SOCIEDAD › EL SACERDOTE CONDENADO POR VIOLACION MURIO VICTIMA DE SIDA

El peor legado de un cura abusador

La Justicia ordenó exámenes para determinar si los chicos que convivieron en los últimos años con el padre Héctor Pared fueron contagiados. El cura falleció el lunes. Su enfermedad fue mantenida en secreto por el Servicio Penitenciario y por el propio presidiario.

 Por Alejandra Dandan

Esta fue su peor herencia. El 1º de septiembre falleció, víctima de sida, el cura condenado en marzo a 24 años de prisión por abusos sexuales a adolescentes del Hogar Hermano Francisco de Quilmes. La muerte de Héctor Pared ahora puede disparar un nuevo escándalo. La enfermedad del cura fue preservada como secreto tanto por el Servicio Penitenciario de la Provincia como por los jefes religiosos del sacerdote que seguía celebrando misa durante su estadía en la Unidad 9 de Olmos. Los miembros del Tribunal Oral Criminal número 3 de Quilmes, a cargo de su sentencia, conocieron el nuevo diagnóstico hace sólo veinte días, cuando lo visitaron en el Hospital Rossi, de La Plata, donde estuvo internado hasta su muerte. En estos días, la Justicia ordenó análisis de HIV para el grupo de doce adolescentes que convivió con él durante los últimos días. Aunque aún no se conocen los resultados completos, siete exámenes dieron negativo.
La enfermedad y el tipo de muerte del sacerdote dispararon una revisión sobre la causa. El cura fue condenado en marzo de este año, pero llevaba dos años detenido. Ni durante los dos años que duró el proceso ni después, los miembros del Tribunal tuvieron sospechas sobre el “crítico cuadro de salud del sacerdote”, le explicó a este diario una fuente del juzgado convencida de que la enfermedad tiene una antigüedad de por lo menos cinco años. “Una situación como ésta –continuó la fuente– se hubiese convertido en agravante y es escándalo en el momento de la condena.”
Aunque el tema se mantuvo en absoluta reserva, el cura sufrió distintos tipos de enfermedades a lo largo de toda su estadía en la celda. Hace veinte días, los miembros del Tribunal secuestraron del hospital que funciona en la cárcel de Olmos la historia clínica del cura. De acuerdo con esos datos, ya en febrero de 2001, poco después de la detención, Pared comenzó a tener “neumonías, sinusitis e infecciones de piel en forma reiterada”.
Esa situación se había mantenido relativamente estable hasta marzo de este año, cuando el cura concurrió al juicio oral. En ese momento, Pared estuvo de pie y en estado para escuchar la sentencia por “abuso sexual agravado y corrupción de menores”. El Tribunal lo acusaba en cuatro casos, entre ellos uno donde se comprobó una violación.
El caso de este cura asociado durante años a los organismos de derechos humanos había sido denunciado en 2000 por Julio González, un técnico agrónomo que había sido empleado del hospital. La denuncia incluía malos tratos y castigos, golpes con “mangueras de goma” a los adolescentes, amenazas y manoseos en los genitales, tal como lo declararon los chicos durante el juicio. “Lo más grave fue cuando empezó a manosearme los genitales, pidiéndome que me bañara en la ducha junto a él”, dijo uno de ellos. “Me amenazó diciéndome que me iba a hacer pelota si contaba lo que me había pasado.” Por entonces, aquel chico tenía 13 años, había sido también víctima de la única violación probada por la Justicia. Durante el juicio declaró con identidad reservada, ahora está bajo el programa de Testigos Protegidos de la Procuración de la Provincia y es uno de los que aún espera los resultados de los estudios de HIV por los que pasaron siete ex compañeros durante los últimos veinte días: “Aún no tenemos ese resultado, pero para todos se trata de un tema absolutamente difícil porque vuelve a mostrar el trauma”.
El cura estuvo alojado durante estos años primero en Olmos y después en la unidad especial de Gorina. Hace 22 días, fue trasladado al hospital de Olmos y 24 horas después lo internaron en el hospital Rossi de La Plata. En ese momento, los miembros del Tribunal recibieron la comunicación oficial con la situación. “Estaba en estado lamentable”, confió una de las fuentes. Tenía un cuadro de patologías múltiples: neumonía, cirrosis, hongos en el esófago e infección encéfalo hepática terminal, típica en los cuadros de sida. El diagnóstico fue verificado por el médico de la asesoría pericial de La Plata. Esos eran los últimos días del cura.”Estaba fuera de sí –explicó uno de los que lo vieron– durante la visita ni siquiera reconoció a los jueces.”
En octubre y noviembre del año 2000 los chicos abusados fueron sometidos a estudios que incluyeron los de HIV. En aquel momento, todos los resultados dieron negativo. En este momento, los chicos que vivieron aquella pesadilla están ubicados en distintos lugares. Algunos son ya adultos, están casados o tienen hijos, otros están alojados en el Hogar Madre de Calcuta del Obispado de Quilmes. Los que están detrás de esas historias y conocieron al cura aún no son capaces de evaluar la cantidad de chicos que se han convertido en víctimas del padre. En ese contexto, tampoco saben hasta dónde puede haber llegado su herencia.

Compartir: 

Twitter

El sacerdote Héctor Pared, condenado a 24 años de prisión por “abuso sexual agravado”.
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.