No hicieron falta palabras: el acto fue la respuesta. “Muchos vinieron hoy a esta plaza esperando, vorazmente, a ver qué carajo va a decir la Hebe, pero se van a tener que morder la cola porque la Hebe lo único que quiere es que este país sea lo que querían nuestros hijos”, dijo la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, en alusión a la expectativa generada sobre su opinión tras la partida de Sergio Schoklender de esa institución. “Gracias, compañeros, por ser hijos de las Madres, y porque hoy estamos defendiendo algo más que a las Madres: al proyecto nacional y popular”, dijo en el jueves número 1720 en que las mujeres del pañuelo blanco marchan en torno de la Pirámide de Mayo por reclamo de sus hijos desaparecidos. Las Madres lideradas por Bonafini fueron “abrazadas” ayer por numerosas agrupaciones kirchneristas que acudieron a la ronda, y también recibieron la solidaridad del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, Isabel “Chicha” Mariani.

Militantes de organizaciones sociales y “gente suelta” fueron llegando a la Plaza, en la que se destacó la presencia de funcionarios del Gobierno Nacional. El secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, abrazó a Bonafini. En torno del palco esperaban Raúl Rizzo, Luis D’Elía, Martín Sabbatella y Ariel Basteiro. “Gracias Madres - Obrador Cina Cina”, rezaba un cartel de Sueños Compartidos. Pedro Lanteri, director de la radio de las Madres fue el locutor del acto y encargado de leer las numerosas adhesiones que se recibieron. Agradecieron también la presencia de Julio Piumato, Gabriel Mariotto, Tristán Bauer, Ricardo Bruzzese y el juez Andrés Gallardo, entre otros. “Llamó (Hugo) Yasky desde Suiza”, agregó. El diputado Jorge Rivas también respaldó a Bonafini.

“Acá está La Cámpora de Villa del Parque”, dijo una mujer alta de anteojos y rulos, y señaló a sus cuatro acompañantes cuando faltaba todavía una hora para la aparición de las Madres, que llegaron a las 15.30, poco después del ingreso de la ruidosa columna de esa agrupación. Centenares que se sumaron a Las Cristinas, Comedor Los Pibes, Kolina, Néstor Kirchner Vive, JP Evita Capital, Movimiento Evita Capital, Corriente Nacional y Popular, Partido de la Victoria y Unión de Empleados Judiciales (UEJN). Los militantes y alguna “gente suelta” se fueron mezclando con los acampes de Plaza de Mayo, el de los ex soldados convocados para la guerra de Malvinas que piden una pensión y el de los peones rurales que reclaman contra las ART. “Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si las tocan a las Madres, qué quilombo se va a armar”, fue el primer cantito que entonaron apenas Hebe y las otras Madres empezaron a dar vueltas a la Pirámide. Varios se mezclaron con las fuerzas militantes portando carteles de evidente manufactura casera, a mano o con impresora, que rezaban “Fuerza Madres” o “Ni un paso atrás”. Uno de estos manifestantes dijo a Página/12: “Yo no estoy con el Gobierno, pero no somos tontos: acá las quieren perjudicar y como creo que son intocables, acá estoy”.

Antes de que comenzara a dar vueltas la columna de las Madres Línea Fundadora (LF) –con Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, entre otras, y que fue aplaudida y acompañada por los cantos y trompetas de La Cámpora al grito de “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”–, pasó el numeroso grupo de la Misión Sueños Compartidos, con sus cascos amarillos, verdes, blancos y azules. Y más gente suelta. “Aunque ellas pudieron solas cuando era mucho más peligroso, ahora que están más grandes vamos a cuidarlas”, dijo una joven con trenzas y mochila, al pasar. Al dar la segunda vuelta, el grupo de Hebe se desvió hacia Rivadavia, “porque somos tantos que la Plaza nos queda chica”, dijo Lanteri. Las Madres LF, junto a Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, siguieron marchando en torno de la Pirámide, acompañados por una numerosa columna de la Organización Barrial Túpac Amaru, con sus banderas blancas. También se quedó la JP Descamisados y marchó un rato más la nieta recuperada Victoria Montenegro.“Las cosas están cambiando, la revolución nos está envolviendo a todos, aunque tenemos poquitos medios, con poca difusión esta Plaza está llena”, arrancó Hebe. “Las Madres somos producto primero del horror y después del amor. Falta mucho por hacer, pero se terminaron casi todos los comedores, o los carritos que daban comida en las esquinas, se terminó porque Néstor y Cristina dieron un paso muy grande, y el resto que falta es responsabilidad del hijo de puta de Macri”, siguió, y provocó uno de los primeros aplausos. Luego de agradecer las muestras de solidaridad y afecto que recibió, en forma de “dulces, cartitas, flores, mails, llamados y esta Plaza llena”, Bonafini dijo: “Las Madres amamos a este gobierno porque nos permitió ser felices, estamos mucho mejor, tenemos trabajo, hoy acá convocó la CGT... pero tenemos que seguir, la sangre de mis hijos será vengada el día que todos los niños de este país sean felices”. Los bombos y aplausos taparon su voz.

“Esta Presidenta nos va abriendo camino y nosotros, el pueblo, le estamos exigiendo que sea Cristina 2011”, dijo la líder de la Asociación, y enseguida llegó el canto “borombombom, borombombom, para Cristina la reelección”. En ese momento, un rayo de sol se coló entre los nubarrones. Hebe alzó los brazos y terminó su discurso, sin una sola mención a quien fuera su estrecho colaborador. La única referencia elíptica al mediático asunto de Schoklender fue cuando dijo que “hay demasiada sangre vertida como para perder tiempo en pelotudeces”.