A lo largo de la jornada de ayer volvió a plantearse y a descartarse, al menos por ahora, la posibilidad de una cuarta víctima en los incidentes de Soldati. Un dirigente de la comunidad boliviana afirmó haber identificado al joven que el viernes –según había dicho el director del SAME– habría sido retirado de una ambulancia y asesinado a tiros. Sin embargo, el fiscal de la causa negó la versión y explicó que en realidad, en su declaración oficial, los profesionales de la ambulancia del SAME no manifestaron haber visto que baleaban a su paciente. Anoche, el mismo dirigente boliviano puso en duda sus afirmaciones previas.

El tema del cuarto muerto se reavivó en la mañana de ayer, cuando Alfredo Ayala –titular de la Asociación Civil Federativa Boliviana (ACiFeBol)– dijo estar en condiciones de “confirmar la tercera persona de la comunidad boliviana fallecida en este lamentable hecho”. Afirmó que su nombre era “Julio Valero”, que “lo sacaron de la ambulancia y lo asesinaron de al menos un balazo”, que su mujer “no lo pudo reconocer” en el hospital debido a que “el rostro estaba desfigurado” y que el cadáver se hallaba “en la Morgue Judicial”.

Sin embargo, Sandro Abraldes, fiscal de la causa, aclaró a este diario que “el director de la Morgue nos comunicó que desde el viernes no ingresó ningún cadáver compatible con la descripción de esa posible víctima. Además, según nos informó el consulado de Bolivia, el hermano de Julio Valero declaró que el sábado estuvo con él y se hallaba bien”.

En cuanto a las declaraciones formuladas en su momento por Alberto Crescenti, director del SAME, el fiscal señaló que “según declaró ante la policía el personal de aquella ambulancia, cuando llevaban a un paciente les abrieron la puerta, sacaron a la persona de la camilla y le pegaron en el suelo. Uno de los profesionales vio que tenían un arma de fuego, pero ninguno vio que lo balearan; infirieron que lo habían baleado pero en realidad no lo vieron. Por lo demás, en ningún hospital porteño hay internada ninguna persona que pudiera corresponder al herido del viernes”.

Anoche, en diálogo con Página/12, Ayala modificó sus declaraciones y admitió que “está en duda” lo que había asegurado en la mañana: “La información la teníamos por la viuda, que desde hoy no aparece, es extraño”.

Alfredo Ayala fue acusado en diversas oportunidades de defender la explotación ilegal de personas de origen boliviano en talleres de costura. El 19 de diciembre de 2009, protagonizó forcejeos con militantes de Madres de Plaza de Mayo, incluso su titular Hebe de Bonafini. En julio del mismo año, un grupo dirigido por Ayala realizó una manifestación contra la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en rechazo de las denuncias contra talleres clandestinos por reducción a la servidumbre, que venía formulando ese organismo. Luego del ataque, Alicia Pierini, defensora del Pueblo porteño, presentó una denuncia penal contra Ayala por “integrar una organización dedicada a imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el terror”.

Gustavo Vera, titular de la Fundación La Alameda, denunció haber sido víctima de agresión por parte de Ayala, en julio de 2009, cuando acompañó a un procedimiento en un taller de Lacarra al 1200. Luego de que se retiraron los medios de comunicación, un grupo dirigido por Ayala atacó –según la denuncia– con palos y piedras a los militantes de La Alameda.

En los últimos días, Vera denunció que la toma del Indoamericano “va contra los intereses de Ayala, que alquila ese espacio para ferias o torneos de fútbol”.