La presidencia del Senado recibió ayer por la mañana un aviso anónimo sobre la existencia de un presunto explosivo en el despacho del vicepresidente Julio Cobos, que finalmente resultó ser una falsa alarma. El episodio se produjo dos días después del desempate de Cobos a favor de la oposición en la votación del aumento del 82 por ciento móvil para los jubilados. “A las 8.30, un hombre llamó al teléfono 911 y manifestó que había dejado tres litros de nitroglicerina en el despacho del vicepresidente Julio Cobos”, se indicó en un comunicado de prensa emitido desde el mismo despacho del vicepresidente. Luego intervino la Brigada de Explosivos de la Policía Federal, que a las 9.50 emitió un acta en la que informó que la inspección al lugar dio ‘negativo condicional’. En el momento de la amenaza, Cobos ni siquiera se encontraba en Buenos Aires, sino en viaje de Mar del Plata –adonde participó del Coloquio de Idea– a Miramar. En esa ciudad el vicepresidente se reunió al mediodía con unos 300 productores agropecuarios, ante quienes señaló que “hace falta un nuevo contrato social entre el Estado y el sector productivo”.