertos tantos frentes en materia internacional que éste casi que no lo registran”, agregaba.
En cambio, esa supuesta mayor visibilidad argentina en el escenario internacional consideraba que afectaba al Reino Unido, por la constante prédica argentina sobre la necesidad de volver al diálogo por Malvinas. Cristina Kirchner se reunirá mañana con el secretario general de la ONU, Ban Kimoon, que asumió la responsabilidad de mediar en el conflicto y tratar de convencer a Gran Bretaña de que se siente a la mesa de negociaciones, pero hasta ahora sus resultados fueron nulos. “Es que no le dan bolilla, pero sabemos que están empezando a sentir nuestra presión”, agregaba el integrante de la comitiva.
Así como en el tema Irán la Presidenta le buscó la vuelta por el lado del juicio en el país neutral, con Malvinas salió a alertar por primera vez sobre el riesgo de peligro ecológico. Un golpe efectivo en un mundo alarmado por los desastres provocados por derrames petroleros. “Es que estas empresas que operan en Malvinas son de aventureros, son empresas sin respaldo que se lanzaron a hacer fortuna”, aseguraban cerca de CFK. La posibilidad de un desastre, entonces, no es sólo para el discurso.
Dato llamativo del viaje fue que la Presidenta se apurara a descartar la posibilidad de emitir un bono a una tasa menor al 9 por ciento, una meta que el ministro Boudou venía persiguiendo desde hacía tiempo. “Seguimos con un nivel de reservas record, ¿para qué vamos a seguir acumulando y por el otro lado pedir prestado fondos?”, respondían en la comitiva. “¿Pero no estaba planteado como un objetivo que Argentina volviera al mercado de capitales?”, preguntó Página/12. “Sí, y en algún momento se volverá. Pero ahora no hay ninguna necesidad, eso era cuando el país no tenía superávit y dependía de los recursos que venían de afuera. Hay que entender que ahora la situación es diferente y que así como nos estamos moviendo nos va muy bien”, agregaba.
Seguramente a partir de mañana, cuando Kirchner dé un panorama sobre la región en la New School University, y el martes cuando la Presidenta ofrezca el discurso para agradecer la designación de Argentina al frente del G-77, estos temas volverán a ser evaluados.
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