Lo que parecía ser un acuerdo pacífico y conveniente en un territorio esquivo para el kirchnerismo corre peligro a menos de tres semanas del cierre de listas: la alianza entre el PJ cordobés (que responde a sus caciques de siempre: el gobernador Juan Schiaretti y su antecesor José Manuel de la Sota, nuevamente candidato) y el kirchnerismo mediterráneo (cuyo principal referente es el mandatario municipal de Villa María, Eduardo Accastello, que busca su reelección) tambalea a causa de la interna en la Capital provincial, adonde no hubo arreglo, y el reparto de lugares en las listas que conformarán la próxima Legislatura. Ambas partes, de todas formas, prevén bandera blanca antes del 18 de junio, fecha tope para presentar boletas.

La primera piedra en el camino de la unidad fue el anuncio de que la compañera de fórmula de De la Sota sería la intendenta de la localidad de Laboulaye, Alicia Pregno, un nombre que surgió por consenso entre el candidato y el actual gobernador, pero sin concurso del kirchnerismo local, que pretendía ubicar a uno de los suyos en ese lugar. “En la historia del peronismo de Córdoba hemos dejado siempre que el candidato busque a su compañero de fórmula”, justificó el ministro de Gobierno de la provincia, Carlos Caserio. La Casa Rosada no tendría problemas en aceptar esta pieza: mismo desde el kirchnerismo cordobés le confiaron a Página/12 que “lo del vice está bastante firme: lo decidieron entre De la Sota y Schiaretti y es inamovible”.

El siguiente tema por definir, algo más áspero, tiene que ver con la conformación de las listas a legislador provincial. En el armado que diseñó la cúpula pejotista, habría cinco bancas reservadas para el kirchnerismo local en el Parlamento unicameral cordobés: tres en la lista sábana, dos que se eligen por distrito uninominal, y en el gobierno nacional pretenden obtener algunas posiciones más, lo que habilitó negociaciones. Algunas versiones indicaban que el secretario de Legal y Técnica de la presidencia, Carlos Zannini, viajó ayer a Córdoba a reunirse con De la Sota, algo que no fue confirmado de forma oficial por ninguna de las dos partes.

Cerca del gobernador descartan que estos roces vayan a tener mayor trascendencia. “Acá el peronismo tiene dos liderazgos muy fuertes que son Schiaretti y De la Sota. Entre ellos abarcan mínimamente al 95 por ciento del peronismo de Córdoba. Además ya se ha dicho que acompañan a Cristina, apoyan a los candidatos K adonde tienen chances, por ejemplo Accastello que va a ser reelecto con el apoyo del PJ, no hay mucho lío más allá de alguna inquietud que pueda plantear algún dirigente que busca un lugar mejor en las listas”, le bajaron el tono al conflicto.

Pero el tercer problema parece el más complicado de solucionar: en el ámbito de la Capital, el PJ propone la candidatura del vicegobernador Héctor “Pichi” Campana mientras que el Frente para la Victoria tiene su propio candidato, Juan Viola, un dirigente de Peronismo Militante cuya lista fue impugnada por la Justicia electoral. Según pudo confirmar este diario, el FpV no solo apelará la impugnación sino que, a su vez, denunciarán a la lista de Campana, que –sostienen– no fue presentada en tiempo y forma. A diferencia de lo que sucede a nivel provincial, donde todos apuestan a que se alcanzará un acuerdo, es difícil que en la ciudad principal puedan acercarse las posiciones. “Entre el PJ y los sectores kirchneristas en la Capital no hay retorno”, aseguran estos últimos. “A nivel provincial sí –aclaran–, aunque va a depender de las negociaciones.”