Con los precandidatos a gobernador bonaerense del Frente para la Victoria podría armarse un equipo de fútbol: hay al menos once anotados en una carrera en la que cada vez falta menos para la meta. Esta semana, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, confirmó su regreso al redil y se sumó a la larga lista de interesados en el cargo, metiéndoles presión a los que vienen punteando. Atentos, dos de ellos compartieron un acto ayer en el cual expresaron sus coincidencias: se trata del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y del intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi.

El jefe comunal fue el anfitrión, en el marco de un encuentro educativo que se llevó a cabo en un polideportivo en ese municipio del sur bonaerense, del que participó también el viceministro de Educación de la Nación, Jaime Perzyck. Allí, Domínguez y Mussi se presentaron como “el equipo de la Presidenta para gobernar la provincia de Buenos Aires”. Aunque por ahora los dos mantienen en pie sus aspiraciones y continuarán con sus campañas por separado, no descartan terminar confluyendo en una fórmula.

“Tenemos ideas tan parecidas de la provincia que decidimos sumarlas”, aseguró Domínguez, que destacó también la experiencia comunal que comparten y los diferencia de otros precandidatos a la gobernación como el titular de la Anses, Diego Bossio, o el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. “Los dos tenemos experiencia y hemos caminado siempre la provincia. Hemos sido intendentes y llegamos adonde estamos hoy por el voto popular. Conocemos la realidad del vecino, que confía en la escuela como el lugar de crecimiento de sus hijos”, dijo.

Del acto participaron los intendentes de Lanús, Darío Díaz Pérez, y de San Vicente, Daniel Di Sabatino; también los diputados nacionales Mario Oporto, Mayra Mendoza y Gastón Harispe; la diputada provincial Valeria Amendolara y el rector de la Universidad de Avellaneda, Jorge Calzoni. No es la primera vez que Domínguez comparte actividades para acercar posiciones con sus rivales internos: cuando era todavía precandidato a presidente, tuvo actividades en común con el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

Domínguez dijo que “la educación es un valor y no un gasto”, y que “la defensa de la escuela pública debe ser el eje del desarrollo de Buenos Aires”. También propuso “fomentar el protagonismo del docente, llevar las nuevas tecnologías a todas las escuelas, implementar la obligatoriedad de la sala de tres años e invertir en la refacción de los edificios escolares”. Para el titular de la Cámara baja, “la revolución educativa se hace con los docentes, no en contra de ellos como pretende la derecha”. En ese sentido, agregó: “Nosotros creemos que la igualdad se potencia en las aulas. El liberalismo cree sólo en el mercado, mientras que nosotros en un Estado fuerte como garante de una educación vinculada al desarrollo y a la producción”.