Jueves, 7 de julio de 2011 | Hoy
EL PAíS › MAURICIO MACRI TAMPOCO SE PRESENTó A DEBATIR EN LA UBA
El jefe de Gobierno fue el único de los candidatos invitados que faltó. Los diez que sí participaron hicieron exposiciones individuales ordenadas y no hubo mayores cruces. Expusieron sus ideas sobre salud, educación, transporte, seguridad y políticas sociales.
Por Julián Bruschtein y Werner Pertot
Todos menos Mauricio Macri. El segundo debate de la campaña contó con diez candidatos a jefe de Gobierno. El único de los invitados en faltar fue el jefe de Gobierno, quien caracterizó a la universidad pública como un lugar desordenado. La decisión de la Universidad de Buenos Aires (UBA) de invitar a todos, sin distinguir por las encuestas, tuvo un fuerte efecto democratizador. Los que van rezagados fueron los más beneficiados y, entre ellos, Ricardo López Murphy y Javier Castrilli compusieron un dueto imperdible (ver aparte). Por el formato estricto de exposiciones individuales –que se cumplió sin sobresaltos– hubo muy pocos cruces entre los candidatos. Uno de los principales fue entre la radical Silvana Giúdici y el kirchnerista Daniel Filmus. Diluido en la multitud, el segundo round entre el candidato K y Pino Solanas quedó para una mejor oportunidad.
En punto, los diez candidatos llegaron al cine Cosmos, donde ya estaban dispuestos los atriles celestes (Castrilli fue el primero en llegar y miraba su reloj mientras observaba al resto; Solanas fue el último). Los organizadores no dejaron un atril vacío para recordar la ausencia de Macri, como se hace en los debates televisivos. El líder de PRO justificó su faltazo esta vez con su llamativa visión de la universidad pública: “La UBA tiene mucho entusiasmo, pero tuvo problemas en sus últimas elecciones. ¿Cómo va a garantizar que eso no se transforme en un acto político? No me parece lógico lo que plantea la UBA. Hasta ahora esa institución nunca ha puesto límite a la agresión y al desbande”.
Al contrario de lo que planteó Macri, el debate se llevó adelante con absoluta corrección. El ciclo, llamado “Propuestas para la Ciudad en la UBA”, lo coordinó el secretario de Relaciones Institucionales, Ariel Sujarchuk, que recordó que existe una tradición de debate: “En la UBA siempre se debate. Es el semillero de la política nacional. Todos menos el actual jefe de Gobierno aceptaron la invitación”, señaló.
Luego la locutora oficial los presentó uno por uno y ellos tuvieron un minuto veinte para autodefinirse. Allí se delinearon algunas estrategias: Giúdici se presentó como la alternativa nacional al kirchnerismo, Pino Solanas se plantó “entre dos gobiernos”. “Somos independientes de las patronales sojeras”, se diferenció la candidata del Frente de Izquierda Myriam Bregman de los aliados del cineasta, como los del MST, que estuvieron en los actos ruralistas. Jorge Todesca recordó que era el candidato de Eduardo Duhalde. “Rechazo que Macri no haya venido así como que haya discriminado al MAS”, advirtió Zamora.
El primer bloque fue sobre educación y políticas sociales. Castrilli le dijo “basta a la subejecución de las partidas de educación y salud”, pero Bregman lo corrió por izquierda (con facilidad): “Basta de subsidios a la educación privada y a la Iglesia Católica. Macri tiene una política privatista, casi pinochetista”. Zamora coincidió con eliminar los subsidios a la educación privada; López Murphy, no. “Filmus fue parte del gobierno de Grosso, Menem, estuvo con Ibarra”, lanzó Bregman en un dardo que no respondió el candidato K. La dirigente de izquierda se pasó del tiempo y Castrilli intentó interrumpirla. “Déjeme moderar a mí”, le sugirió Sujarchuk.
Giúdici recordó que creció en La Boca y fue a la escuela Carlos Della Penna. “Ese es mi modelo. Prometo poner gas en las escuelas”, dijo. Telerman elogió la entrega de netbooks. Solanas, por su parte, prometió construir 10 mil viviendas y López Murphy consideró que había que crear un seguro nacional de salud para financiar a los que se atienden en los hospitales porteños pero no viven en la ciudad. La prioridad para los porteños en los hospitales fue levantada por Todesca y Castrilli. “Multiplicamos por cinco el salario docente e hicimos 46 hospitales. ¿Cómo no vamos a poder hacer el hospital de Lugano?”, preguntó Filmus.
El segundo bloque giró en torno del transporte. Solanas propuso construir líneas para conectar las actuales, Zamora denunció negociados en la basura y Castrilli se lanzó contra los K: “No podemos tener un gobernador arrodillado. Tampoco un gobernador eunuco, aplaudidor de una corte monárquica”. Filmus recordó que con el dinero que no ejecutó Macri “se podrían haber construido 25 mil viviendas o 450 escuelas”.
“¿Qué somos, idiotas, que no construimos 44 kilómetros de subte?”, lo citó a Macri la candidata de la CC María Eugenia Estenssoro. “¿Será idiota?”, se preguntó. “Hizo 300 metros de túneles nuevos”, recordó. “Me decían Mister Contenedor”, recordó Telerman. Bregman propuso anular la concesión de subtes “al grupo Roggio y ponerlo bajo control obrero”.
El tercer bloque fue sobre seguridad. Solanas propuso el traspaso de la Federal y la reestructuración de la Metropolitana. Zamora y Bregman no hicieron propuestas, pero cuestionaron a la Gendarmería y Prefectura. Telerman recordó que empezó a poner cámaras y propuso crear una policía porteña en 2007. Luego vino la derecha dura: López Murphy propuso restituir “la asechanza y el merodeo” de los edictos policiales y Castrilli quiso “adherir a la teoría de la ventana rota”, del Manhattan Institute. Giúdici prometió reformas en la seguridad “cuando Alfonsín sea presidente”. “Apoyamos la creación de la Metropolitana, pero no al Fino Palacios ni mandar a la policía a espiar opositores, por lo que Macri está procesado por asociación ilícita”, recordó Filmus. “El tema de la seguridad empieza por las políticas sociales”, dijo y recordó las medidas sobre las jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Los cruces más jugosos vinieron con los temas libres, cuando llegó la hora de dejar de apuntarle a Macri y dirigirse a Filmus: “La AUH fue una idea de la oposición y la Presidenta vetó insensiblemente el 82 por ciento móvil”, lanzó Giúdici. “Macri y Filmus dicen que son distintos, pero en la subejecución se parecen. Entre 2000 y 2003, la ejecución de Filmus fue del 40 por ciento”, lo cruzó Estenssoro. “Me llama la atención que hablen de credibilidad los que se fueron en helicóptero. Lo que ejecutaron ustedes fue al pueblo”, les devolvió Filmus. Giúdici le retrucó luego: “Tiene a Carlos Menem, paladín del ajuste”. El resto atendió a su juego: López Murphy se concentró en las promesas incumplidas de Macri; Bregman se despegó de Zamora cuando dijo que no eran “la izquierda testimonial”.
Al final, Solanas sostuvo que es el único que puede ganarle a Macri en el ballottage y Filmus dijo que –para la segunda vuelta– pensaba “convocar a todos para trabajar en un gobierno de coalición. Hemos coincidido en que no puede haber cuatro años más de Macri”. Para culminar, como era de esperarse, Castrilli sacó su tarjeta roja. Luego todos aplaudieron. Y telón.
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