EL PAíS › LA PRESIDENTA ENCABEZO EL ACTO DE ASCENSO DE OFICIALES DE LAS FUERZAS ARMADAS

Los ascendidos ya tienen su sable

Entre los oficiales estaba el jefe del Ejército, César Milani, ahora teniente general. Rossi defendió su promoción.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó ayer la ceremonia de ascenso de oficiales de las Fuerzas Armadas en un acto que se llevó a cabo en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Entre los militares que recibieron su sable o su diploma se encontraba el jefe del Ejército, el ahora teniente general César Milani, centro de la discusión parlamentaria entre oficialismo y oposición de los últimos días.

Poco antes del acto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, defendió la decisión de la Presidenta de seguir adelante con el ascenso, pese a las acusaciones que recibió Milani sobre su supuesta participación en delitos durante la época de la dictadura. Rossi resaltó que “las objeciones sobre el acuerdo al pliego del general Milani no tienen ninguna comprobación judicial” y desmintió las denuncias del senador radical Gerardo Morales sobre actividades de espionaje a políticos por parte de las Fuerzas Armadas. “Morales nos tiene acostumbrado a descalificar e insultar sin ningún tipo de prueba y capacidad argumentativa”, sostuvo el ministro de Defensa.

Cristina Kirchner –esta vez de nuevo de vestido oscuro– volvió a la Casa Rosada para encabezar una ceremonia protocolar, como había hecho ya ante la asunción de funcionarios en dos oportunidades y también para el ascenso de oficiales superiores de las fuerzas de seguridad federales, dos días atrás. Como en las ocasiones anteriores (con excepción de su primer regreso tras el postoperatorio, cuando se dirigió a los militantes en las galerías de Casa Rosada), su participación pública se limitó a su rol formal y no hizo declaraciones ni discursos antes de retornar a su despacho luego de concluido el acto.

La ceremonia comenzó con algo de retraso por la tardanza del administrador del obispado castrense, Pedro Candia, encargado de decir unas palabras preliminares y bendecir los sables: como estaba demorado por los problemas de tránsito en el centro porteño enviaron una moto a buscarlo para que llegara a la Rosada a tiempo para la jura. Además de la Presidenta, participaron del acto el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el ministro de Defensa, Rossi; el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; el ministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.

Sin contradicción

“Construimos una política de derechos humanos durante todos estos años, de la que nos sentimos orgullosos. Se construyó con el impulso del Gobierno y con el acompañamiento permanente de los organismos de derechos humanos, y no veo contradicción alguna en ese sentido”, dijo ayer Rossi durante una entrevista, consultado por los cuestionamientos a Milani desde sectores vinculados con los derechos humanos. “Las objeciones sobre el acuerdo al pliego del general Milani no tienen ninguna comprobación judicial”, recordó el funcionario.

“El procesamiento de cualquier ciudadano depende de una decisión judicial” y el Poder Ejecutivo “nunca ascendió ni abonó el tratamiento de un ascenso a ninguna persona involucrada en situaciones de procesamiento judicial”, agregó el ministro, citando el caso del ex jefe del Ejército Roberto Bendini, que fue pasado a retiro por decisión del Gobierno en cuanto fue procesado en una causa que investiga delitos de lesa humanidad durante la última dictadura”.

Además, el ministro desacreditó una denuncia del radical Morales, quien alertó que a través de Milani “el Ejército espía” a políticos opositores y desde que él está al frente de esa institución castrense, en junio de este año, “involucraron a las Fuerzas Armadas en inteligencia interna”. Para Rossi, “esas declaraciones del senador Morales tienen más que ver con el debate político” que con la idoneidad de Milani. “Morales nos tiene acostumbrados a descalificar e insultar sin ningún tipo de prueba y capacidad argumentativa. Estas descalificaciones son en el marco de un discurso político que termina con el agravio y descalifica absolutamente sin ninguna prueba”, concluyó. Milani había sido asignado como jefe del Ejército en junio, pero su ascenso, que iba a ser tratado un mes más tarde, se demoró por decisión de la Presidenta. El miércoles, finalmente, el oficialismo pudo aprobarlo en el Senado con 39 votos contra 30.

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La presidenta Cristina Kirchner saluda al jefe del Ejército, Cesar Milani, luego de entregarle su diploma.
Imagen: Télam
 
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