El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, participó de la ceremonia de asunción del papa Francisco y saludó personalmente al ex cardenal junto a su esposa Juliana Awada. Según relató el líder del PRO, Jorge Bergoglio lo mandó llamar por parte de uno de sus colaboradores, el obispo García, para que se vieran personalmente. “Me emocioné tanto que me quedé sin palabras”, dijo luego del encuentro.

“Tuve la suerte de poder saludarlo al Papa, todo muy emocionante, muy lindo”, enfatizó Macri, quien insistió en que el flamante titular de la Iglesia Católica debería abrir un camino de “reconciliación”. “Dios permita que empiece una nueva etapa en la que podamos trabajar juntos. Ojalá todo esto haya conmovido a la Presidenta y empiece una nueva etapa de reconciliación de los argentinos”, señaló Macri, en referencia a la política nacional.

Además, el jefe de Gobierno contó que, al verlo, el Papa le recriminó que no le haya llevado a su hija Antonia. “Hoy la veo complicada, no me parece un día apropiado”, respondió entre risas Macri. Entre otras cosas, el líder del PRO calificó a Bergoglio como un “gran porteño que siempre se mostró muy preocupado por lo que pasó en la Ciudad”. El mandatario comunal precisó que vio a Francisco “como siempre, cariñoso, humilde” y que le agradeció su presencia en Roma. “Lo que hemos vivido es algo histórico, nunca pasó algo tan importante en la historia de los argentinos”, destacó Macri.