EL PAíS › SANDRA ARROYO SALGADO VOLVIó A DECLARAR POR LA MUERTE DE SU EX ESPOSO

La jueza acusa y bloquea la investigación

Dijo que al fiscal Alberto Nisman lo mataron por plata, es decir, que el asesino cobró para hacerlo. Pidió que su testimonio fuera secreto. El abogado de Diego Lagomarsino la acusó de “generar obstáculos” porque “le teme a la verdad”.

 Por Raúl Kollmann

La jueza Sandra Arroyo Salgado se presentó el lunes ante la fiscal Viviana Fein y dijo que tenía elementos para aportar. Según los trascendidos, sostuvo que a su ex marido, Alberto Nisman, lo mataron por dinero, con lo que quiso decir que el supuesto asesino fue un sicario, alguien que cobró por matar. Al mismo tiempo ratificó que el informático Diego Lagomarsino fue parte del plan criminal. Arroyo Salgado quiso reforzar la hipótesis del homicidio que viene sosteniendo y que, al menos por ahora, se choca con datos que están en el expediente: Nisman murió de un disparo a menos de un centímetro, dentro de un baño en el que no hay rastros de lucha y él no registra lesiones defensivas, se usó una pistola que –en principio– el propio fiscal pidió prestada y que también le pidió por otro lado a su custodio de mayor confianza. Esos elementos apuntan más a suicidio que a homicidio, pero la investigación está todavía a mitad de camino. Maximiliano Rusconi, defensor de Lagomarsino, acusó ayer a Arroyo Salgado de “generar obstáculos porque le teme a la verdad”.

Desde el primer día, la ex esposa de Nisman asegura que al fiscal lo mataron y reforzó esa postura con el informe que presentaron sus peritos el jueves pasado. De manera más que extraña, los forenses Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, así como el criminalista Daniel Salcedo, pusieron en su dictamen que “se descartan las hipótesis de muerte accidental y suicidio”. No es propio de peritos de tanta experiencia, que no suelen descartar hipótesis en forma tan categórica. Hay un dato significativo: en una versión de las conclusiones que recibió el diario La Nación se da un diagnóstico muy distinto y se habla de que “que el suicidio es una hipótesis poco probable”, o sea que no se le cerraba la puerta a la alternativa de que el fiscal se haya quitado la vida. Todo indica que la versión que recibió La Nación fue cambiada a último momento por pedido de Arroyo Salgado.

“Al doctor Nisman lo mataron por dinero”, habría declarado la jueza ante Fein el lunes. La frase llevó a especulaciones sobre conflictos económicos, pero un allegado a la jueza le aclaró a este diario que cualquier mención de ese estilo apuntaba a explicar que el homicida fue un sicario o sea alguien que mató a cambio de dinero. Además, la ex esposa de Nisman insistió en que Lagomarsino fue parte de la operación: “En un caso como éste, entre víctima y victimario hay un intercambio. La huella que dejó el victimario fue nada menos que el arma”, argumentaron en su entorno. La hipótesis alrededor de la cual gira la jueza todo el tiempo es que hubo una organización que mató al fiscal, un servicio de inteligencia que no identifica, que es quien pagó al sicario y financia una estructura de defensa de Lagomarsino.

A primera vista, la hipótesis parece tener puntos débiles muy serios:

- Parece improbable que un sicario mate con un calibre 22, viejo y prestado.

- Si se trató de un asesino a sueldo es más inexplicable todavía que el supuesto crimen se haya cometido en el baño y sin resistencia.

- Si Lagomarsino fue parte del plan criminal, también es más que improbable que se haya usado un arma que está a su propio nombre.

- Un punto clave para el equipo de Arroyo Salgado es que la data de muerte fue 36 horas antes de la autopsia, lo que lleva el horario a las 20 del sábado 17 de enero e, incluso, con el margen de error a las 16 de ese día. Ello ubica en la escena a Lagomarsino. La autopsia, hecha por los forenses de la Corte Suprema afirma, en cambio, que la muerte se produjo entre las 11 y las 15 del domingo.

El abogado Rusconi se metió ayer otra vez en esta polémica publicando en un comunicado que la computadora de Nisman se abrió, en el departamento del fiscal, el domingo 18 a las 7.25 de la mañana. Rusconi afirma que ese dato surge de la pericia que se estaba haciendo en presencia de los especialistas de todas las partes y que los peritos informáticos coincidieron en que la computadora se abrió a esa hora y que el fiscal revisó tres diarios y el correo de Yahoo. El letrado agregó que los diarios se distribuían en Le Parc a las ocho y por eso el fiscal revisó lo publicado más temprano. Los peritos de Arroyo Salgado afirman que es cierto que hubo acceso a la computadora, pero que no está probado que haya sido en el mismo departamento, sino que pudo ser de forma remota. Con esta variante nuevamente apuntan a Lagomarsino.

Las relaciones entre Arroyo Salgado, la fiscal Fein y la jueza Fabiana Palmaghini aparecen como tirantes, con momentos de mayores y menores conflictos. Cuando la jueza Palmaghini ordenó el allanamiento a la vivienda de Lagomarsino se despachó con dureza contra Arroyo Salgado:

- Le señaló que pedía el allanamiento con premura cuando ya transcurrieron 40 días de la muerte.

- Cuando se registró la caja de seguridad del Banco Ciudad, que estaba a nombre de Nisman y su madre, no se le advirtió a la fiscal que la madre ya había sacado las cosas de la caja y después hubo una tardanza de cinco días en declararlo.

- No se dieron respuestas rápidas a interrogantes planteados por Fein sobre las armas que Nisman tuvo a su nombre y el destino de automóviles que también surgen registrados por el fiscal.

Se pide velocidad por un lado, pero no se responde velozmente por el otro, es el mensaje de Palmaghini.

De todas maneras, el punto mayor de controversia fue el frenado de la pericia informática. Los allegados a Arroyo Salgado afirman que está suspendida porque el perito Gustavo Pressman tuvo que viajar a Panamá. Del lado de Rusconi aseguran que se paralizó por pedido de Arroyo Salgado a raíz de que la pericia demostraba que la computadora se abrió en la mañana del domingo y que eso derrumba su hipótesis sobre el homicidio.

Las peleas abarcaron el sorpresivo testimonio de Arroyo Salgado el lunes. La jueza declaró en el mayor de los secretos. Pidió que su testimonio fuera reservado en la caja de seguridad y que no se registrara en la causa judicial. Fein aceptó el pedido por estar la causa en secreto de sumario y lo único que se hizo el lunes fue incluir una foja en la que se dejaba asentado en el expediente que Arroyo Salgado había declarado. Sin embargo, los plazos del secreto de sumario se vencieron ayer y Fein –por reclamo del abogado de Rusconi– incluyó el testimonio de Arroyo Salgado en el expediente sobre el mediodía.

Los peritos Raffo, Ravioli y Salcedo estarán mañana a las 9.30 en la fiscalía de Fein. Van a ratificar el estudio que presentaron hace una semana. Dicen que no les harán preguntas porque eso quedará para más adelante. Fein quiere seguir adelante con las pericias informáticas de las computadoras, los celulares y de las cámaras de Le Parc. De allí, según cree, surgirán datos para terminar con algunas de las polémicas planteadas.

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Maximiliano Rusconi, defensor del técnico informático Diego Lagomarsino, criticó a Sandra Arroyo Salgado.
Imagen: DyN
 
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