Domingo, 28 de diciembre de 2014 | Hoy
EL PAíS › ENTREVISTA A ANíBAL FERNáNDEZ, SECRETARIO GENERAL DE LA PRESIDENCIA
En diálogo con Página/12, el ex senador ratificó su precandidatura a presidente, aseguró que el FpV ganará en 2015 y criticó a la oposición. Además, respondió las acusaciones sobre Milani, defendió a CFK y habló de la disputa con un sector de la Justicia.
Por Sebastian Abrevaya
Es 26 de diciembre y la Casa Rosada está prácticamente despoblada. Con un jean gastado que eligió su hija y una camisa de manga corta que deja ver los dos tatuajes que tiene en los antebrazos, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, recibe en su nuevo despacho a Página/12. Varios de sus muebles se los trajo del Senado de la Nación, donde cuenta que tuvo que comprar de su bolsillo el escritorio y el sistema de televisores para reacondicionar la oficina correspondiente al representante de la provincia de Buenos Aires. Sabe que este año no tendrá vacaciones, aunque no descarta darse una escapada por la Costa Atlántica, en donde veranea casi todos los años. De todas maneras, se lo nota feliz de haber vuelto al Poder Ejecutivo, después de tres años en el Congreso.
–¿Le quedó alguna cuenta pendiente en el Senado?
–Si respondiera eso sería petulancia. Me voy contento, habiendo sacado diez o doce leyes importantes en temas como el autismo, el voto a los 16 años, el adelantamiento de la entrada en vigencia de Código Civil al 1º de agosto. El Congreso es un ámbito donde todos se expresan y todos tienen derecho a llevar adelante una propuesta común. En líneas generales, me llevo una impresión espectacular de la oposición. Si bien la mayoría de las cosas las hemos trabajado en contra podés encontrar ámbitos para conciliar ideas y posiciones comunes.
–Precisamente uno de los principales reclamos de la oposición es la falta de diálogo del oficialismo...
–Nosotros lo hemos ofrecido cada vez que pudimos. En algunos casos más corto que en otros, pero he recibido un reconocimiento de la oposición cada vez que participamos de alguna tarea común, por traer funcionarios de toda característica para que pudieran ser escuchados y puedan preguntar. Yo me llevé una sorpresa porque fui con muchos preconceptos respecto de la oposición.
–¿Iba con la cara pintada para la guerra?
–No, no, porque eso no sucede, pero sí pensaba que iba a tener que hacer un esfuerzo sobrehumano porque sólo iba a encontrar paredes. Y no eran paredes, eran tipos como uno. Después llega el momento en el que te ponés la camiseta y en la cancha cada uno juega lo suyo.
–Bueno, cuando lo despidió Alfredo De Angeli dijo que descubrió en usted “un ser humano”...
–(Risas). Fue una muy linda expresión porque yo la entendí cuando la dijo.
–Recientemente usted anticipó que si el jefe del Ejército, César Milani, fuera procesado por la Justicia en las causas por violaciones a los derechos humanos, se lo pasaría a retiro. ¿Hubo un cambio de posición del Gobierno al respecto?
–No. Lo explico para quien lo quiera escuchar: Yo formé parte de la Comisión de Acuerdos y cuando un pliego era controvertido pedía un copia del expediente y lo estudiaba en mi casa. Me ponía a leer hasta los puntos y las comas porque, como dicen, el diablo está en los detalles. Yo no encontré nada que me diga que no tenía que levantar la mano en este caso. Con lo cual lo defendí en la comisión, en el recinto y lo volvería a hacer.
–Pero hubo advertencias de organismos como el CELS que pidieron que no se apruebe.
–Sí, claro, pero de las advertencias que han sido bien intencionadas, en algunos casos tenemos un pensamiento común y en otros no tenemos pensamiento común. Yo asumo la responsabilidad de votar lo que yo siento. Lo que yo digo siempre es lo mismo. Si todos los elementos que hay son los que yo vi en los expedientes judiciales no hay nada que dé pie al magistrado para un procesamiento. Al menos desde mi verdad relativa, como diría Néstor. Si alguna vez eso sucediera ya hay dos antecedentes bien claros, una vez dictaron el auto de procesamiento al almirante Godoy y la Presidenta lo pasó a retiro. Y cuando sucedió lo mismo con el general Bendini, la Presidenta lo pasó a retiro. Y cuando se expide el Tribunal Superior de Santa Cruz, el presidente del tribunal le dice en su voto: “General, usted puede irse satisfecho a su casa, usted ha cumplido con su deber”. Con lo cual no sólo no había cometido ningún delito, sino que lo que había hecho era lo correcto. Sin embargo, la Presidenta lo apartó. Entonces no tengo por qué pensar que la Presidenta no va a actuar de la misma manera.
–Con un criterio similar, dirigentes de la oposición le han pedido a la Presidenta que le pida la renuncia a Amado Boudou, que está procesado en la causa Ciccone, entre otras. ¿En ese caso no corresponde?
–Es un funcionario electo por la voluntad popular. Cuidado con eso. ¿Hasta este momento, hay algún elemento que le impida ejercer el artículo 57 de la Constitución que dice que él es el presidente natural del Senado? No. La oposición ha querido hacer valer el artículo 66 de la Constitución, pero ese artículo habla de senadores, y el vicepresidente es un miembro del Poder Ejecutivo. En este caso, si pudiera llevarse a la práctica un juicio político, se presentaría un juicio político. Son dos cosas muy distintas.
–Desde el oficialismo se ha cuestionado al juez Claudio Bonadio por la investigación del caso Hotesur. ¿Cree que hay una intencionalidad por parte del magistrado?
–En el caso de Bonadio, nunca he visto desde que hago sociedades (N.d.R.: Aníbal Fernández es contador), en el año ’81, un allanamiento para conseguir la nómina del directorio y los balances de la sociedad. Si me dicen que no los presentaron, entonces que sancione al profesional que no los presentó. La realidad indica que para poder liquidar el Impuesto a las Ganancias, por hablar de un sólo impuesto, se necesita haber cerrado los balances y conocer los movimientos del año. Es decir que la AFIP podría dar explicaciones si se presentaron los balances. Si lo ha hecho es porque el balance está. No veo otra cosa.
–La sospecha de fondo es si efectivamente el hotel de la Presidenta fue alquilado por el empresario Lázaro Báez y sus habitaciones nunca fueron ocupadas.
–Vos podés alquilar una, dos, tres habitaciones o podés alquilarle el hotel entero a un tercero que lo explote. ¿Cuál es el problema? ¿Dónde dice que no se puede hacer eso? En ese caso, ¿me tiene que preocupar a mí si el que lleva a la práctica ese fondo de comercio tiene una, dos, tres, todas o ninguna de las habitaciones ocupadas? No.
–El punto es que si nunca fueron ocupadas podría entenderse como una suerte de “devolución de favores”...
–Con ese criterio no podrías comprar pan para la Presidenta porque si viene con un mignon de más es porque era para la Presidenta. Por poner el ejemplo más burdo. Yo no soy el contador de la Presidenta, pero no veo que haya ninguna irregularidad.
–En su momento, cuando se hizo el recambio de la Corte Suprema, también se reclamaba la renovación de jueces de la Justicia federal, varios de ellos como Bonadio, que continúan hoy siendo muy cuestionados. ¿Se arrepienten de no haber profundizado en aquel momento?
–Ahora estamos trabajando sobre el Código Procesal Penal, transformando lo que hoy es inquisitivo, su palabra lo define como de la Edad Media, en acusatorio. Ahí van a tener los fiscales la enorme responsabilidad de llevar adelante la investigación.
–¿Entonces ven esta disputa con la Justicia como una reacción frente a la reforma del Código?
–No. Es una situación que está y que puede pasar. Eso de las “guerras” y ese tipo de cosas no las tomo como tales. Si no me lleno de un preconcepto que no me deja pensar seriamente lo que tengo que hacer. Para quienes tengan responsabilidades sobre determinadas situaciones está el Consejo de la Magistratura para analizarlo y sancionarlo, si es que tiene que hacerlo.
–A Bonadio se le aplicó una sanción del 30 por ciento de su sueldo...
–Bueno, pero es el Consejo el que tiene que pensarlo, no me parece que sean las declaraciones por parte de los funcionarios las que resuelvan esta situación. Tengo mi posición y algunos magistrados dejan mucho que desear, pero si no estoy de acuerdo con alguna de las cosas, lo que me gustaría más que nada es hacerlo notar para que se discuta en el ámbito que corresponda.
–¿Van a proponer el reemplazo de Raúl Zaffaroni a partir de enero?
–No lo sé, es un tema de la Presidenta. Cuando se reemplazaron los ministros de la Corte se pusieron cinco muy formados. Inclusive el propio Fayt y Petracchi venían de hacer un trabajo encomiable en la Corte. Como senador presenté un proyecto para que la Comisión de Juicio Político le pida una pericia a Fayt para ver si no ha perdido la idoneidad. Que era idóneo nadie tenía duda, pero perder la idoneidad es una manera de mal desempeño. Yo no busco sancionarlo a Fayt, a quien le tengo un enorme respeto, pero digo que se le pueda hacer una pericia para que demuestre que conserva la idoneidad que supo tener y que le ha sido tan útil a la República.
–Usted dijo que sigue siendo precandidato del Frente para la Victoria. ¿Cómo sigue el año próximo?
–Lo que se viene es una discusión sobre lo que va a hacer cada uno para cuidarle los garbanzos a la sociedad argentina. La responsabilidad del que va a presentarse como candidato es hacerle conocer eso a la sociedad.
–¿Y cómo va a hacer Aníbal Fernández para cuidar esos garbanzos?
–Yo tengo una visión muy particular del tema. La he expresado cuando he sido jefe de Gabinete porque me ha tocado administrar el Presupuesto de la Nación y he mostrado tener mano firme para hacer lo que la Presidenta ordenaba y lo que a mí me tocaba, que era ejecutarlo de la mejor manera. Dos años y medio lo he sido y tengo con qué garantizar que lo sé hacer. En segundo lugar, tengo un montón de políticas que llegado el momento las haré conocer públicamente. Hoy no tienen mucho sentido porque faltan siete, ocho meses para la presentación de listas.
–Hay una idea de que Scioli es el referente mejor posicionado del oficialismo y que podría ser el candidato del Frente para la Victoria...
–(Interrumpe) Para eso tiene que ganar, tiene que ganarme primero.
–Entonces cree que va a haber varios candidatos y no va a ser Scioli el elegido.
–A mí no me preocupa si los hay. Cualquiera sea la discusión que se presente, las PASO permiten que uno le dé volumen a la política, que es lo que muchos no quieren entrar en razones. Eso es lo más importante. Después se consolida un precandidato en candidato. La última elección con Unen en Capital lo muestra con claridad. Se juntaron distintas expresiones bien definidas y se presentaron en una Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria. Después se preguntaron si iba a haber fidelidad en el voto y hubo fidelidad en el voto. La discusión es la misma ahora. ¿Por qué tenerle miedo a competir?, al contrario. Yo siempre estuve en contra de las listas de unidad porque no expresan lo que realmente querría decir la sociedad.
–Algunos dijeron que Scioli forma parte del FpV pero no representa al kirchnerismo...
–No es mi idea ésa. Yo quiero ganarle a Scioli, Randazzo, Urribarri, Urtubey, Rossi, Domínguez, a todos. Pero si no me tocara ganar y es Scioli, yo soy un soldado, absolutamente a su lado sin condicionamientos. Más clarito, imposible.
–¿Hay algunas diferencias entre Scioli y el resto respecto del rol que ocupará Cristina después de 2015?
– Cristina es la jefa del movimiento nacional peronista, nadie le puede discutir eso.
–Scioli ha dicho: “Cristina hará lo que le parezca”.
–Nadie puede dudar de que es la jefa. Que no se dio un caso como éste en el que el jefe del movimiento nacional tiene otro presidente, sí, puede ser. Pero alguna vez va a tener que suceder eso, sobre todo con gente tan joven.
–Hasta hace no mucho, Sergio Massa fue parte de este proyecto político y Cristina Fernández también era su jefa...
–No, bueno, pero estamos hablando de candidatos serios, de gente con nivel. Le pidieron que manejara una calesita y la chocó. Aprovechó una situación particular de un área importante que le dieron para que trabajara, pero las decisiones no las tomaba él, sino la presidenta de la Nación. El se valió de eso para sacar ventaja. Nadie dice que no se puede hacer, el problema no es que tenga aspiraciones, sino que su única aspiración es su candidatura, después no hay nada detrás de eso. No hay decisiones políticas, ideas inteligentes, es todo copiado de lo que dicen los focus group, no hay criterio respecto del desarrollo y las estrategias a futuro. Entonces, ¿por qué uno tiene que fumárselo sin decirlo? Yo no me voy a callar la boca, voy a decir lo que siento: no tiene formación intelectual ni formación política. Cuando pudo, para diferenciarse, el beneficio que sacó trabajando con este sector y chupándole las medias a más no poder a Néstor, iba a la embajada de los Estados Unidos y decía barbaridades de él. Basta con leer el libro de Santiago O’Donnell para darse cuenta de lo que representa. Después, armar toda una estructura cruzada de vereda. Se está derrumbando porque no se le puede mentir a mucha gente mucho tiempo. Gracias a Dios, porque se desnuda esta mentira y esta farsa.
–Lo prefiere a Macri entonces...
–Yo no coincido en nada con Macri, pero es coherente. Mi política de derechos humanos dista millones de kilómetros de la de Macri; ahora siempre dijo lo mismo. Por lo menos me merece el respeto por la coherencia.
–Las distintas CGT han hablado de unificarse después de 2015, ¿no podría pasar lo mismo con el PJ?
–No puede quitarnos el sueño eso. No puede ser que uno tenga que estar preocupado en que alguien no quiera formar parte de una estructura colectiva porque piensa diametralmente distinto. El que no tenga ganas de estar no estará. Yo no siento que haya que unificar algo. El que no está es porque no tiene ganas de estar. No es porque uno esté renegando. A lo mejor no se siente que forma parte del peronismo.
–Si la situación económica mejora el año que viene, cree que el Frente para la Victoria va a ganar en 2015?
–No tengo dudas de que el Frente para la Victoria va a ganar las elecciones. Por un montón de razones, primero porque la oposición no tiene a alguien con estatura. Van a tener que ponerse a pensar quién les va a cuidar los garbanzos y la derecha se va a concentrar en Macri. Eso ya está sucediendo.
–¿Pero no puede haber un escenario complicado en segunda vuelta?
–La sociedad deberá prestar atención en lo que quiere para el cuidado de sus cosas. Puede enojarse, le gusta más o menos, esas cosas no se pueden evitar. No se puede estar toda la vida pensando en que lo quieran. La discusión tiene que estar en que la política que uno lleva a la práctica sea comprendida como una política de respeto hacia el otro. La nuestra ha sido una política solidaria, todas han sido de inclusión. No nos da lo mismo que el subte valga 1,10 o 4,50 como vale ahora. A Macri le importa nada eso, porque cuanto menos gente viaja menos costo tiene. Son dos maneras de ver las cosas. Yo quiero nivelar para arriba. Mis políticas están basadas en eso. Algunas coinciden fuertemente con las decisiones que tomó Néstor y Cristina y a lo mejor yo tengo una impronta distinta de llevar a la práctica la política, pero yo estoy convencido de que la sociedad argentina no quiere volver para atrás.
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