EL PAíS › DOCUMENTO DE BRAVO CONTRA TODOS
El socialismo al rojo vivo
Por Eduardo Tagliaferro
“Fue una reunión muy civilizada. Podría haber sido mucho peor”, comenta a este diario el socialista Rubén Giustiniani hablando del encuentro que el martes pasado mantuvo el comité del Partido Socialista. Los más de 34 dirigentes partidarios presentes en la sede de la avenida Entre Ríos al 400 que se habían citado para evaluar el desempeño electoral y los pasos a dar en la segunda vuelta no podían salir de su asombro a medida que Alfredo Bravo avanzaba en la lectura de su “Carta Abierta a los Compañeros Socialistas”.
El Comité Ejecutivo Nacional del socialismo está integrado por representantes de 24 jurisdicciones políticas de todo el país. Casi todos fueron tomados por sorpresa por el documento de Bravo. A medida que el candidato avanzaba en su lectura, quienes recibían sus críticas se anotaban y borraban sucesivamente de la lista de oradores. Cada párrafo traía una opinión más dura sobre el que seguía en la larga lista.
El documento comienza con la experiencia del Frepaso y “la personalidad invasora de Carlos ‘Chacho’ Alvarez, cuyas definiciones no podían ser discutidas, pero sí aplaudidas, sostenidas y proyectadas”. De allí pasa al ARI donde asegura que “la jefa”, denominación sarcástica utilizada para hablar de Carrió, les proponía “un contrato de adhesión”.
A la hora de hablar de la interna partidaria, uno de los más criticados por Bravo fue Rivas, a la sazón candidato a gobernador bonaerense por el socialismo. Le cuestionó su autocrítica publicada en Página/12, donde afirmó: “Nuestros errores han contribuido a la relegitimación electoral del modelo económico y político al que pretendemos poner fin”. Luego de reparar en que, en lugar de la autocrítica, Rivas debió “hacer un mea culpa”, Bravo cuestiona que haya una “fragmentación del frente conservador”. En este punto, sumó los votos de los tres candidatos peronistas, recordó que las tres fórmulas obtuvieron 11 millones de votos y a éstos incluso les sumó algunos puntos de Ricardo López Murphy.
Sin duda, el punto más fuerte llegó cuando se abordó la interna partidaria. Aquí Bravo criticó a los candidatos bonaerenses por “haberlos dejado en soledad” durante la campaña. Además de los palos destinados a Rivas y a Ariel Basteiro, Bravo también trató con dureza al bonaerense Oscar González. A su anuncio personal de votar por Kirchner en la segunda vuelta, le suma sus declaraciones “en las que no descartó un futuro acercamiento con Carrió”. El candidato presidencial le recordó a González que la decisión de retirarse del ARI “fue por unanimidad”.
Luego llegó el turno de Binner. Bravo se detuvo en declaraciones formuladas a la edición rosarina de Página/12, donde el intendente dijo que “hubo disidencias a nivel nacional (entre el ARI y el PS) para acordar y es evidente que ambas partes tenemos responsabilidad y culpa”. Para el candidato, Binner parece más preocupado por “lo que vendrá” que por revisar lo pasado. Claro que el próximo paso de Binner es su candidatura a gobernador santafesino, para la que espera contar con el apoyo de las huestes de Carrió.
La sangre pareció llegar al río cuando Rivas señaló que “el partido no puede contentarse con elegir la fórmula que mejor le convenga a su interna sin pensar que la sociedad lo castigaría por ello”. Pero la noche ya estaba avanzada y algunos de los miembros del comité optaron por desandar el camino que desde el local partidario los llevaba a sus domicilios.
“No somos una secta sino un partido político. Cuál es el problema de dar este debate de cara a la sociedad”, comentó Rivas a este diario. Para el legislador, el documento de Bravo no parte de los resultados electorales. Es decir, no parte de la realidad. Señala que “asegurar que se hizo todo bien lleva a la resignación. Reconocer los errores permite cambiarlos”. Lejos de esta posición, Giustiniani opina que los socialistas “hicimos unacampaña muy digna”. Tela hay para cortar. Todo depende de quién tenga la tijera.