El vicepresidente Amado Boudou encabezará hoy en Tucumán los actos por el Día de la Independencia, en reemplazo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra en reposo por indicación médica. La presencia del funcionario, procesado en el marco de la causa que investiga la quiebra de la imprenta Ciccone, motivó una ola de críticas por parte de dirigentes opositores. Frente a los embates de la oposición, ministros, secretarios de Estado y legisladores oficialistas volvieron a respaldar al ex ministro de Economía.

Las actividades en San Miguel de Tucumán comenzarán a las nueve de la mañana, unas horas antes de lo habitual en estas ceremonias, para que el final de la jornada no se superponga con el partido que disputará la Selección Argentina contra Holanda por la semifinal del Mundial. De los actos, además de Boudou, participará todo el gabinete nacional; el gobernador José Alperovich; su mujer, la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich; el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora, y su mujer, la gobernadora de Santiago del Estero, Claudia Abdala Ledesma.

Boudou, que encabezará la ceremonia en reemplazo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en reposo por indicación médica, arribará a esa ciudad alrededor de las once y media de la mañana, luego del tedéum oficiado por el arzobispo de Tucumán, Alfredo Horacio Zecca. El vicepresidente sí participará de la tradicional visita a la Casa Histórica, donde se firmó el acta de Independencia, y luego del acto central de la jornada, en el Teatro Mercedes Sosa. El protocolo indica que el vice, en representación del Poder Ejecutivo, hablará al país luego de que lo haga el gobernador anfitrión. Hasta ayer, de todos modos, su discurso no había sido confirmado.

Dirigentes de todo el arco opositor apuntaron la inconveniencia de que el vicepresidente encabece actos oficiales estando procesado. El titular de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, afirmó que la presencia de Boudou en un acto de estas características “es un agravio a todos los argentinos”. Para el senador por Mendoza, el ex ministro de Economía “no puede representar” al país “en ninguna fiesta patria, en ningún lugar del mundo y tampoco presidir ninguna sesión en el Senado”.

El diputado socialista Hermes Binner, precandidato presidencial por el Frente Amplio Unen, advirtió que se trata de “una situación que tensa la cuerda” y “no soluciona los problemas” y exigió al Gobierno “una posición de condescendencia” hasta tanto se resuelva la situación judicial del ex ministro de Economía.

Desde el Frente Renovador, el diputado Felipe Solá apuntó que a partir de este acto “se puede decir que la que paga todos los costos políticos es Cristina Fernández de Kirchner” y lamentó que “la Presidenta no se anime a separar a los amigos de los corruptos”.

Desde el PRO, el diputado Pablo Tonelli sostuvo que es “una ofensa” para la Argentina que “una de las más importantes fechas patrias la encabece alguien tan severamente cuestionado y sospechado de haber incurrido en intentos de corrupción”, mientras que en el GEN, el legislador Omar Duclós habló de “una humillación y provocación al pueblo argentino y una ofensa a los héroes que lucharon por la Independencia”.

El oficialismo, en tanto, volvió a abroquelarse en defensa del vice. Ayer el secretario de Seguridad, Sergio Berni, aseguró estar “convencido de la inocencia” del funcionario investigado en la causa Ciccone. “No es que actuamos corporativamente, sino porque estamos convencidos de la inocencia del vicepresidente”, afirmó en una entrevista radial. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, por su parte, sostuvo que el kirchnerismo “para nada dejó solo” a Boudou.

Por su parte, el diputado del Frente para la Victoria Carlos Kunkel fue más allá y señaló que el procesamiento de Boudou “responde a una presión muy grande de intereses del exterior vinculados con los fondos buitre” y calificó como “dudosa” la resolución del juez Ariel Lijo; mientras que su compañero de bancada, Héctor Recalde, acusó a ese magistrado de “dar muestra de parcialidad”.