Viernes, 29 de noviembre de 2013 | Hoy
EL PAíS › EL OFICIALISMO LE DIO MEDIA SANCION Y LA OPOSICION SE RETIRO DEL RECINTO
El proyecto se giró a Diputados, que lo trataría el año próximo. El jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto, realizó críticas al texto y dejó la puerta abierta para nuevas modificaciones.
Por Sebastian Abrevaya
La sesión del Senado en la que se aprobó el nuevo Código Civil y Comercial terminó ayer a las 4.20 con un resultado favorable para el oficialismo. La oposición, en cambio, se retiró del recinto al momento de votar, enojada por el tratamiento “a libro cerrado” y las últimas modificaciones realizadas por el Frente para la Victoria en la comisión bicameral. Desde el oficialismo, el jefe de la bancada, Miguel Piche-tto, pidió que la Cámara de Diputados “corrija” las cuestiones vinculadas con la fertilización asistida y cuestionó la redacción realizada por la comisión de juristas encabezada por Ricardo Lorenzetti. Después de doce horas de debate, la votación terminó con 39 votos a favor, uno en contra –del salteño Agustín Pérez Alsina– y 32 ausentes de los bloques de la UCR, el FAP y el peronismo disidente, incluidas las senadoras Liliana Negre de Alonso y Sonia Escudero, quienes se habían manifestado a favor durante el debate. El proyecto se tratará a partir de marzo en Diputados, donde podrían introducirse nuevos cambios y volver al Senado.
Los cruces en los días previos y sobre el arranque de la sesión –que se inició a las cuatro de la tarde y duró más de doce horas– sirvieron como un anticipo de que la discusión del nuevo Código Civil y Comercial no sería tranquila. El anuncio del jefe del bloque kirchnerista de que se buscaría aprobar el texto en una sola votación en general y en particular, despertó el enojo opositor, que deslizó una amenaza: “Votar a libro cerrado el Código significa un atropello, una decisión política de la cual el oficialismo tiene que saber cuáles son los costos y las consecuencias”, alertó el senador radical Ernesto Sanz. Pichetto replicó con un pedido de “responsabilidad” y “madurez” y remarcando que “desde el código de Napoleón no existen precedentes de debate artículo por artículo”.
Con ese tema sin saldar, se avanzó en el debate con más de 30 oradores. El oficialismo reivindicó los avances en materia de adopción, de matrimonio, divorcio y defensa del consumidor. La oposición enfocó sus críticas en la ausencia de la regulación de la responsabilidad civil del Estado, la eliminación de la función social de la propiedad, del acceso al agua como derecho humano y en las modificaciones al artículo 19, que establece el comienzo de la vida “desde la concepción”.
El senador kirchnerista Daniel Filmus defendió esa redacción fundándose en el fallo Artavia Murillo, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La CIDH señaló allí que el término “concepción” no se aplica desde la fecundación, sino desde su implantación en el seno materno. “Si no hay claridad conceptual, entonces no aportamos nada. Y la claridad conceptual la daba el texto anterior, que decía que hay comienzo de la vida en los casos de los sistemas de fertilización asistida cuando el embrión está en el seno materno. La Iglesia quiere ese texto. Están en contra, pero en verdad es lo que quiere la Iglesia”, replicó el senador radical Gerardo Morales.
Respecto de la responsabilidad del Estado, el senador kirchnerista Marcelo Guinle hizo una extensa defensa de la posición del Gobierno. “No se está sacando la responsabilidad civil, se la está sacando del contexto del Código, para tenerla en una ley especial que aborda la responsabilidad del Estado nacional, y las provincias van a poder hacerlo en sus respectivos ámbitos”, afirmó. Sobre esta cuestión volvió también Pichetto al cerrar el debate, quien recordó que el propio titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, contempló la posibilidad de que sea regulado como una ley especial. “No dramaticemos el tema”, concluyó el rionegrino, quien cuestionó la “matriz” elaborada por la comisión de juristas encabezada por Lorenzetti.
“El pensamiento de este Código, la verdad es que yo no lo comparto. Voy a funcionar por supuesto, como siempre he funcionado, con un concepto de disciplina política, pero el pensamiento de este Código está hecho por civilistas de la escuela de la UBA, de la cátedra de Alterini; pensamiento de la Corte en la última etapa, con fallos dictados por la mayoría, que han perfilado que las obligaciones y las relaciones entre el Estado y los particulares dejan de pertenecer al derecho público y pasan a ser materia del derecho privado”, se despachó Pichetto, generando la reacción de las otras bancadas.
“Nosotros tenemos la decisión de que este Código lo voten ustedes solos. Hemos llegado hasta acá, hemos dado el debate, pero no podemos acompañar esto. Y para colmo de males, con esta cuestión de que ni siquiera están conformes con el Código dentro del propio oficialismo...”, los chicaneó el radical Ernesto Sanz, al momento de anunciar la retirada. Junto con la UCR se fue el FAP y también el peronismo disidente, aun aquellos como Negre de Alonso y Escudero, que consideraron positivos los cambios concedidos a la Iglesia.
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