Y un día se fue: el diputado Martín Insaurralde, que llegó al Congreso como cabeza de la boleta del Frente para la Victoria hace un año, confirmó ayer una partida largamente anunciada. Desde la semana que viene renunciará a su banca y retomará la intendencia de Lomas de Zamora, partido que conducía antes de ser electo legislador, según afirmó en un acto que encabezó en esa localidad. La salida de Insaurralde del Congreso también anticipa su alejamiento del oficialismo, aunque todavía está por verse si recalará en el Frente Renovador encabezado por Sergio Massa, donde su llegada es resistida por un sector importante de dirigentes, o si buscará el año próximo la gobernación bonaerense encabezando un espacio propio sin candidato presidencial. Su lugar en la Cámara baja será ocupado por el peronista Luis Cigogna (ver aparte).

“La semana que viene voy a volver” a la intendencia de Lomas de Zamora, confirmó Insaurralde, que venía arrastrando fuertes críticas por su ausencia en varias sesiones legislativas y en reuniones de bloque y comisión. “Uno debe encontrar el lugar útil para poder transformar y creo que desde la gestión, desde el estar cotidiano con mis pares, los intendentes somos el motor, el primer mostrador del Estado para poder transformar la realidad y ocuparnos de los problemas de la gente”, justificó luego su decisión.

El diputado anticipó su alejamiento del oficialismo al decir que le devuelve la banca al Frente para la Victoria, y fue crítico con la conducción parlamentaria de ese espacio: “Yo he presentado en la Cámara de Diputados la ley de armas cero, la ley de barrabravas, el régimen penal juvenil, todos temas de compromiso con los vecinos de la provincia, y ninguno de ellos fue tratado”. Desde el oficialismo lo dan por alejado y esperan a que agilice su trámite de renuncia ya que cuentan con esa banca para alcanzar el quórum en las próximas sesiones, la semana que viene.

Las opciones del lomense para ir en 2015 por la gobernación de la provincia de Buenos Aires son recalar en el Frente Renovador o presentar su candidatura a la cabeza de un espacio propio, sin vínculo con ninguna propuesta nacional. Ayer sólo prometió trabajar “junto a un grupo de intendentes valientes que tienen ganas de transformar la provincia”, algo que evita definiciones sobre su futuro.

En el massismo hay algunos dirigentes que ven con buenos ojos un acercamiento. Es el caso del diputado Alberto Assef, que dijo que Insaurralde “es bienvenido a las primarias del Frente Renovador porque todo lo que sea para ampliar las alternativas, las opciones del electorado, enriquece las PASO”. Quienes no opinan lo mismo son sus eventuales oponentes en esa interna, Darío Giustozzi y Gustavo Posse, quienes en su momento plantearon un ultimátum y amenazaron con abandonar el FR ante la llegada del intendente de Lomas.

El resto del espectro político fue muy duro con Insaurralde ayer, luego de que anunciara la renuncia a su banca. El diputado Carlos Kunkel (Frente para la Victoria) celebró que “el peronismo va a recuperar una banca”, porque el lomense “no concurrió a ninguna reunión del bloque ni concurrió a ninguna reunión de comisión en un año”. En la oposición, el legislador radical Miguel Bazze consideró que “no parece una actitud muy responsable que un intendente haya ido como candidato a diputado y haya estado en esos meses sin trabajar demasiado como diputado”.

El diputado Pablo Tonelli (PRO) lo calificó como “un cero al as” porque “nunca participó de una reunión de comisión y, salvo algún saludo personal, no se le conoce la voz”. Mientras, la socialista Alicia Ciciliani dijo “no compartir la estrategia política” de Insaurralde, que “no respeta las instituciones” y “refleja el problema institucional y político que tiene la Argentina”.