Al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, le gusta mostrarse dinámico, en permanente acción. No cambió la costumbre ni siquiera por las fiestas, pero el primer día del recién estrenado 2012 lo recibió con molestias físicas que lo obligaron a permanecer varias horas de la madrugada de ayer en observación médica. En un sanatorio del barrio porteño de Once le diagnosticaron un cólico renal que finalmente, y pese al dolor intenso, no requirió internación ni intervención quirúrgica.

El primer día de 2012, el gobernador viajó hasta la localidad bonaerense de Camet, en el kilómetro 393 de la Ruta 2, para supervisar el Operativo Sol de seguridad vial lanzado por el gobierno provincial este verano. A la noche, un dolor abdominal lo obligó a trasladarse al sanatorio de la Trinidad Mitre, de donde se retiró pasada la 1 de la madrugada.

A primera hora de la mañana de ayer, fuentes cercanas al funcionario informaron que el gobernador había sido sometido a un “imprevisto estudio médico” y calificaron la situación como “casi una consulta por guardia”. Los médicos que lo atendieron diagnosticaron que padecía un cólico renal, pero no ordenaron su internación.

“Esta mañana, el gobernador ya estaba corriendo como siempre”, detallaron ayer las fuentes, que remarcaron que el estado de salud del mandatario es bueno y aseguraron que el funcionario continuaría con su agenda el resto de la semana y que, para ayer, preveía una reunión con su ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.

Además, si todo sigue bien, Scioli acompañará hoy a su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, para la inauguración en Mar del Plata de un sistema de comisarías móviles en la costa atlántica. Serán en total 24 comisarías móviles y una de las apuestas de Scioli para mejorar la prevención de los delitos en los lugares de veraneo, una de sus preocupaciones. A la que ahora, claro, se le agregan los cólicos renales.