La Presidenta estuvo acompañada ayer por el hijo del general Rattenbach y parte del gabinete nacional.
Imagen: Télam.

“Cada uno de nosotros tiene que ser un militante de la paz, se piense como se piense”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner luego de recibir el Informe Rattenbach sobre la guerra de Malvinas. Los 17 tomos que componen el documento fueron colgados en la web oficial del gobierno nacional. “Vamos a insistir una y otra vez en la no militarización de la región”, había señalado al mediodía aludiendo a la escalada de Gran Bretaña sobre el archipiélago, donde destacó nuevamente como única salida al conflicto el cumplimiento de las resoluciones de la ONU para conformar una mesa de diálogo.

“Los cascos que queremos son los de los trabajadores. Que no quita la función de los cascos de los militares, pero siempre en misiones de paz y no de guerra”, sostuvo la Presidenta en la quinta de Olivos, rodeada de los integrantes de la comisión que labró el Informe Rattenbach. A diez días de cumplirse el treinta aniversario del conflicto bélico desatado para recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas, Fernández de Kirchner anunció que además de los 17 tomos que integran el informe elaborado en 1983, “el primer informe –que le entregó la comisión– estará colgado y digitalizado y revela el trabajo minucioso de la comisión, a quienes quiero agradecer una vez más”.

“Quiero valorizar al general Rattenbach porque no debe haber sido fácil para él. Siempre hay corporativismos, debe haber sido un hombre muy valiente y el informe lo debe haber hecho con mucho dolor, pero con sentimiento y pertenencia de patriotismo”, afirmó Fernández de Kirchner destacando la tarea del general Benjamín Rattenbach, que estuvo al frente de la investigación sobre el desempeño de las Fuerzas Armadas durante la guerra y agregó que “lo importante es que nos dio verdad y ése fue el objetivo que tuvo el general”. El documento se había mantenido como secreto de Estado durante casi treinta años, hasta que CFK ordenó desclasificarlo a principios de este año. “Se intentó decir que era antiperonista y otras cosas más. Mi papá también era antiperonista, pero lo importante es que mi papá y Rattenbach nunca desaparecieron a nadie”, agregó para desestimar las críticas hacia el autor del informe.

La Presidenta explicó que en el informe se mantenía oculto “el nombre de una persona porque es miembro activo de la SIDE y de un párrafo en el que se hace referencia a un kelper” que había colaborado con las tropas argentinas durante el conflicto. La rodeaban los integrantes de la comisión que analizó el informe de 1982, presidida por el coronel Augusto Rattenbach, hijo del autor de la investigación inicial, y la embajadora Susana Ruiz Cerruti, y de las Fuerzas Armadas que le habían entregado el trabajo unas horas antes. Además, el vicepresidente Amado Boudou, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, acompañaron el anuncio. “Esta es la historia en sangre viva de los argentinos”, sostuvo casi al finalizar la presentación de los archivos desclasificados.

Por la mañana había inaugurado por videoconferencia el Centro de Veteranos de Guerra que funcionará en el Instituto Geográfico Militar en Palermo. Allí destacó que “a los que aún quieren agitar banderas de militarización no sólo en el Atlántico Sur, sino en el mundo, les quiero hacer un llamado de que hay que resolver las diferencias y los conflictos de otro modo, es posible”, y agregó que el país “siempre va a estar en el lado de la paz. Las Fuerzas Armadas sólo integran fuerzas de paz, como en Haití y Chipre”. Fernández de Kirchner envió así un nuevo mensaje a favor del diálogo a las autoridades británicas que responden de forma belicosa cada vez que Argentina reclama el cumplimiento de las diecinueve resoluciones de las Naciones Unidas emitidas desde 1966 para que los dos países inicien un proceso de diálogo sobre el conflicto por la soberanía en las islas Malvinas.

La Presidenta se detuvo en las cifras que dejó la guerra. “649 muertos, 375 fueron en el crucero General Belgrano, y no fueron muertos en combate, estaban fuera del área de exclusión, fue un crimen de guerra”, sostuvo y detalló que en las islas habían muerto 274 argentinos y “posteriormente se suicidaron 400. 255 ingleses murieron en campos de combate y luego 264 se suicidaron. Esto nos reveló el horror de la guerra.” Allí recordó que en su paso por el Senado había impulsado un reconocimiento a los combatientes “que ni siquiera tenían una pensión. Los tengo cerca de mi corazón, sufrieron mucho”.

“El amor y la esperanza son siempre mucho más fuertes que el odio. Tenemos la necesidad de darle una mano a la paz, de respetar a los organismos internacionales”, resaltó en su discurso sobre la propuesta argentina de sentarse a una mesa de diálogo con Inglaterra, posición que es apoyada por los países integrantes del Mercosur –Uruguay, Brasil y Paraguay–, además de Chile, Venezuela y Ecuador, la Unasur y la Organización de Estados Americanos. Por ello remarcó “que cada uno de nosotros sea militante de la paz, se piense como se piense. Los cascos que queremos son los de los trabajadores, y los cascos de los soldados siempre en misiones de paz”.