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La madre de Laura Muñoz, la ex esposa de Alejandro Vandenbroele, presentó el 30 de marzo un dramático escrito contra su hija ante la Justicia mendocina. Muñoz fue clave en el inicio de la causa Ciccone cuando dijo: “Mi ex marido me dijo que es testaferro de Boudou”. Azniv Tokatlian, la madre de Muñoz, relata que “tanto la hermana como las amigas de Laura, con quienes me contacté, han constatado que presenta un notorio desbalance psicológico, alardea diciendo ‘vieron cómo estoy haciendo mierda a mi marido’, y cuando se le reprocha esa actitud dice que ‘nunca van a tener a P (la hija), antes los mato a todos’”. A raíz de ello, la madre de Muñoz presentó una denuncia por peligro de vida de sus tres nietos e inestabilidad psíquica de su hija, requiriendo urgentes pericias psiquiátricas.

Vandenbroele mantiene un litigio judicial con su ex esposa por la tenencia de P, la hija que ambos tienen en común. Incluso la mujer no permite que Vandenbroele visite a la niña. Pero Muñoz también está enfrentada a su anterior marido, Gilberto Lerena, con quien tuvo dos hijos y a quien amenazó, según el acta igualmente presentada ante la Justicia. Lerena tuvo que renunciar a las vacaciones con los chicos por las amenazas de castigos a los menores.

“Los nenes corren riesgo de vida en tanto y en cuanto las paranoias, delirios y trastornos de personalidad que se le han peritado a mi hija indican que en un desborde de pasión y conducta puede agredir a sus propios hijos como revancha contra sus padres y atribuya esas agresiones a terceros en uso del delirio de persecución que la aqueja”, dice Tokatlian en los escritos presentados por sus abogados.

Sobre el final del escrito, la madre de Laura Muñoz reclama que se someta a su hija a nuevos exámenes periciales psiquiátricos ante el peligro de vida de sus nietos. Vandenbroele y Muñoz ya se sometieron antes al estudio de los peritos, resultando que los profesionales advirtieron que Muñoz “tiene rasgos compatibles con el trastorno de personalidad”.

Tokatlian manifiesta en el escrito que también está preocupada porque no sabe si la niña concurre o no al jardín de infantes, ya que Muñoz decidió sacarla del establecimiento al que concurría con anterioridad. “A Laura no le caía bien que la directora y la maestra dejaran que P hable con su abuela y su padre. Por eso las agredía verbalmente. Es el segundo jardín del que Laura saca a la niña”, relata la mamá de Muñoz.