EL PAíS › FELIPE SOLA HABLO CON PAGINA/12 SOBRE EL PRESIDENTE, IBARRA, MACRI, CHICHE, TODO

“Tengo con Kirchner muchísimas cosas en común”

El gobernador de Buenos Aires, aseguran las encuestas, será reelecto por paliza. Pero sigue en acción. En este reportaje marca semejanzas y diferencias con el presidente Kirchner. Elogia a Eduardo Duhalde y a Chiche, se distancia de Ruckauf. Y algo más.

Por Martín Piqué y Diego Schurman

Se acomoda en su silla sin emitir sonido. Es media mañana pero ya luce cansado. Y siente la necesidad de explicarlo: al raid de la campaña le sumó una larga noche en el velorio de la hija de Manolo Quindimil. Sin embargo, al arrancar la entrevista hace desaparecer el sopor a puro histrionismo. Empieza con las imitaciones, de sus amigos y sus adversarios. Sigue con los chistes cómplices junto a su vocero Martín Cortés. Y finalmente se entrega al divertido ejercicio de comparar estilos. Sin dudas, Felipe Solá no es un candidato en aprietos. Los números lo corroboran: les saca casi 30 puntos a sus competidores y todo indica que el 14 de septiembre revalidará su título de gobernador bonaerense.
–¿Esa comodidad en los números es lo que le permitió decir por estos días que “se puede ganar sin Kirchner”?
–Los votantes de la provincia de Buenos Aires quieren votar a alguien que sea por sí mismo y no por el apoyo de otro. Quieren votar a un gobernador lo más independiente posible, que sea capaz de atender sus asuntos sin necesidad de ser un virrey.
–Pero usted apoya el proyecto Kirchner...
–Sí, no solamente formo parte sino que quiero ser una pieza importante de ese proyecto para que sea exitoso. Si el resultado de ese éxito es que Argentina cambie y que tengamos Kirchner para ocho años, entonces me voy a plegar a ese resultado plenamente.
–Si no hubiese ganado Kirchner, ¿usted tendría las ventajas que muestran las encuestas respecto de los otros candidatos?
–Creo que hubiera ganado las elecciones igual, pero indudablemente que no sería el mismo marco. Pero tengo perfil propio.
–¿La foto famosa con Macri tiene que ver con ese perfil propio, sabiendo que Kirchner apoya a Ibarra?
–Sí, tiene que ver. Un candidato que puede generar sospechas de llegar del neoliberalismo, del modelo de los ‘90 –del cual recuerdo que fui secretario de Estado muchos años–, que viene del poder concentrado, me pide hablar a mí de problemas comunes, graves, que tenemos entre Buenos Aires y la ciudad autónoma. Y me pedían que no hablara con él, porque no fuera a ser que algún progre se molestara. Pero yo no soy así. Yo hablo con quien se me canta. Entonces, si Macri me pide una reunión con un equipo de trabajo que hace dos años que viene trabajando, quiero ir a ver qué dice.
–Usted sabe del valor de una foto juntos...
–Cuando sale lo despido, lo abrazo, pero no es el abrazo de San Martín y O’Higgins. Es un abrazo cariñoso que le doy a la mayoría de la gente, salvo a la que execro. Después Macri hace una conferencia de prensa solo. Ahora, Ibarra tuvo mil oportunidades para venir a hablar conmigo. Yo fui muchísimas veces a su despacho. Y le dije “Ibarra, ¿cuántas fotos conmigo tenés? Ponélas en los diarios”.
–¿Entonces hubo un diálogo con Ibarra luego de su reunión con Macri?
–No, hubo un reclamo. No de Ibarra sino de otros.
–Por lo visto, no tiene una buena relación...
–No, no hay una mala relación. Hay hechos. La relación personal es muy buena. He ido a la casa a hablar con él. Hace cuatro meses he estado toda la tarde en la casa de Ibarra conversando con él. Y no fui nunca a la de Macri. Yo me siento lo más libre posible en ese sentido. Y además todavía no vi a alguno de los dos expedirse sobre quién es su candidato en la provincia. Los periodistas piensan que en la Capital se define si vamos hacia el imperio o hacia la república. Y eso no es cierto, yo no siento que esté en juego el modelo nacional del país futuro por la jefatura del Gobierno de la Ciudad.
–Pero el apoyo a Ibarra parece ser estratégico para Kirchner.
–Es la estrategia de Kirchner, no la mía. Se lo he dicho.
–¿No asocia Macri a Menem como sí lo hace el Gobierno?
–No asocio a Macri con Menem, es una condena automática injusta. Tampoco asocio a Macri con mis ideas.
–Usted fue secretario de Estado del gobierno de Menem.
–Con eso abro el paraguas antes. Yo firmé una autocrítica en el ‘98 o ‘99 con una cantidad de personas, no sé si estaba el canciller (Rafael Bielsa) en eso.
–¿Siente que ayudó a Kirchner a ser presidente?
–Duhalde no me ofreció la candidatura. Esbozó la idea conmigo y yo siempre fui muy rotundo diciendo que no. No sé si me la hubiera ofrecido de lleno si hubiera dicho que sí. Hubiera sido un candidato más.
–Pero Kirchner no sería presidente.
–No, Kirchner no sería presidente porque con cuatro candidatos nos hubiéramos restado entre nosotros y hubiera habido muchas más chances entre Menem y López Murphy, y hoy López Murphy sería presidente. Mi renuncia es para López Murphy, que lo mira por tevé.
–¿Qué diferencia existe entre usted y Kirchner?
–Tengo muchísimos elementos en común con Néstor Kirchner. Sobre todo, la mirada sobre qué debe ser la política y qué no fue la política. Creo que él la expresa con más fuerza que yo. Por dos razones: primero, porque es el Presidente y es nuevo. Segundo, porque no fue funcionario de Menem y a mí eso me pesa. Me pesa. A la hora de decir lo que pienso me pesa un poco. Tenemos muchas cosas en común: la forma de mirar la política, el rescate de la ética, yo diría la moral porque la ética me suena a palabra de colegio de odontólogos. El rescate de política y moral. La frase clave de “yo entro con mis principios a la Casa de Gobierno” es una frase importantísima en el corazón de los argentinos. Tengo una fuerte convicción moral pero Kirchner tuvo una fuerte convicción moral y política. Y después hace cosas con las que no estoy de acuerdo.
–¿Como cuáles?
–(Silencio.) No, son menores, de estilo, no de fondo. Es una cuestión de cómo concibe el poder. Al peronismo, naturalmente, le atrae un presidente que concentra poder si lo usa de una manera peronista.
–¿Piensa ser candidato a presidente en el 2007?
–No siento el destino manifiesto. No siento que me suba el bronce por el tobillo. No se puede joder de antemano con el destino del hombre común anticipando peleas. Me da vergüenza hablar de carreras políticas personales en esta Argentina empobrecida, en la que cuanto más camino más pobreza veo. Ya lo dije antes: voy a apoyar a Néstor Kirchner. Si Argentina empieza a salir y a Kirchner le va bien, a lo mejor hay Kirchner para ocho años. Estaré en ese proyecto y pondré grandeza. Voy a tener 57 años en el 2007 y ahí se verá cómo es la historia. Si me dicen cómo es ahora, es así. Dejo estas palabras para la posteridad, para ser usadas contra mí si Chacarita se agranda.
–Cuando el PJ es hegemónico suele suceder que la lucha política se traslada hacia dentro del peronismo. ¿Le teme a ese escenario?
–No, no le temo. Ni Busti, ni supongamos Obeid, ni los gobernadores estamos en condiciones ni con ánimos de hacer internas. Para internas de palacio que no cuenten conmigo.
–Chiche Duhalde pidió que voten la lista completa y no sólo a Solá.
–El principal beneficiado de que los peronistas voten la lista completa, como pide Chiche, soy yo. Porque en el Gran Buenos Aires hay distritos donde Chiche tiene más arrastre que yo.
–La intención de Chiche parece ser asegurar votos a una lista con algunos candidatos que generan un fuerte rechazo.
–Sí, es posible. Pero la lista la encabeza Chiche, una persona que ha conseguido aceptación no sólo en el peronismo y en la gente más humilde.Tiene una aceptación importante también en sectores progresistas. Ella compensa problemas de las listas.
–Pero los sectores progresistas a Ruckauf no lo van a votar nunca. Usted mismo hace piruetas para explicar su presencia en la lista.
–Si a usted le preguntan en televisión si le gusta una mina, va a hacer piruetas para no pelearse con su mujer, si contesta en público. Piruetas hacemos todos, a cada rato. Pero yo no tuve el perfil del vice rebelde, hice lo posible hasta que algunos casos ostensiblemente criticables me pusieron del otro lado.
–Para defenderlo a Ruckauf, Chiche dice, por ejemplo, que él no huyó sino que fue a Cancillería porque se lo pidió Duhalde. ¿Usted piensa lo mismo?
–La historia chica, aunque parezca mentira, no la conozco. Es una historia de reuniones reservadas. Duhalde a mí me dijo exactamente eso. Me lo dijo hace poco. Me dijo “Ruckauf vino porque yo le pedí. Yo me sentía solo y quería que viniera”. Me hubiera gustado tener incidencia pero la lista la hizo Duhalde. Lo que a mí me parece un desastre, al de al lado le parece una maravilla. Ya está. Es así.
–No tenía margen para otra cosa.
–No, no. Acá hay que reconocer que el Partido Justicialista de la provincia tiene un líder y es Duhalde, no yo.
–¿No es un aguantadero la lista de diputados, como dijo Lombardi?
–Nuestra lista no es un aguantadero. Aguantaderos son las listas de ellos, los fugados de diciembre de 2001, de los que van a hacer cualquier cosa con tal de que no se vea y olvidemos que estuvieron y apoyaron al inolvidable doctor De la Rúa. Estuvieron en el g0abinete del doctor Calegari, y ahora disimulan y miran para otro lado. Hay muchos candidatos en la provincia que están en ésa. Ese es el verdadero aguantadero. Este país se fue al carajo con De la Rúa, no se fue al carajo con la lista que encabeza Chiche.
–Había mucho disgusto de su parte contra cierta prensa que sistemáticamente lo castigaba por el tema seguridad.
–Sí, la prensa extorsiva. Yo no transo. No cambio prensa buena por plata. Y esa batalla se va a saldar el 14 de septiembre. La batalla de haber sostenido a Juan Pablo Cafiero porque era un hombre valiente, trabajador y de huevos. Y con autoridad en la policía. Si me hubiera dejado llevar por los aires, los consejos, de mis amigos peronistas entre comillas, tendría hoy un ministro de Seguridad policial, militar o de borceguíes. Y no lo tengo, tengo el que quise tener.
–En el Banco Nación se iniciaron acciones judiciales contra los deudores como el grupo Yoma y otros grupos más. ¿Qué van a hacer desde el Banco Provincia con las empresas que recibieron créditos?
–La conducción del Banco Provincia denunció la situación de créditos por lo menos dudosos. Hoy la mayoría ya están en el fideicomiso. Son propiedad de la provincia. Nosotros hemos dicho ya que no a varias propuesta de arreglo en los que la provincia sale perjudicada. Arreglos de gente que vive demasiado bien como para proponer acuerdos tan malos.
–¿Qué empresas por ejemplo?
–Varias, no las voy a mencionar. Estamos en el tira y afloje. En cambio, yo llegué y encontré en el Instituto Provincial de la Vivienda toda clase de chanchullos, viviendas de 50 mil dólares, 80 mil dólares, cuando tenían que hacer viviendas de 10 mil o 12 mil dólares para gente que no tiene vivienda. Hice la denuncia y estuvo preso un tipo que ahora no sé si está con libertad vigilada o preso en su casa, que fue subsecretario de Vivienda de la gestión de Duhalde. Y hay otros que deberían ir presos y todavía no han ido. A mí no me tiembla el pulso para eso.
–¿Duhalde no le ha marcado límites?
–Absolutamente no. No admito ningún límite respecto de esa cuestión.

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Felipe Solá luce cansado a media mañana. Pero, al calor de la entrevista, recupera adrenalina.
 
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