Los fiscales federales que impulsan las causas por crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca anunciaron que pedirán que el teniente coronel retirado Alejandro Lawless, recapturado el martes luego de permanecer prófugo durante ocho meses, sea incorporado al proceso oral y público por los delitos con epicentro en las bases navales de Puerto Belgrano y Baterías, en el que estaba imputado al momento de la fuga. Los fiscales José Nebbia y Miguel Angel Palazzani formularán el pedido ante el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca, integrado en este proceso por jueces subrogantes, que también deben pronunciarse sobre un pedido de unificación de causas para incorporar a otros catorce imputados al juicio que tendrá su segunda audiencia el próximo 5 de agosto.

Lawless, que había estado prófugo en 2010 y gozaba de arresto domiciliario, se escapó corriendo por el microcentro el 12 de noviembre de 2013, mientras tres agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo trasladaban a la alcaidía del Palacio de Tribunales de Lavalle y Talcahuano. El juez federal Norberto Oyarbide procesó por su responsabilidad en la fuga a los agentes Guillermo Schweizer, Héctor Quinteros y Gastón Hoz D'Vila, a quienes imputó por "favorecimiento doloso de evasión de un detenido en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público". El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos dispuso tras la fuga una recompensa de 500 mil pesos para quien aportara información que permitiera ubicarlo. Su captura se produjo el martes a las 17.45 en Ramón Falcón 7132, en Liniers, y estuvo cargo de personal de la sección Investigación de Fugitivos de la Policía Federal.

Los fiscales Nebbia y Palazzani, según informó ayer el sitio web del Ministerio Público, pedirán que Lawelss se sume al banquillo de los acusados junto a otros 24 imputados de la Armada, Prefectura, el Ejército y un ex policía bonaerense, proceso que tuvo una audiencia aislada el martes pasado y se suspendió por un mes por la feria judicial de invierno de la que disponen los jueces del tribunal.

Al momento de escaparse de sus custodios de la PSA, Lawless ya se encontraba formalmente acusado y elevado a juicio junto a los otros 24 imputados. En consecuencia, su incorporación al debate oral y público recién iniciado no debería tropezar con inconvenientes, señalaron fuentes de la fiscalía. En este sentido, recordaron que el debate se interrumpió hasta después de la feria, mientras se concretaba la lectura del texto unificado de los tres requerimientos de elevación a juicio, con los casos de 66 víctimas y los 24 acusados. Esto implica que aún no comenzaron las indagatorias ni la producción de prueba, subrayó el Ministerio Público. Además de este juicio, le espera a Lawless otra causa radicada en el mismo tribunal, en la que se encuentra acusado por violaciones a los derechos humanos en el ámbito del 5º Cuerpo de Ejército. La fiscalía lo imputó además y solicitó su indagatoria en una tercera causa que actualmente tramita en la fase de instrucción.

Lawless estuvo destinado en el Batallón de Comunicaciones 181, del que dependían tres pelotones abocados a la "lucha contra la subversión". Días antes del golpe fue designado jefe de la Compañía de Comunicaciones y Comando, que brindó "apoyo técnico en la búsqueda, escucha y radiolocalización de las bandas HF y VHF", quienes luego eran secuestrados según su procesamiento. "En ocasiones en las que el subteniente Lawless quedaba a cargo de la guardia de personas privadas de la libertad, se acercaba a las víctimas con actitud de conquista sobre las prisioneras", apuntó el entonces juez federal Alcindo Alvarez Canale.

Tras un primer pedido de captura en 2009, Lawless estuvo escondido casi un año, hasta que el 2 de agosto de 2010 se presentó al juzgado. Allí le tomaron declaración y tres días después, pese a que había estado prófugo, el juez subrogante Santiago Martínez le concedió la excarcelación. Nebbia y Palazzani insistieron para que se le revocara ese beneficio, pedido que el Tribunal Oral rechazó. Cuando Casación ordenó la captura se produjo el episodio de la PSA que derivó en su última fuga.