A 38 años del asesinato del cura villero Carlos Mugica, diversos dirigentes y funcionarios del gobierno nacional le hicieron un homenaje en la Villa 31. Del acto participaron la ministra de Seguridad, Nilda Garré, el de Trabajo, Carlos Tomada, y el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto. “El padre Mugica puede estar tranquilo, porque muchos de los que están acá siguen su obra”, aseguró Tomada.

Mugica formaba parte del Movimiento de Sacerdotes Tercermundistas y fue un referente de diversas generaciones de militantes en los años sesenta y setenta, cuando fundó la parroquia Cristo Obrero en la Villa 31. El 11 de mayo de 1974 fue emboscado y asesinado cuando subía a su automóvil, frente a la puerta de la Iglesia de San Francisco Solano, donde había dado misa. Su asesinato forma parte de la causa por los crímenes de la Triple A que investiga el juez federal Norberto Oyarbide. La causa fue considerada parte de los delitos de lesa humanidad y, por lo tanto, se trata de un crimen que no prescribe.

En el acto ayer en la Villa 31 estuvieron también el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni; el diputado nacional y secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, y el jefe del bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura porteña, Juan Cabandié. Entre los oradores, la ministra Garré destacó que hay que “seguir trabajando en la senda que eligió el padre Mugica para que este lugar deje de ser la Villa 31 y 31 Bis y se convierta en el barrio Carlos Mugica, un barrio más de Buenos Aires”.

Por su parte, Mariotto consideró que los ideales de Mugica “están más vivos que nunca”. “En su momento hicimos un documental de Mugica para explicar por qué éramos peronistas. Hoy no se nos exige esa explicación porque Néstor cambió la matriz de la patria”, planteó Mariotto, quien luego participó de otro homenaje en el Centro Cultural Hugo Caru-sso, de la Universidad Nacional de Avellaneda, en el marco de la segunda clase magistral de la cátedra Arturo Jauretche. Más temprano, Mariotto había estado en Pilar junto al intendente Hugo Zúccaro, con quien inauguraron una Casa de la Memoria. Allí Mariotto consideró que “la memoria se activa desde el presente” y dijo que el asesinato de Mugica “no es lo mismo visto desde 2012, que desde hace diez años o veinte, cuando la historia de Mugica parecía imposible de recuperar en la actualidad”.

Hubo otro acto por la noche en la parroquia de San Francisco Solano, donde fue asesinado. Por su parte, el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, organizó otro homenaje. Mañana a las 11 se hará otra misa en la Villa 31, a la que le seguirá un festival de música popular para la gente del barrio, según contó el padre Guillermo Torre, párroco de Cristo Obrero.