EL PAíS › LA CAUSA POR LA CAIDA DE DE LA RUA EN LA JUSTICIA

El complot en manos de Gallo

 Por Adriana Meyer

En sus manos está el honor de un ex presidente y un ex secretario de Inteligencia. Si Nicolás Gallo ratifica hoy ante el juez Norberto Oyarbide que le contó a Fernando de la Rúa sobre el anticipo de Eduardo Duhalde en cuanto a reemplazarlo en la Presidencia, tal como le habría referido a él Hugo Anzorreguy, el ex presidente quedará bien parado porque eso fue lo que declaró la semana pasada en la causa que investiga un presunto complot para derrocarlo. Dada la conocida y antigua relación que une a Gallo y De la Rúa, este es el escenario más probable, en el cual Anzorreguy quedará descolocado porque ante el juez negó haber sido mensajero de las ansias de poder de Duhalde. Aunque sería llamativo, porque cuando declaró el año pasado nada dijo al respecto. De todos modos, Oyarbide también quiere escuchar al embajador en Suiza Guillermo González, que habría escuchado la frase del actual Presidente. Y eventualmente ordenará careos.
El magistrado había convocado a De la Rúa y a Anzorreguy para verificar si era cierto el relato de Miguel Bonasso en su libro El palacio y la calle. Según el periodista, en agosto de 2001 el ex presidente recibió “una información inquietante que mantuvo en secreto: en una cena celebrada en esos días en Washington, su antiguo rival Eduardo Duhalde había dicho que ‘sería presidente de la Argentina’. Y no como consecuencia de un normal relevo del poder en las elecciones del 2003 sino antes, merced a una catástrofe institucional”. Bonasso refiere que la cena tuvo lugar en la mansión del lobbista nicaragüense Francisco Aguirre y habrían asistido el embajador argentino en Estados Unidos, Guillermo González, y el jefe de la SIDE durante el gobierno menemista, Hugo Anzorreguy. El ex jefe de los espías negó haber participado de la cena, hecho que también reflejaba otra versión llegada a oídos de De la Rúa en aquel momento, pero también desmintió haber comentado la frase a Gallo. Sí admitió haber presentado a Duhalde y al lobbista nicaragüense. En cambio, De la Rúa declaró un día antes y ratificó lo escrito por Bonasso.
Nicolás Gallo, último secretario general de la Presidencia de la administración delarruista, declaró como testigo por primera vez en la causa el 23 de abril de 2002. Afirmó que no participó ni tuvo “acceso directo a ninguna reunión donde hubiera habido información o versiones fundadas” sobre un supuesto complot para provocar la caída de De la Rúa. Aunque comentó que hubo “grupos que perseguían la devaluación y el default”. Con mucho temor de ser reconocido y escrachado o insultado, el ex funcionario estuvo tres horas en el juzgado. Al igual que el ex presidente, presentó un resumen de notas periodísticas a modo de “reseña de los últimos seis meses de asfixia política” del anterior gobierno. Pero no mencionó ni una palabra de lo que De la Rúa dice haber escuchado de sus labios.

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