Viernes, 17 de junio de 2011 | Hoy
EL PAíS › OPINION
Por Gonzalo Ruanova *
Cualquier manual de Ciencia Política pondrá énfasis en los partidos políticos como estructuras esenciales a la hora de intermediar las demandas de la ciudadanía. Y son los dirigentes políticos quienes, partiendo de un diagnóstico, interpelan a la sociedad y elaboran sus propuestas para someterlas en las elecciones a la evaluación de la ciudadanía.
Macri le ha dado una nueva vuelta de tuerca a la ciencia política al construir una fuerza política que, para interpelar a la ciudadanía, preparó un manual para que sus candidatos estudien –como si se tratara de un guión teatral– qué decir, cómo justificar, qué proponer y de qué hablar. No necesitan de la opinión pública. El consultor estrella del PRO les ahorró el trabajo y escribió esta herramienta inédita, cerrada y estática que hace que los candidatos, en vez de abrirse al diálogo, al encuentro del otro, a la búsqueda de necesidades y de propuestas, repitan de memoria estas respuestas de laboratorio, con el objetivo expuesto sin filtro en el mismo título de la publicación, Cómo conseguir un voto, o el del capítulo más importante: “Qué respondemos cuando nos dicen ¡No hicieron nada!”.
Repleto de respuestas simplistas, reduccionistas, de justificaciones y de mentiras, me detendré sólo en un par de preguntas que plantea. La primera es su posición respecto de la dictadura. La respuesta propuesta es vaga y concisa: “Siempre hemos defendido el valor de la democracia y estamos completamente en contra de cualquier régimen autoritario o hegemónico”. ¿Por qué motivo necesita un partido político tener una respuesta preparada a esta pregunta que a nadie con verdadero espíritu democrático se le plantearía? ¿Qué es lo que pretenden esconder en una respuesta armada por un consultor internacional?
La segunda reafirma su costado más antipolítico: ante la afirmación de que el PRO es un partido de derecha, sus candidatos deberán responder que las propuestas políticas no son ni de izquierda ni de derecha. Que son categorías del pasado que confunden. Que las categorías modernas entienden a la política como gestión y servicio ciudadano.
Norberto Bobbio sostiene en el libro llamado precisamente Derecha e izquierda que el eje del conflicto está en el valor que se le da al ideal de la igualdad. Afirma que, desde el punto de vista descriptivo, la izquierda intenta modificar las situaciones de desigualdad que, en muchos aspectos, la derecha considera necesarias. Quizás esas categorías podrán ser consideradas antiguas, porque tienen más de 200 años, pero no hay elementos que puedan justificar su desaparición.
Considerar antigua esta mirada es tan inverosímil como creer que una campaña se puede hacer estudiando un manual.
Pero esto es posible en el mundo PRO. Una fuerza política que jamás valoró la igualdad y que no encontró otra forma de demostrarlo que tildando de antiguos a quienes la promueven.
* Legislador de la ciudad de Buenos Aires por Nuevo Encuentro.
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