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Un presidente de Racing tiene un gabinete con predominio de Boca

Kirchner se confiesa fana de Racing y obra en consecuencia. Su gabinete, en materia futbolera, es bien pluralista. Boquenses, primera minoría, son Beliz, De Vido, Parrilli, Scioli y Tomada. Hay dos “cuervos”, un gallina y hasta uno de los bichitos colorados. Y un leproso que escribió un libro sobre su club, del que quiso ser presidente.

Los argentinos sienten una particular pasión por el fútbol y el nuevo gabinete no es la excepción. En días más, el país tendrá desde un presidente fanático de Racing, que estampó su nombre en la camiseta que usó el equipo para su centenario, hasta un canciller que escribió un libro sobre el club de sus amores. En el medio, una primera minoría de boquenses.
Cuando Racing festejó su centenario, siete mil fanáticos pagaron para que su nombre figurara en una histórica camiseta diseñada especialmente para el festejo. Néstor Kirchner fue uno de ellos. “Es que somos los más grandes”, explicó semanas atrás en una entrevista a Página/12, sacando del cajón de su escritorio una revista El Gráfico con tapa celeste y blanca.
Al conocer esta pasión, Mirtha Legrand, otra famosa hincha del club de Avellaneda, le regaló al presidente electo una camiseta original firmada por todo el plantel racinguista. La foto del flamante presidente, su preciada remera y una sonrisa de niño circuló por las redacciones de los principales diarios del mundo.
Más allá de la pasión del “jefe”, quizás el mayor exponente de pasión futbolera del nuevo equipo ministerial sea el constitucionalista Rafael Bielsa. El rosarino, hermano del director técnico de la Selección Nacional, no se conforma con ser un hincha fanático de Newell’s. Años atrás, no sólo intentó, sin éxito, ser su presidente, sino que hasta registró su pasión por el club del Parque Independencia en las páginas del libro La vida en rojo y negro, que escribió junto al periodista Eduardo Van der Kooy.
Uno que podrá hacer alarde ante el resto de los ministros de ser fanático de Argentinos Juniors, el club que vio nacer al mejor jugador del mundo, Diego Maradona, es el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Criado en el barrio de La Paternal, el ex legislador porteño formó una agrupación con el sueño de alguna vez llegar a ser presidente de los “bichos colorados”.
Otro que no se queda atrás con su fanatismo es el futuro ministro del Interior, Aníbal Fernández. El ex intendente de la localidad bonaerense de Quilmes fue uno de los impulsores de la construcción del nuevo estadio Centenario del club que, aunque ahora está en la “B”, supo ser campeón en primera. Aníbal quiso extender su pasión por la política al deporte, pero al igual que el otro Fernández del gabinete, no logró ser presidente de su club, en este caso porque no le alcanzaban los años de antigüedad como socio de los “cerveceros”.
Los ministros de Defensa y Educación comparten, además del gabinete, su pasión por San Lorenzo. José Pampuro suele llevar a sus hijas a la platea del Nuevo Gasómetro para ver al equipo de Rubén Darío Insua, y cuentan que Daniel Filmus, que también va seguido a la cancha, lo primero que colgó en las paredes de su despacho en la Secretaría de Educación porteña fue el escudo de su querido Ciclón.
Los hinchas de Boca no son, esta vez, la mitad más uno del gabinete, pero sí son primera minoría. Cada vez que el equipo de la ribera sale campeón, el vicepresidente Daniel Scioli tiene asegurado un lugar en la foto de los famosos de la revista Gente. También son bosteros el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el de Justicia, Gustavo Beliz, el de Trabajo, Carlos Tomada, y el secretario general Oscar Parrilli, quien además jugó al básquet en la primera del Club Cipolletti.
El nuevo jefe de la SIDE, Sergio Acevedo, será el único que podrá cargar a sus cinco compañeros de Boca si River gana en la Bombonera, tan sólo dentro de dos fechas del campeonato. Los dos ministros de Duhalde que mantendrán sus cargos en la próxima administración son “enemigos” dentro de la cancha. Mientras que, al igual que Kirchner, Ginés González García tiene su pasión en el Racing Club, el economista Roberto Lavagna expresa con orgullo pertenecer a Independiente.
Desde el ‘74 con Perón que la Argentina no tiene un presidente democrático hincha de Racing. Aunque algunos dicen que no le gustaba el fútbol, la leyenda –y el propio nombre del Cilindro de Avellaneda– cuentan que el máximo líder del justicialismo simpatizaba con la celeste y blanca. Sin tanto fervor, pero hincha al fin, el radical Raúl Alfonsín logró ser recordado por su corazoncito “rojo”. Mucho menos se olvidará el fanatismo de Carlos Menem por el club de la banda roja y en especial por su devoción hacia al técnico, también riojano, Ramón Díaz. De los últimos mandatarios, De la Rúa fue el único hincha de Boca. El único integrante de su gabinete que se atrevía a gastarlo si River vencía a los xeneizes era su amigo, y jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes.

Informe: Martina Noailles.

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El presidente, durante una entrevista con Página/12, dio rienda suelta a su pasión académica.
 
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