Desde Mar del Plata

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anticipó que a partir de la semana que viene comenzarán las reuniones del acuerdo social que impulsa el Gobierno, que apunta a juntar en la misma mesa a las entidades empresarias y sindicales para llegar a consensos en materia de precios y salarios. Tomada apuntó que uno de los objetivos del acuerdo será buscar que “los precios no crezcan más que los salarios” y de esa manera conseguir que “la capacidad adquisitiva se mantenga”.

No será sencillo, admitió Tomada. Porque ambas partes deberán ceder, pero tienen que entender que también al mismo tiempo ganan algo. “El crecimiento del empleo y de la capacidad adquisitiva son indispensables para fortalecer el mercado interno y el consumo”, apuntó el ministro, que mantuvo un contacto con los periodistas que cubren la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata.

Desde que la presidenta Cristina Kirchner habló de volver a convocar a un diálogo social, lo que se dieron fueron “contactos informales”, definió Tomada. Los mantuvieron también el ministro de Economía, Amado Boudou, y el de Planificación, Julio De Vido. Tomada estuvo ayer con los popes de la CGT, con Hugo Moyano a la cabeza, y además mantuvo contactos con empresarios como los de las cámaras que agrupan a las firmas de origen alemán y norteamericano. Mencionó además a la UIA y al

G-6. Lo que se buscaba era consensuar un marco en el que pudiera desarrollarse el diálogo. Por el anuncio de Tomada, está claro que eso ya se consiguió. “Hablamos de la necesidad de mantener el diálogo para consolidar los avances macroeconómicos que ha hecho Argentina en estos años”, explicó.

¿Cómo se consolida? Tomada habló de mantener las mejoras que se vienen produciendo en los salarios y también lograr “un crecimiento razonable” en los precios de los productos. Para el Gobierno, hay empresarios que se aprovechan de determinadas circunstancias para remarcar precios sin que haya elementos que lo justifiquen. Así, recuerdan que los empresarios defendían los incrementos de sus productos en base a los aumentos de sueldos que ellos debían solventar, pero en Gobierno sostenían que también se produjeron aumentos en los primeros meses de este año cuando las negociaciones salariales estaban cerradas.

Tomada admitió que “es visible que se están produciendo reacomodamientos de precios que no encuentran justificativos en el incremento de salario” y recordó que la Presidenta “ha expresado muy claramente que les pidió la responsabilidad necesaria a los empresarios”. La semana pasada, durante un acto en Mercedes, la Presidenta reclamó que “nadie se haga el distraído” y apuntó a los “formadores de precios” para que colaboren con la construcción del país como lo hacen “los cuarenta millones de argentinos que ponen el hombro todos los días”. Tomada aclaró que ante el comienzo de 2011 no se habla de fijar una pauta de precios “sino de consolidar el empleo, el crecimiento y la capacidad adquisitiva del salario”.

Y si no hay pauta fija de precios tampoco, explicó, habrá techo para los salarios. “Tiene que quedar muy en claro que seguimos defendiendo el funcionamiento de la negociación colectiva y las paritarias como se han venido desarrollando durante todos estos años”, explicó. Puso como ejemplo que en los últimos días se firmaron varios acuerdos sectoriales. “Hubo uno ya de petroleros, hoy probablemente se firme uno de minería y estamos viendo en otros sectores industriales o de servicios”, sostuvo.

El titular de la cartera laboral insistió en que “a partir de las negociaciones de 2011 podamos fijar salarios y que los precios no crezcan más que los salarios, existen experiencias internacionales que avalan este tipo de tratamiento y veo que hay una vocación de trabajar en ese sentido”.

Desestimó que a los empresarios les preocupe que dentro del pacto social se incluya el proyecto que motoriza la CGT para sociabilizar las ganancias de las empresas “porque eso no apareció en el temario”, y contó que “estamos hablando de otras cosas, como cuestiones vinculadas con inversión en formación y capacitación, del trabajo no registrado o de los trabajadores tercerizados”.

Claro que los empresarios también buscan poner su agenda de temas en el debate. Ya anticiparon que no quieren reducir el diálogo a los precios y los salarios sino que plantean la necesidad de “leyes que garanticen la competitividad” de las empresas, como dijo el secretario de la UIA, José De Mendiguren, para poder superar los niveles de inversión, que haya más demanda y así conseguir que baje la inflación.

No será sencillo, se reiteró ayer, pero cada vez está más cerca.