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Con el permiso de la fiscalía de Morón, ayer el gobierno bonaerense lanzó una nueva recompensa, esta vez para quien dé datos que sirvan para encontrar al captor o los captores de Candela Rodríguez: 400 mil pesos. Mientras tanto, una serie pruebas obtenidas en las últimas tres casas allanadas, donde podría haber estado cautiva la niña Candela Rodríguez, estaban siendo analizadas anoche. Se trata de cabellos y otras posibles evidencias, aunque en principio no hay indicios de que la nena haya estado secuestrada en esos lugares, que tienen en común la cercanía con el baldío donde su cuerpo fue hallado la tarde del miércoles pasado. Anoche, fuentes judiciales dijeron tener “fuertes indicios” para ordenar al menos un arresto.

“Hay una hipótesis que involucra desde el principio al entorno de la familia y al entorno colateral”, confirmó ayer el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate. “Al principio el padre negó todo. Pero después dijo que si esto era un vuelto para él es porque en San Martín le hicieron fama de ser buche de la Policía Federal, y que por culpa de él fueron a la cárcel narcos. Pero nada de esto está probado”, remarcó.

Las nuevas pruebas conseguidas en las tres casas allanadas el viernes pasado están siendo analizadas junto a las cientos de horas de video tomadas por cámaras de seguridad. Los habitantes de la casa de Charrúas 1081, de Villa Tesei, son una pareja mayor, muy valorada en el barrio. Sus vecinos incluso comentaron ayer que el hombre, llamado Alfredo, de 50 años y carpintero, participó de las marchas en reclamo por la aparición de Candela. Su esposa está postrada, al parecer, por un cáncer de mama. Esa casa y las otras fueron señaladas por dos testigos de identidad reservada. El fiscal Nieva Woodgate insistió ayer que durante el cautiverio la nena estuvo bien alimentada e hidratada y sumó un nuevo dato: no la sedaron. Según él, el buen trato tendría una multiplicidad de orígenes, entre otros, que le tuviesen lástima, la preservaran para venderla a una red de trata o para negociar el supuesto “vuelto” que se le reclama al padre. “El caso tiene características de haber sido cometido por delincuentes avezados. Es un hecho espantoso”, afirmó Nieva Woodgate.

Por otra parte, en el gobierno bonaerense prima la postura de no difundir información a menos que ésta sea autorizada por la fiscalía. También la modalidad de “cama adentro”, por lo que los jerarcas como el jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi; su segundo, Hugo Matzkin, y el comisario Roberto Castronuovo viven prácticamente en la comisaría 2ª de Villa Tesei, partido de Hurlingham. “La idea es que estén disponibles para lo que necesite la fiscalía, además de que todos los días mantengan reuniones para evaluar la marcha del caso”, dijo a este diario una fuente del Ministerio de Seguridad bonaerense.