“Es un fin de ciclo. Es un fin de ciclo del que nos quisieron convencer que el Estado es un mal administrador.” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomó el retorno de YPF a manos del Estado como ejemplo para dejar atrás el neoliberalismo. Con una multitud que se movilizó frente al Congreso para apoyar y escucharla en la apertura de sesiones del Poder Legislativo, Fernández de Kirchner le pidió a la oposición que cuestiona el acuerdo con Irán que elabore “un proyecto viable, lógico, jurídico” mejor que permita esclarecer el atentado a la AMIA. Destacó, además, el crecimiento sostenido de la economía y la baja del índice de desocupación; hizo foco en el paritaria docente, y anunció que en la agenda legislativa de este año tendrá prioridad “legislar sobre la defensa de los consumidores y los usuarios”. También denunció un “golpe suave” en Venezuela y aclaró que defiende “la democracia” más allá de quién gobierne ese país.

“Debemos estar más unidos que nunca los argentinos para poder seguir adelante”, sostuvo la Presidenta mientras los aplausos de los diputados se encimaban con su discurso y la militancia la acompañaba con gritos de aprobación. El mensaje presidencial estuvo marcado por las referencias a las cifras positivas fundadas en informes del Banco Mundial y de la Unesco, que se acumularon en los diez años del proyecto político iniciado el 25 de mayo del 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner. Fue repasando una a una las distintas áreas de gobierno. Unos minutos antes, las barras en el último piso de los palcos, los militantes cantaban con ímpetu pero respetuosos “vengo bancando este proyecto, proyecto nacional y popular, te juro que en los malos momentos, los pibes vamos a estar”, al que se sumaban legisladores con los dedos en V.

En el repaso tocó algunos temas de actualidad como la paritaria docente y los cortes de calles y rutas como forma de protesta. Allí les habló directamente a los trabajadores de la educación acerca de su propuesta de que el presentismo o “presencia pedagógica” forme parte de la negociación. Puso sobre la mesa los avances con la Ley de Financiamiento Educativo, en infraestructura, becas, carrera científica y en salarios en casi todos los niveles, apuntando a seguir buscando calidad educativa entre los docentes. “El chico necesita relacionarse con el mismo docente durante todo el año”, apuntó la Presidenta y, desatando los aplausos de los diputados, se preguntó si es justo que “el que va todo el año cobre lo mismo que el que va cada muerte de obispo o agarra cuanta licencia tiene a mano”. Planteó, además, separar la discusión salarial docente del comienzo de las clases y afirmó que “estamos dispuestos a extender una mejor oferta si podemos llevarla a junio para que no sea en marzo”.

Uno de los ejes desarrollados en el discurso fue la denuncia de los aumentos de precios y la necesidad de más leyes que defiendan al consumidor. Mientras hablaba de la buena perfomance de la industria automotriz, apuntó contra los aumentos de precios injustificados en los autos. Allí fue cuando anunció que “en la agenda legislativa de este año vamos a tener que abocarnos a sancionar instrumentos que defiendan de una buena vez a los usuarios y los consumidores”, poniendo la mirada sobre “el abuso de los sectores concentrados, oligopólicos y monopólicos”. Otro de los puntos que tocó fue el de los cortes de calle como forma de protesta. “Vamos a tener que sacar alguna normativa de respeto a la convivencia ciudadana”, señaló, y su mención al tema le valió los aplausos del oficialismo a los que se sumaron por única vez los del macrismo.

En los palcos se encontraban los invitados, que juntos y sumados a los gobernadores y legisladores del oficialismo conforman el poder político del kirchnerismo. En los palcos frente al sillón de la Presidenta estaban los sindicalistas de la CGT, como el secretario adjunto, Andrés Rodríguez, acompañado por el secretario gremial, Omar Viviani. Los intelectuales de Carta Abierta escuchaban atentos el discurso. El filósofo Ricardo Foster en primera fila con el arquitecto y ex vicerrector de la UBA Jaime Sorín detrás intercambiaban ideas con sus acompañantes. Las organizaciones sociales kirchneristas también estaban presentes a través Luis D’Elía de la FTV y Marcelo Köenig de la Corriente Peronista Descamisados. Las organizaciones de derechos humanos como Abuelas de Plaza de Mayo con Estela de Carlotto a la cabeza, sentada al lado del secretario del área, Martín Fresneda, e integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora como Taty Almeyda. Hebe de Bonafini con otras madres de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y los intendentes peronistas en otro. De la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) estaban los adjuntos Pedro Wasyejko y Marcelo Frondizi.

Entre los legisladores hubo asistencia casi perfecta. El diputado del Frente Renovador Sergio Massa con su bloque, el socialista Hermes Binner con los suyos, el macrismo, el radicalismo, los diputados trotskistas, estaban todos menos las anunciadas ausencias de los diputados Elisa Carrió y el senador Fernando Solanas previendo que no iban a estar “dadas las condiciones de respeto”. Pero quedaron expuestos, ya que la previsión del supuesto caos quedó en la nada. La oposición entendió el gesto del oficialismo y la apertura de la Presidenta hacia a una relación más amable. Incluso le hizo un guiño al radicalismo, al reconocer que “los peronistas no le dábamos históricamente tanto valor a la democracia. Pero aprendimos con letra y con sangre que la democracia también es un a cuestión de paz y de vida. Y esa es una tradición que debemos reconocerle a la Unión Cívica Radical”. El bloque completo, con los tres dirigentes importantes entre ellos, Julio Cobos, Ernesto Sanz y Gerardo Morales, devolvió con un aplauso la gentileza. No fue el único lazo que la Presidenta extendió hacia los opositores. Cuando hablaba acerca de la necesidad de celeridad en la Justicia reveló que había mantenido una comunicación con Mauricio Macri por la toma de predio en la Villa 20: “Hablo con todos los que me llamen”. Pero no se quedó allí, porque después reveló también que se había reunido con los dirigentes de la AMIA y les había propuesto que le presenten “un instrumento para que se cumpla el objetivo” que es lograr la declaración indagatoria a los acusado por el atentando a la mutual judía en 1994. Les dijo lo mismo a la oposición: “Sé que muchos de ustedes son muy buenos abogados, elaboren un proyecto lógico, viable y estamos dispuestos” a considerarlo.

Sobre el final, analizó la recuperación de YPF por parte del Estado. En ese sentido, resaltó la intervención del ministro de Economía, Axel Kicillof, y del secretario Legal y Técnico, Carlos Za-nnini, para lograr el acuerdo y apuntó que era “un fin de ciclo. Es un fin de ciclo del que nos quisieron convencer que el Estado es un mal administrador”, apuntando a la década neoliberal en la que se redujo el Estado a su mínima expresión. A modo de síntesis de los diez años de proyecto político en el gobierno, la Presidenta releyó parte del primer discurso que dio Néstor Kirchner diez años atrás, y se reafirmó su apoyo “a la democracia en Venezuela. Ni al gobierno ni a Maduro, a la democracia, la elección popular”.

“Esto no es un relato. Es la verdad de lo que vivimos y construimos en estos diez años”, aseguró y llamó a los partidos “a esta tarea”. Para finalizar y, para que la oposición diera cuenta de la buena intención de la jornada, los militantes de La Cámpora tiraron pétalos de rosas en vez de papelitos.