“El peronismo no se mide por la antigüedad, se mide por los hechos, el compromiso y las obras”, dijo Cristina Fernández de Kirchner en un nuevo aniversario del 17 de octubre de 1945, el día en el que el pueblo salió a las calles para pedir por la liberación de Juan Domingo Perón. Durante el acto, que se llevó a cabo con la presencia de una treintena de intendentes bonaerenses en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada, la Presidenta hizo una encendida defensa del peronismo como motor de la movilidad social y aseguró que los derechos obtenidos durante los últimos diez años (“una década ganada para los argentinos”) no son un punto de llegada sino el piso sobre el que se debe seguir construyendo, y llamó a los sectores políticos de la oposición a que “sean garantes de los logros” alcanzados hasta ahora. “Yo creo que el gran desafío que tenemos los argentinos, los 40 millones, pero especialmente su dirigencia político partidaria, la que es oficialista y la que es opositora, es el de lograr un nivel de institucionalización de los derechos, garantías alcanzadas, del desarrollo productivo alcanzado.”

Cristina Fernández hizo referencia a las dificultades que atraviesa el mundo y la buena posición relativa del país y de la región a la hora de afrontarlas. “La verdad es que este 17 de octubre es especial y nos encuentra en un mundo devastado y con varios desafíos por delante”, aseguró la mandataria, en alusión a la crisis económica que atraviesa el continente europeo. También apuntó contra los grupos de inversión que especulan con los bonos de deuda argentina y contra quienes dentro del país los favorecen: “En estos días de fondos buitre, algunos piensan que los juicios son contra Cristina o contra el Gobierno, cuando en realidad son contra los 40 millones de argentinos –aseguró–. Cuando uno ve que se ponen algunos, muy pocos pero poderosos, del lado de los fondos buitre, se ve que hay irracionalidad y un profundo desamor a la patria y al prójimo”. Por el contrario, completó, “si algo se valora de este gobierno es la lealtad con los intereses del pueblo a costa de los agravios y de ser descalificada”.

Pocas horas después de ser duramente criticada por el camionero Hugo Moyano en el acto que organizó la CGT opositora, la Presidenta evitó responderle a su ex aliado, pero se plantó ante el recurrente uso de un “peronómetro” para evaluar al gobierno nacional. “El concepto de lealtad tantas veces fue distorsionado”, dijo, atribuyéndole al peronismo “una suerte de obsecuencia o de verticalismo ciego a la dirección de un partido, o a la dirección de un movimiento”. “Y en realidad –aseveró– la lealtad que la gente tuvo con Perón y con Eva fue hacia dirigentes que la gente identifica como defensores y representantes de sus propios intereses. El concepto de lealtad está vinculado con la lealtad con los intereses del pueblo y de la Patria, que es la misma cosa.”

A la hora de definir al peronismo, la Presidenta se volcó hacia la idea de “la movilidad social ascendente” y sostuvo que, “por más esfuerzo personal que se ponga, si no hay un proyecto de país que acompañe, que genere trabajo, que genere puestos de trabajo es imposible progresar, crecer, tener trabajo, darles de comer a nuestros hijos, permitir que los hijos de los obreros lleguen a la universidad y además de llegar a la universidad podamos llegar a la Presidencia de la República Argentina”. En ese sentido, se definió como peronista (aunque no “justicialista”, aclaró) y aseguró que su proyecto de país implica una “dinámica en la generación de trabajo, la apuesta por el empresariado nacional y la sustitución de importaciones”, en contraste con “el proyecto exclusivo que deja afuera a las grandes mayorías”.

Hubo un mensaje tanto para la oposición partidaria como para aquellos ciudadanos descontentos que se manifestaron en las calles el 13 de septiembre: “Un proyecto de país de inclusión tiene la inmensa virtud y la fantástica generosidad, por la propia dinámica de acumulación, de la generación de puestos de trabajo, de generación de empresariado nacional, de sustitución de importaciones, de beneficiar aun a aquellos que política o partidariamente no están de acuerdo”, aclaró, recordando que “pasó en la primera etapa del peronismo, donde muchos creyeron que habían podido progresar porque sí y luego se transformaron en no peronistas, por ejemplo, siendo que habían progresado a partir del peronismo”. Pero, en un mensaje hacia la tropa propia, advirtió: “Nosotros debemos explicar, no combatir y enojarnos y descalificar a los que piensan de esa manera, sino tomar como una tarea militante, y docente casi, explicar el porqué se pueden dar esas transformaciones”.