Sergio Massa y José Manuel de la Sota, precandidatos presidenciales, oficializaron ayer un acuerdo para competir entre ellos en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias de agosto. El anuncio, hecho dos días antes del lanzamiento oficial de la campaña del ex intendente de Tigre, apunta a detener la creciente polarización entre el Frente para la Victoria y el PRO de cara a los comicios presidenciales. Durante el acto que compartieron para presentar Unidos por una Nueva Argentina (UNA), el sello bajo el que competirán en las PASO, ambos se elogiaron mutuamente, dejando atrás pasados desencuentros, y brindaron una conferencia de prensa en la que se diferenciaron tanto del oficialismo como de la alianza opositora entre el macrismo, Elisa Carrió y la Unión Cívica Radical. A pesar de que ayer no estuvo presente, el cacique puntano Adolfo Rodríguez Saá podría incorporarse al acuerdo en las próximas semanas.

“Vamos a dirimir de manera inteligente los liderazgos, es importante que tengamos generosidad, humildad, se acabó el tiempo de la fractura y la división”, dijo Massa al comienzo de la ceremonia, que se celebró en el hotel Hilton de Puerto Madero. El diputado, cabeza del Frente Renovador, dijo que es “mentira” que “el camino es seguir como estamos o volver para atrás a buscar el ajuste” y prometió que, en caso de ganar en octubre, “se acaba el tiempo de la fractura y la división”. En la misma tónica, el gobernador cordobés prometió ser “una alternativa al continuismo mediocre y a las políticas de ajuste que la derecha llevaría a cabo”.

En el lanzamiento de UNA, ambos precandidatos estuvieron acompañados por figuras destacadas del Frente Renovador, como los precandidatos a gobernador bonaerense Francisco de Narváez y Darío Giustozzi. También fue de la partida el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, con la particularidad de que es la segunda vez que el economista forma parte de un espacio que lleva ese nombre: en 2007 fue candidato a presidente como parte de una alianza encabezada por la UCR y bautizada Una Nación Avanzada, que comparte siglas con su actual emprendimiento.

UNA es “un espacio diferente a las dos opciones que se le están ofreciendo al país y que no satisfacen”. Por un lado “la continuidad de los graves problemas de hoy” y, por otro lado, “la vuelta a los ’90 con ajuste y con pobreza”, manifestó De la Sota. “Aunque tengamos trayectorias propias y posiciones distintas en algunos puntos dentro del peronismo, coincidimos en lo fundamental, que es la conciencia de que hay muchas cosas equivocadas en la Argentina de hoy y que la Nación exige un nuevo proyecto, un proyecto de cambio que nos lleve por la senda del desarrollo económico, con seguridad y justicia social”, completó.

La conformación de este frente, que se concretó luego de muchas semanas de negociaciones entre ambos dirigentes, y con la participación de Rodríguez Saá, tiene como fin romper con la inercia polarizadora que se puso en marcha en las últimas semanas, fruto de los primeros resultados del calendario electoral, en donde el oficialismo, por un lado, y la entente PRO-UCR-Coalición Cívica, por el otro, fortalecieron sus posiciones. Además, busca detener el éxodo de dirigentes que se habían acercado al Frente Renovador y ahora buscan un lugar ya sea en el FpV o en el macrismo. El puntano Rodríguez Saá, por ahora, no forma parte de la operación, pero podría incorporarse “con el acuerdo de ambos candidatos” (ver aparte).

“Necesitamos un cambio justo. Estamos convencidos de que la Argentina necesita cambios, no puede vivir con niveles de inflación que destruyen salarios y jubilaciones. No queremos más una justicia militante sino una firme, que investigue la corrupción y tenga la capacidad de condenar a quienes viven al margen de la ley”, planteó Massa, que volvió a insistir con sus consignas contra el “garantismo” y a proponer una ley de derribo para combatir al narcotráfico. Luego del acto, consultado por la prensa acerca de su ausencia el domingo en el bunker del Frente Renovador, que hizo una pésima primaria en la Ciudad de Buenos Aires y quedó afuera de las generales, el precandidato explicó: “No fui porque no me invitaron. Los porteños que crean que soy el mejor candidato a presidente saben que me pueden elegir más allá del resultado de mi candidato en la Ciudad”.