Domingo, 17 de julio de 2011 | Hoy
EL PAíS › EL ABOGADO DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, ALAN IUD, EXPLICA EL PROCESO SEGUIDO PARA COTEJAR EL ADN EN EL CASO NOBLE
El representante de la organización que busca niños desaparecidos y apropiados explica por qué en algunos casos no se pudo excluir ni confirmar el vínculo biológico con los hermanos Noble Herrera. Ratifica las irregularidades en los expedientes de adopción.
Por Laura Vales
“En Abuelas siempre dijimos que lo importante era llegar a la verdad, independientemente del resultado, para despejar los interrogantes de muchas familias que están a la expectativa de encontrar a sus nietos. Tener una respuesta para las familias que creían que Marcela y Felipe Noble Herrera podían ser sus nietos es algo muy importante, que merecía haber sido resuelto hace mucho tiempo”, dijo a Página/12 Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo. Tras el cotejo del ADN de los dos jóvenes con las muestras de los grupos familiares que denunciaron casos de robos de bebes ocurridos durante los años ’75 y ’76, el abogado explica qué significa que hayan aparecido familias con las que el vínculo biológico con Marcela y Felipe Noble Herrera no se pudo confirmar ni excluir. También asegura que esto sucede a veces, pero no habitualmente.
“En este caso no hay suficiente información genética de esos grupos familiares que están buscando nietos, sea porque han concurrido pocos al Banco Nacional de Datos Genéticos, porque se incorporaron hace poco o porque sus integrantes están fallecidos.”
–¿Son 3 o son 4 las familias que quedaron como situaciones dudosas?
–Son tres. Tres en el caso de Marcela, y una de esas mismas tres en el caso de Felipe.
–¿Por qué hay tres para ella y una para él?
–En el caso de Felipe, porque los hombres tenemos el cromosoma Y entonces se puede hacer una comparación del cromosoma Y con los miembros masculinos de la rama paterna de las familias reclamantes. Hay dos familias que sólo tienen información genética de miembros masculinos de la rama paterna, con lo cual fue posible hacer la comparación con Felipe, pero no con Marcela. Sería necesario incorporar información genética por la rama materna para poder hacer la comparación.
–¿Qué muestras se necesitan como mínimo para establecer la filiación de un hijo de desaparecidos? ¿No alcanza con un familiar por rama materna o paterna?
–Lo ideal es que estén los cuatro abuelos, y si hay hermanos también, pero eso no sucede en todos los casos. Para hacer una exclusión, el mínimo sería la abuela por rama materna. Para comprobar un vínculo biológico se necesita más información genética que para hacer la exclusión. En estos casos, no se pudo hacer ni siquiera la exclusión.
–¿Es usual?
–En otros casos, con otros jóvenes que fueron al Banco no siempre se dio. Depende también de los marcadores genéticos de Marcela y Felipe.
–¿Hay algo específico en el caso de ellos que hace que no se haya podido excluir la filiación con estas tres familias?
–Entiendo que sí. Es una respuesta preliminar porque no soy genetista ni se levantó el deber de confidencialidad de los peritos, con lo cual todavía no podemos tener una explicación detallada.
–Los familiares que faltan, ¿son ubicables?
–No se hizo público para las partes cuáles son las familias. A los peritos se les dio una referencia numérica. Todo el estudio se hizo así, en forma anónima, comparando con perfiles genéticos identificados con un número.
–Los defensores dicen que son tres familias que no se pueden confirmar ni excluir con nadie porque sus mapas genéticos no están completos.
–El mayor usuario del Banco Nacional de Datos Genéticos es Abuelas de Plaza de Mayo y esto no sucede habitualmente. Hay casos donde se presenta esta respuesta, pero no es lo más común.
–¿Es posible que Marcela y Felipe sean hijos de desaparecidos nacidos después del ’76?
–Nosotros siempre cuestionamos que se tomaran las fechas de los expedientes de guarda como referencia para limitar los estudios. Siendo coherentes con eso hay que decir que sí. Hay que esperar esos resultados, porque la posibilidad de que esas fechas estén fraguadas existe.
–¿No está probado que a mediados del ’76 Marcela y Felipe ya vivían con Ernestina Herrera de Noble?
–No, porque lo que han alegado como prueba son salidas del país, a Uruguay, y esas salidas nunca se verificaron. Se pidieron los informes a Migraciones y nunca se comprobó que efectivamente hubieran salido.
–¿Y el hecho de haber tramitado sus DNI?
–Son de mediados del ’76, pero si estamos hablando de un plan de apropiación de niños orquestado desde el Estado, no se puede descartar que hayan fraguado esas fechas. Por eso la ley siempre dispone el entrecruzamiento con todo el Banco. De todos modos, está claro que las probabilidades son mucho menores.
–¿Qué expectativas tienen entonces de que los familiares biológicos estén dentro de los que dejaron sus muestras en el Banco de Datos Genéticos?
–No podemos tener una expectativa específica. Lo que nosotros veíamos es que había muchas irregularidades en los expedientes de guarda de ambos, que consistieron en maniobras para encubrir el origen de los dos. Eso, sumado a que la jueza que intervino es una jueza que estaba vinculada con la dictadura y que había intervenido en otros casos de apropiación de niños, y se agrega a la propia afirmación de Ernestina Herrera de Noble sobre que ella había hablado muchas veces con sus hijos sobre la posibilidad de que ellos o sus padres hubieran sido víctimas de la represión ilegal. Todo esto nos hacía pensar que era posible que fueran hijos de desaparecidos. Resultaba justificado hacer un análisis. Justamente, lo que buscábamos era tener una respuesta a una hipótesis sólida, tan sólida que la propia Ernestina la reconoció.
–Dirigentes de la oposición reclamaron que el tema se dé por cerrado. ¿En qué momento Abuelas va a hacerlo?
–Cuando hay un resultado negativo o una exclusión, la Justicia archiva el expediente hasta que aparezca alguna prueba nueva. Esa prueba puede ser la incorporación de una familia nueva al Banco Nacional de Datos Genéticos. El trabajo de investigación que continúa es independiente de la causa judicial. Lo hace Abuelas de Plaza de Mayo y la Conadi (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad) tratando de identificar mujeres secuestradas durante la dictadura, y si esas mujeres estuvieron embarazadas durante su cautiverio.
–El abogado Gabriel Cavallo criticó a la Conadi, dijo que “se creó en este gobierno” y que “se presentaron más de 400 chicos y ninguno dio positivo”.
–Es completamente falso. La Conadi se creó en 1994, durante el gobierno de Menem, le dio rango legal el gobierno de la Alianza y continuó su trabajo en gobiernos posteriores. Y es absolutamente falso que nunca se haya encontrado un chico por la Conadi, hay muchos. De hecho, Juan Cabandié fue directamente a la Conadi, por citar uno de tantos. El planteo es absurdo, no resiste el mínimo archivo.
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