El psiquiatra Ricardo Risso, quien como perito oficial evaluó a Susana Freydoz, la viuda del gobernador rionegrino Carlos Soria, dijo que la vio en condiciones de declarar en indagatoria como sospechosa del asesinato de su marido, y que si no lo hace es por consejo de su abogado. “Su mente está funcionando de acuerdo con los principios de la lógica y de la realidad”, explicó el especialista. Después de entrevistas en que estudió durante siete horas el estado psíquico de la mujer, al igual que el perito de parte, Risso dictaminó la semana pasada que la viuda no debe ser considerada inimputable y que, a lo sumo, podría haber actuado en un estado de “emoción violenta” en el episodio que terminó en la muerte de su marido, lo que no implica que no haya tenido conciencia de sus actos.

Freydoz tuvo que presentarse a indagatoria el miércoles último ante el juez de General Roca Emilio Stadler, pero su abogado defensor, Alberto Riccheri, le dijo que no declarara hasta que pudiera estudiar íntegro el expediente.

En la audiencia el magistrado le imputó “homicidio calificado agravado por el vínculo”, un delito por el que le puede tocar hasta una pena de prisión perpetua, y que si fuera atenuado tampoco es excarcelable. Por ahora, sigue vigilada en su casa y con tratamiento psiquiátrico. El abogado ya se llevó copias de la causa, informaron allegados a la pesquisa, pero no habría pedido formalmente una nueva audiencia de indagatoria. En tribunales dicen que Stadler se tomaría el tiempo reglamentario de diez días para definir la situación procesal.

El psiquiatra Risso relató que logró “tener un diálogo muy franco, muy abierto y muy lúcido” con Freydoz. “Ha sido de lo más amable, de lo más cordial y además, diría yo, que bastante sincera también”, detalló en diálogo con la Radio LU19 La Voz del Comahue. Sostuvo que durante las entrevistas mostró tener “perfecta noción de cómo comportase en una situación de este tipo y lo ha hecho conforme a su nivel de instrucción y a su nivel cultural”, sostuvo. “Nos ha facilitado la tarea pericial”, aseguró Risso, un ex miembro del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema. Insistió en que a su entender Freydoz está en condiciones de dar su versión de los hechos y responder preguntas ante el juez. En rigor, lo mismo había evaluado el perito de parte, Carlos Cornaglia. La diferencia es que este psiquiatra sugirió que podría ser inimputable y pidió estudios toxicológicos y psquiátricos.

En el informe pericial que elevó al juzgado, Risso sostuvo que la mujer –única sospechosa del asesinato de Soria– es imputable. En base al relato que ella le confió, analizó que hubo una serie de detonantes que la habrían llevado a Freydoz a dispararle a su esposo en la madrugada del 1º de enero. Por un lado, ella refirió escenas de tensión a la largo de todo el día en las que ella le reclamaba atención y él le respondía con fastidio; “no brindó conmigo”, habría referido la viuda, en relación con la fiesta de Año Nuevo; después de que se fueron las visitas de la chacra donde celebraban, se desató una discusión en la pareja en el momento en que estaban en su dormitorio, que habría incluido frases de desprecio de parte de Soria y terminó con el disparo. Esa pelea fue referida en la causa por la hija, María Emilia, que estaba en la casa. Aunque ella no habló de una relación extramatrimonial de su padre, los investigadores sospechan que ese habría sido el eje.

En los próximos días podrían avanzar las pericias: tanto la toxicológica (sobre cuántos sedantes y alcohol había consumido Freydoz) como las vinculadas con la trayectoria del disparo. Allegados a la causa estiman que la viuda seguirá libre hasta el juicio, pero vigilada por policías y psiquiatras por temor a que se suicide.