Sábado, 10 de marzo de 2012 | Hoy
EL PAíS › MAURICIO MACRI YA TIENE PENSADO QUE HACER SI LE PASAN LOS COLECTIVOS
Dijo que no tiene plata para hacerse cargo del traspaso. Habló de llevar la tarifa a 3,50 o 4 pesos, si quitan los subsidios. Desde el gobierno nacional lo criticaron.
Por Werner Pertot
Ante todo, la suba de tarifas. Mauricio Macri advirtió que, si le traspasan las 33 líneas de colectivos urbanos, su primera medida será el aumento del boleto. “Si sacan el subsidio, el pasaje debería estar por arriba de los 3,50 o 4 pesos”, amenazó el jefe de Gobierno. Se trataría de un aumento del 220 por ciento (si se calcula el salto de 1,25 a 4 pesos), muy superior incluso al 127 por ciento que dispuso el líder de PRO para los subtes. La advertencia la hizo luego de que se conociera que el proyecto de ley que envió el Gobierno al Senado propone traspasar tanto el subte como las líneas de colectivos que empiezan y terminan en la ciudad. A estas últimas, el gobierno nacional les destina 87 millones por mes. Unos mil millones al año. Macri dijo no contar con ese dinero. Desde el kirchnerismo, le contestaron que dispone de 2500 millones.
Macri lanzó la misma amenaza en noviembre del año pasado cuando se empezó a discutir el traspaso del subte. Aquella vez dijo que la tarifa de los subterráneos se iría a 3,50. Luego, como el gobierno nacional mantuvo la mitad del subsidio, Macri la subió a 2,50. No destinó recursos del gobierno porteño a subvencionar la tarifa. En el caso de los colectivos, el razonamiento de Macri fue el mismo: si no hay subsidios del gobierno nacional, él deberá “automáticamente” subir la tarifa.
“No tenemos la plata para hacernos cargo de los colectivos urbanos”, sostuvo el jefe de Gobierno, quien acusó al kirchnerismo de querer “asfixiar económicamente a la ciudad”. “No tengo de un día para el otro mil millones de pesos para poner en los colectivos para sostener el subsidio. En la Ciudad tenemos un Presupuesto que se discute renglón por renglón y no contamos con una masa de dinero libre para gastarlo en lo que quiera”, advirtió Macri, que volvió a exigir una reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Quiero discutir sin fla-shes y sin cámaras los temas de la autonomía: el juego, el puerto, la policía”, planteó.
En rigor, el proyecto enviado al Senado no hace mención a las tarifas de los colectivos, sino que traspasa al Gobierno la potestad de fiscalización y control. En los considerandos, dice que la Nación destina un total de 87.852.332 pesos por mes a los colectivos urbanos, lo que deja abierta la interpretación de qué ocurriría con los subsidios. “El gobierno nacional tomó una serie de decisiones para quitar recursos a la Ciudad”, fue la lectura que hizo la vicejefa María Eugenia Vidal. “Macri nunca tiene plata, salvo para subsidiar a la educación privada y para aumentar los grandes contratos de empresas amigas”, retrucó el auditor porteño Eduardo Epszteyn. “Los datos presupuestarios del gobierno porteño demuestran que le sobran 2500 millones de pesos encima del presupuesto después del último endeudamiento”, sostuvo. “Macri, con su concepción liberal, no cree en la intervención del Estado en la economía. No cree que el Estado tenga que subsidiar tarifas para que no afecte el bolsillo de los usuarios”, analizó el jefe del bloque kirchnerista en la Legislatura, Juan Cabandié.
“La política de transporte del gobierno nacional fracasó. En vez de hacer una autocrítica, apelan a chicanas y agresiones”, sostuvo Macri, quien nuevamente intentó llevar la discusión hacia la coparticipación: “El interior de la Argentina debería aprovechar esto para defender una postura federal en serio”. Por su parte, la diputada Gabriela Michetti interpretó que “están intentando reeditar el viejo conflicto entre unitarios y federales, poniendo a la ciudad como si quisiera un proyecto para jorobar a las provincias”. “Nunca fueron tan unitarios como ahora”, se sumó a la épica el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Pareciera que un gaucho se corta y le quieren cobrar la venda porque no es de la ciudad”, los cuestionó el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien consideró que “la actitud de Macri es claramente discriminatoria cuando encuentra un argumento que siempre echa culpa a la gente de la provincia que viaja a la Capital”. “Es mentira cuando dice que en la ciudad se sintetizan los valores de todos los argentinos. En cada uno de los puntos cardinales está la expresión fiel y en todo lo que se desloman los hombres y mujeres del interior para que esa ciudad sea cada vez más grande, y no para que nos facture que les tienen que pagar el subterráneo”, estimó.
“El ingeniero Macri siempre tiene dificultades con todo y realmente tiene que gestionar en esta ciudad”, planteó la ministra de Seguridad, Nilda Garré. “Macri quiere sacar ventaja económica del traspaso”, advirtió la legisladora kirchnerista Gabriela Alegre. “Hay una especulación donde el jefe de Gobierno no quiere asumir riesgos. Macri pasará a la historia porque dejó de lado la autonomía”, interpretó. “La Ciudad de Buenos Aires puede hacer frente a estas diferencias de recursos”, afirmó el jefe del bloque de la Coalición Cívica en la Legislatura, Fernando Sánchez. “La discusión de los subsidios la tienen todos los intendentes del país con el gobierno nacional, sean socialistas, kirchneristas, radicales. ¿Por qué no la va a tener Mauricio Macri?”, se preguntó. Su compañero de bancada, Maximiliano Ferraro, acusó al gobierno nacional de “estar haciendo lo mismo que hizo Menem con la transferencia de escuelas y hospitales”.
“A Macri lo primero que se le ocurre es el aumento de tarifas. Hablar de las tarifas de los colectivos hoy es absurdo. Hay una discusión más profunda, que es la del federalismo, y no es saludable que se dé en el marco de chicanas e internas políticas”, señaló la sabbatellista Gabriela Cerruti, quien destacó que “no le sirve a nadie buscar posiciones contrapuestas entre la Ciudad de Buenos Aires y el resto del país”.
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